jueves, marzo 06, 2014

¡Pen-pals!

Cuando yo tenía unos once o doce años era asidua lectora de una revista de esas medio tontas pero entretenidas. Si no recuerdo mal era la Eres y, si no recuerdo mal, en las últimas páginas siempre venía una sección de gente que quería hacer amigos/as por correspondencia.

Eran otros tiempos, eso de hacer amigos por correspondencia quería decir escribir a mano, meter la carta en un sobre, ir a correos, esperar, repetir. Eran tiempos de cadenas en el buzón de correo de casa, de aquellas de "manda esta carta a diez personas o... (insertar amenaza)".

Un buen día leí la revista como siempre y encontré un anuncio de una chica que parecía simpática. De Guatemala, más o menos de mi edad. Me apunté la dirección y decidí mandarle una carta. Ella respondió, yo respondí y así sucesivamente. Pasamos años intercambiando cartas. Cuando los correos electrónicos empezaron a ser normales y comunes, la verdad que perdimos un poco el contacto, pero cuando llegó facebook nos reencontramos.

Pensar en ella siempre me hace recobrar la fe en la humanidad. Éramos dos nenas que querían comunicarse con otro ser humano, porque sí, porque significaba una compañía y -ahora lo veo- una visión objetiva sobre nuestras vidas, una ajena, una no contaminada. Crecí con ella, entendí cosas de la vida por ella, me sentí acompañada de ella a pesar de los kilómetros y la distancia física. Nos hemos visto una vez en veinte años. Fue además un encuentro bastante rápido cuando yo pasaba por Guatemala un par de días, pero siempre la llevo en el corazón.

Foto sacada de: http://theromanticvineyard.files.wordpress.com/2011/09/penpals.jpg


Pasaron los años y las cartas de papel ya no se estilan. ¡Qué lástima! podría pensarse. Y sí, puede que sea una pena que ya no nos escribamos a mano. Pero... a ver. Vamos por partes: la gente se queja de que por culpa de los teléfonos ya no hablamos tanto cara a cara... y sí, puede ser. Pero hay una segunda parte que no vemos: eso quiere decir que todo contacto no mediatizado por un aparato adquiere un peso mayor.

Hoy vi a dos personas encontrarse en el metro. Ambas venían con el teléfono en la mano, pero en cuanto se vieron hicieron un gesto idéntico: guardar el móvil. Fue bonito, muy bonito. La conexión extrema bajo la cual vivimos quiere decir, también, que podemos ser sujetos de esos momentos: del momento en que bajas al buzón y hay una carta desde Inglaterra, desde Costa Rica. Una postal desde Alemania. Significa que cuando quedas con ese amigo tan querido y él coge su teléfono, lo pone en silencio y lo guarda en su bolsillo, puedes respirar tranquila. Y pensar, yo también apago el mío porque... yo también te quiero.

El encuentro del metro me recordó que en el fondo necesitamos esa conexión mediatizada, o al menos nos hemos acostumbrado, pero que seguimos sabiendo -en el fondo del alma- que nada sustituye a mirar los ojos de la gente.

Y eso está muy bien.

Feliz cumple pen-pal. Gracias Mariposa. Gracias Chica Morada. Gracias Amigo-sin-teléfono. La vida es bonita.

miércoles, marzo 05, 2014

Don Luis Guillermo, el 6 de abril le renuevo mis votos

Estoy frente a la pantalla, mirando las noticias que llegan desde Costa Rica. Una "renuncia" -y nótense las comillas- sorpresiva que nos pone en una coyuntura inédita en la historia de la democracia costarricense. Un candidato que se da cuenta de que la mayoría del pueblo no lo quiere en el poder y se hace a un lado.




¿Por qué si hay un sólo candidato voy a ir a Madrid a votar? Las preguntas son las mismas que me planteaba hipotéticamente a finales de enero, de cara a la primera ronda de las elecciones presidenciales: ¿Por qué voy a viajar 1400 kilómetros para votar por Luis Guillermo Solís? ¿Por qué ir y volver de Barcelona a Madrid en 24 horas? ¡Pero es un voto, nada más!, podría pensarse. ¿Qué diferencia hay? Una: estoy enamorada.

Hoy, a un mes de la segunda ronda sigo estando enamorada. Lo estoy de usted, don Luis Guillermo Solís pero también de mi país, cuyos cimientos se mueven con gran magnitud Richter. Voy a ir a votar por usted el 6 de abril porque el amor no se declara en un arranque, sino que se construye cada día. Voy a ir a votar por usted porque yo no voté en contra de nadie, voté por usted. Voy a recorrer esos 1400 km una vez más porque el ejercicio del voto no es un juego. Para mí ir a Madrid es renovar mi amor político. Voy a ir votar porque tengo voz en esto y quiero usarla. Usted se lo merece. 




Don Luis Guillermo, el 6 de abril le renuevo mis votos. Voy a comprometerme otra vez con usted, con su mirada limpia y su sonrisa cálida. Con sus ideales y su honestidad. Con la integridad que intuyo en sus palabras, en sus ideas, con su cerebro brillante que tendrá que bregar y dialogar, pero que -confío- sabrá hacerlo. Pero sobre todo voy a ir a votar con las promesas de un futuro mejor en mi corazón. Los dos sabemos que habrán altos y bajos, los dos sabemos que el día a día desgasta y el trabajo es arduo. Sabemos que las relaciones son hermosas pero requieren paciencia, constancia, integridad. Pero es que, señor Presidente, tiene que saber que soy una romanticona y creo que el amor lo puede todo. 

Yo prometo poner de mi parte, ser constructiva, escucharlo y hablarle. De usted pido una sola cosa: no me rompa el corazón. El 6 de abril se lo doy, vestido de amarillo y rojo y una vez más, espero que mucha gente más se nos usa en este sí.





Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...