miércoles, marzo 05, 2014

Don Luis Guillermo, el 6 de abril le renuevo mis votos

Estoy frente a la pantalla, mirando las noticias que llegan desde Costa Rica. Una "renuncia" -y nótense las comillas- sorpresiva que nos pone en una coyuntura inédita en la historia de la democracia costarricense. Un candidato que se da cuenta de que la mayoría del pueblo no lo quiere en el poder y se hace a un lado.




¿Por qué si hay un sólo candidato voy a ir a Madrid a votar? Las preguntas son las mismas que me planteaba hipotéticamente a finales de enero, de cara a la primera ronda de las elecciones presidenciales: ¿Por qué voy a viajar 1400 kilómetros para votar por Luis Guillermo Solís? ¿Por qué ir y volver de Barcelona a Madrid en 24 horas? ¡Pero es un voto, nada más!, podría pensarse. ¿Qué diferencia hay? Una: estoy enamorada.

Hoy, a un mes de la segunda ronda sigo estando enamorada. Lo estoy de usted, don Luis Guillermo Solís pero también de mi país, cuyos cimientos se mueven con gran magnitud Richter. Voy a ir a votar por usted el 6 de abril porque el amor no se declara en un arranque, sino que se construye cada día. Voy a ir a votar por usted porque yo no voté en contra de nadie, voté por usted. Voy a recorrer esos 1400 km una vez más porque el ejercicio del voto no es un juego. Para mí ir a Madrid es renovar mi amor político. Voy a ir votar porque tengo voz en esto y quiero usarla. Usted se lo merece. 




Don Luis Guillermo, el 6 de abril le renuevo mis votos. Voy a comprometerme otra vez con usted, con su mirada limpia y su sonrisa cálida. Con sus ideales y su honestidad. Con la integridad que intuyo en sus palabras, en sus ideas, con su cerebro brillante que tendrá que bregar y dialogar, pero que -confío- sabrá hacerlo. Pero sobre todo voy a ir a votar con las promesas de un futuro mejor en mi corazón. Los dos sabemos que habrán altos y bajos, los dos sabemos que el día a día desgasta y el trabajo es arduo. Sabemos que las relaciones son hermosas pero requieren paciencia, constancia, integridad. Pero es que, señor Presidente, tiene que saber que soy una romanticona y creo que el amor lo puede todo. 

Yo prometo poner de mi parte, ser constructiva, escucharlo y hablarle. De usted pido una sola cosa: no me rompa el corazón. El 6 de abril se lo doy, vestido de amarillo y rojo y una vez más, espero que mucha gente más se nos usa en este sí.





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