sábado, enero 27, 2007

Los animales de dos en dos...

Ua, uaa... mi anuncio favorito. Lo pasaban a finales del año pasado y yo, que odio las largas pausas publicitarias, podría ver este anuncio mil veces!

viernes, enero 26, 2007

De los 19 a los 91




A la tienda donde estoy ahora no llegan pakistaníes. Solo llegan viejitos. Muchos, muchos viejitos. Pero a mí me encanta atenderlos, aunque sus consultas no generen dinero, porque te miran con una cara de agradecimiento genial, como si al encenderles el teléfono y explicarles cómo desbloquearlo fueras una especie de milagro operante. Luego dan las gracias cien veces e incluso se disculpan “por molestar”. ¡A mí no me molestan! Todo lo contrario, siempre me dejan una sonrisa porque me siento útil, amable y sincera (y no la mercenaria disimulada que me toca ser el resto del día).

Además, me da una visión contrastada perfecta de la vida… trabajo con dos nenas jóvenes, una de ellas demasiado joven para mi gusto. A veces la entiendo: si yo tuviera 19 años es probable que también sería despreocupada y un poco descuidada con mi trabajo, seguramente pensaría “qué más da, solo tengo 19 años y si me despiden ya me busco otra cosa”. La otra, un poco menos chiquilla pero el doble de fresca, se justifica con que “estudia teatro”, como si eso fuera sinónimo de ser desordenada. A ella, aunque me cae bien, no termino de entenderla: yo también estudié teatro, pero siempre me he cuidado de ser responsable con las cosas que hago.

De todas maneras, me veo reflejada a tres bandas: la chiquilla me hace pensar en las cosas que hice a la ligera antes, amparada por la edad. La menos chiquilla me recuerda que siempre hay un punto utópico e irreal en los que estudiamos arte, que nunca acaba de curarse. Y los viejitos me dan la certeza de que pase como pase por esta vida, hay unas arruguitas y un andar pausado esperándome.

Mientras tanto, trato de ver la vida con menos gravedad –como si tuviera 19 años-; de ser un poco loca –“es que estudié teatro”-, pero asumirme responsable como ya me corresponde -y es que hasta espero con impaciencia cumplir años-. Y sobre todo, intento sonreír la mayor cantidad de tiempo posible… al menos así las arrugas habrán valido la pena.

Ilustraciones: Chris Rachka y McMillan Digital Art

lunes, enero 22, 2007

El por qué de los prejuicios


Dos de cada tres pakistaníes que entran a la tienda comparten características... son un poco prepotentes, groseros, impacientes. En mi segundo día de trabajo me quedé sola y uno de ellos, tras contarme que tenía un "sirocco" (que a mí me sonó a bacteria, versión moderna del estafilococos o algo similar), me pidió las características de todos los móviles de avanzada.

Entiendo y le acepto que yo tendría que saber, esa es la premisa de la que cualquiera parte al entrar a una tienda de teléfonos, pero luego me di cuenta de que solo quería dejarme claro lo superior de su cerebro tan centrado en las nuevas tecnologías.

Cuando descubrió que no tenía ni idea (no fue tan difícil, tenía que ver mis notas para decirle que el LG "chocolate" tenía mp3, cámara y bla bla bla), me soltó un amable "eres nueva, ¿verdad?", yo dije la verdad y él agregó "se nota".

El viernes, tercer día, me vuelvo a quedar sola. Entra otro y termina peleándose conmigo porque no quiero venderle los tres teléfonos que él quiere. Que conste que no se los vendí porque tenía la orden directa de no venderles más de uno, y además, de tratar que no fueran los mejores de la tienda. Solo estaba obedeciendo órdenes, pero para él yo era un bicho maligno con mala fe.

Este, aún más "expresivo" se puso a hablar un poco alto. La tienda llena, yo sola. El señor en cuestión repetía "llame a jefe, llame a jefe". Luego, cuando llegó mi compañera de trabajo soltó el remate: "esta chica no sabe nada, no sabe, deberían tenir algun que sepa algo". Acto seguido me arrebató el teléfono que sí le vendimos de las manos y puso él mismo la tarjeta sim. Luego reclamó su cambio "once uros, once uros" mientras yo, sonrisa batiente, le decía "sí señor, un momento que le traigo su factura".

Al irse le dije "muchas gracias, buenas tardes". Luego fui a vomitar, jaja, no es verdad. Pero sí me tragué las bilis del mes. Al menos está claro que estoy aprendiendo a dominar el carácter.

Ahora: tengo dos opciones. 1. Asumir que una tienda de móviles atrae cierto tipo de comprador pakistaní. 2. Hacer lo que el hígado manda, que es tachar a un colectivo por una pequeña muestra que sé que no es representiva.

Me niego a lo segundo, pero a como siga con uno de estos, de día de por medio, no sé... se me freirán las neuronas racionales, lo juro.

Aunque luche contra estas cosas y sepa que lo racional siempre tiene que ser más fuerte en estos casos, confieso que entiendo el por qué de los prejuicios: todos salen de las tiendas de celulares.

Con menos entusiasmo pero:

"El trabajo dignifica"

PURAS PATRAÑAS.

No me gusta, no me gusta, no me gusta ni un poquito.
Pero, aguanto, hasta que no haya nada más.
:-P

jueves, enero 18, 2007

El show debe continuar

Sonrío mucho, doy los buenos días/las buenas tardes. Yo puedo, yo puedo, yo puedo, yo puedo. Lo repito a ver si me entra. Lo que no sé lo pregunto cien veces, también lo que sé. Si llega un cliente trato de ayudar y luego, siempre con sonrisa colgate, le digo que espere (como yo no puedo hacer mucho). Llego puntual después de almorzar, sin un minuto de atraso y trabajo hasta la hora marcada, sin un minuto de adelanto en la salida. Tengo los oídos abiertos, intento tener la mente relajada: hay demasiada información nueva, demasiados datos que debería memorizar y poco tiempo.

Cuando salgo, aunque cansada, me voy con mis amigos del curso de catalán a comer por ahí. Bueno, llego yo por mi cuenta y un poco tarde… me da una tristeza chiquitita pero punzante no seguir el próximo curso con ellos (debería decir ellas porque somos aplastante mayoría) y, en general, no seguir estudiando.

Por cierto, como buena sapa (empollona/nerd) que soy, me saqué un 97,2 de nota del curso… y la profe me dijo que era una lástima que tuviera el horario que tengo, porque ella me iba a decir que hiciera el examen de nivel -para saltarme el curso B2- y entrar directo al B3. Jiji. Em sembla que parlo català molt bé.

Cuando llego finalmente a mi casa, una de mis compañeras de piso me cuenta de una oferta de trabajo en la compañía en que ella trabaja… es como cuando una anda sola años y finalmente consigue novio, es AHÍ cuando le llueven los hombres…

La la la, it’s raining jobs, aleluya, it's raining jobs, la la la la la.

Ese fue el primer día de mujer sacada con violencia del paro, expulsada del Paraíso del hogar para ir a mandar a dos dependientas que saben más que yo, pero que de aquí a una semana tengo que ser tan eficiente que no se den cuenta. Estoy contenta, por ahora, aunque es un poco agobiante desconocer tanto. Me consuelo pensando que es lógico, que ellos sabrán por qué confían en mí y que si te dan dos semanas de formación será porque estos detalles técnicos nadie se los aprende por pura tontería.

Dicen mis amigas de catalán que tengo dos ventajas: la sonrisa y el look (ayer me disfracé, y es verdad, parecía jefa-conocedora-firme-pero-amable). Yo espero que no me estén “pasando la brocha” (adulándome).

Hoy, de nuevo: el show empieza a las 10:30 am.

PS/Gracias por los buenos deseos, muchos abrazos de chica Orange (aclaración, Orange es una compañía de telefonía móvil que opera en España, pero es francesa)

martes, enero 16, 2007

Pues naranja es!

Hoy me llamaron de ORANGE. ¡Tengo trabajito! Y, aunque ayer me quejé un poco del destino humano, la verdad que hoy me puse muy contenta de que me llamaran, tengo ganas de intentarlo, ponerle ganas y probar.

Nada pierdo. La idea es que estoy un mes de prueba y formación, luego se supone que acabaré por ser encargada de una de las tiendas, que por cierto queda a 10 minutos caminando de mi casa, lo cual me parece genial (no metro, no bus, no nada).

Las dos chicas con que hablé son muy amables, la empresa en general me da buen rollo, así que tengo la impresión de que todo irá bien.

Por cierto, diez minutos antes de que me llamaran para avisarme majé una caca de perro enorme, pero le metí el pie como con ganas, sin darme cuenta. La querida Murasaki, que anda por acá, me dijo "eso es buena suerte" y ya ven. Buena suerte, espero que se extienda a que todo va a estar muy bien y que no solo me voy a acostumbrar, si no que hasta voy a disfrutarlo.

Ah. Y sí, estoy muy contenta con mis visitas de mis dos amigas hermosas, la Murasaki y "Mi Hija", como dije una vez, la compañía es el mejor regalo.

lunes, enero 15, 2007

Trabajo de primer mundo


Qué envidia me da Juan Antonio Porto, guionista y profesor de cine, cuando dice que nunca en su vida ha trabajado, que lo único que ha hecho es disfrutar. Esto implica que su pasión siempre ha sido lo que le da de comer, lo que lo hace levantarse temprano e irse a dormir tarde. Visto así, no hay trabajo que pese.

Desde la semana pasada ando coqueteando con un trabajo, pero este sí sería trabajo, con todas las letras. Es de encargada en una tienda de telefonía móvil… yo, que me quejo de las compañías españolas cada día, yo, que tengo otras pasiones que no tienen mucho que ver con la tecnología, los bluetooths y los adsl. Esas que haría hasta sin cobrar siempre y cuando tenga techo y comida.

Dicen que la necesidad tiene cara de “ORANGE”. Es de estas cosas que te van pasando y tienes las mismas ganas de que salgan y de que no salgan.

Según La Vanguardia del miércoles pasado, un 42,9% de los extranjeros están subempleados en este país… (pueden leerlo haciendo click click aquí) según veo cómo van las cosas pasaré a ser ese 0,1% para que el número se redondee al 43%.

A veces, cuando pienso que también más de un 20% de los españoles están en la misma situación, no entiendo cuál es el secreto mágico de los países del “primer mundo”. A veces, solo a veces, me vuelve la certeza de que en mi país del “tercer mundo” no vería euros en mis manos pero tendría miles de suspiros de satisfacción en el pecho. Ahí reside, para mí, el desarrollo. Por ahora, desde mi utópico rincón de artista, soy una subdesarrollada más en este lugar de comodidades materiales, pero de carencias internas.

PS. Ya sé, ni yo me entiendo, me quejo si no tengo oportunidades de trabajo y me quejo si las tengo, pero no sé por qué tengo un chip inútil que me dice que puedo llegar a tener lo que quiero, algo que sea "trabajo" pero que termine siendo "disfrute".


Fotografía: Vast Photography

miércoles, enero 10, 2007

Instinto de madre vale por tres

Me escribió mi madre. No es raro, me escribe mucho, pero hoy me hizo una pregunta enorme enorme. Me sentí como si tuviera una cámara y me estuviera observando, ese “¿Qué te pasa?” llegó en el segundo justo del día justo, como si pudiera adivinar mis pensamientos.

Bueno, los adivina, o le aterrizan en la cabeza… mi madre llega al colmo de, por ejemplo, contestarme preguntas sin que yo las articule. Tiene la intuición afinadísima, no sé cómo es tan certera.

Me encanta y me sorprende cuando mi mamá se huele –desde el otro lado del mar –las cosas que me pasan. No sé cómo lo hace: instinto materno y conocer a su hija, supongo; pero qué gustito más mullido y tibio sentirme abrazada por su compañía. Fui, por un instante, la recién nacida de siete meses de cuando nací: una cosita pequeña y frágil que ni siquiera llegaba a los 40 cm, que no podía regular la temperatura y que lloraba tan bajito que con costos se me oía, pero que siempre estuvo caliente, protegida, tranquila y segura en los brazos de su madre.

Foto: Nicki Pardo

miércoles, enero 03, 2007

Año Nuevo, Cara Nueva

He vuelto ¡con nueva cara!

Desde que empecé al blog tenía muchas ganas de que se viera más “mío”, pero cuando estudié programación para internet solo existía el html… todos los demás sistemas, aunque sean derivados de este, me suenan a mandarín. Para colmo de males, lo poco que sabía se me escapó (es probable que el disco duro, por falta de uso del archivo, asumiera que podía tirarlo) de la mente. Así, tarde semanas y semanas en lograr hacerle algo.

Supongo que le iré cambiando cosas, cerciorándome de que todo camine bien, hasta quedar satisfecha.

Las fotos que usé para montar el logo son de: Ron Krisel, Gary Norman, una sin autor definido y un par hechas por mi amigo Fer (no mi novio, otro Fer). La plantilla está basada en una de Thur Broeders… y aquí estoy yo, tecleando del otro lado de la pantalla.

La fiesta de Navidad fue genial, la de Año Nuevo un poco aburrida, pero ando con las pilas cargadas para darle al Año 2007. Me encanta el 7, espero que yo también le encante a él…

Feliz Año Nuevo.
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