Es oficial, mi vida es la alegoría de la mezcla.
Es evidente… ya han pasado más de tres años.




Lo que digo yo
2. ¿Alguien se sabe algún cuento divertido, más o menos para niños, que pueda contar en mis clases de voz? Es que lo único que se me ocurre es lo típico de Cenicienta, Los Tres Cerditos y demás… Y otro que me gusta mucho que se llama Where the wild things are tiene poca gracia sin las ilustraciones. De hecho son taaan bonitas que da cosa contarlo sin ellas (ya se ve en la de arriba por dónde van)


Lo que digo yo:




No sé por qué me despierto pensando en una excompañera de carrera. Cuando estaba como en segundo año o por ahí, R se suicidó. Toda la historia fue muy rara: estaba embarazada, se encerró en un cuarto con el novio, escribió una carta de despedida (bueno, según los chismes sólo la firmó porque la letra no era suya) conjunta y varios días después el olor alertó a alguien. Abrieron la puerta y donde se supone que debería haber dos cuerpos sólo estaba el suyo… el novio se fue a una finca con sus primos y ahí estaba tan tranquilo (eso es interpretación malsana mía) mientras el cuerpo de ella se empezaba a descomponer.
Recuerdo que el muchachillo después caminaba con la cabeza muy baja, sobre todo si veía venir compañeros de ella y no volvió a saludar. Muy raro todo, ni digo mis conclusiones porque son muy “juertes” y hasta es delito.
Hace unos años también murió Laura. Fuimos amigas los tres primeros años del colegio. Después se pasó de “bando” y con otros amigos míos, dejamos de ser cercanas, pero antes de eso fuimos cómplices, nos reímos mucho, nos contamos cosas. De los recuerdos más graciosos (muuuy adolescente, por cierto) que tengo de ella es cuando, junto con otra compañera del cole, hicimos competencia de quién podía comer más pedazos de pizza. Ganó Laura, me parece, con doce porciones. Yo quedé tercera con diez.
Todavía me acuerdo cuando la fuimos a ver al hospital… la leucemia se la estaba comiendo, juro que se había encogido y le costaba sonreír. Supongo que no ayudó ver a tres amigas llegar de la nada, después de años y años de no verlas… cualquiera se supone que las cosas no andan bien. El funeral fue aún más raro, estaba sonriente metida en su caja, pero el vacío en el estómago fue enorme. No sólo había muerto alguien de mi edad (y entonces yo tendría 21 ó 22) si no que la iban a incinerar. Fue la primera vez que consideré que lo que digo de que “me saquen los órganos útiles y luego me incineren” talvez no sea tan buena idea.
La muerte es tan rara. Yo le tengo un poco de miedito, pero no a la mía, si no a la de la gente cercana. Es rara rara rara. No hablo del dolor que puede provocar, o del impacto para la gente cercana… hablo del capricho de la existencia. Se acaba a veces de las formas más bizarras.
Ya lo dice esta canción de Depeche… I don’t want to start any blasphemous rumours but I think that God’s got a sick sense of humour, and when I die I expect to find him laughing.

ideológicamente es de salir corriendo, porque justifican las acciones antiterroristas de los gringos y terminan poniéndote de su lado, al menos durante los capítulos.
Eso me puso a pensar en que los compromisos son una mierda. O sea, como que a veces la gente no entiende que me gusta estar sola, que no me gustan particularmente las fiestas (al menos no las que están llenas de gente que no conozco) y que disfruto más yendo al cine y a cenar que tomando copas de bar en bar. Siempre he sido así, aunque disfrute de vez en cuando estar hasta el amanecer bailando o cuando las fiestas son en mi casa no quiera que nadie se vaya hasta tarde , y no veo porque tenga que ser de otra forma por quedar bien.