domingo, septiembre 27, 2009

Matar a un ruiseñor, de Harper Lee

Lo que digo yo:


Hasta donde entiendo, esta novela ganadora del Pulitzer fue la única que escribió Harper Lee. Se trata de una ficcionalización de sus vivencias en un período concreto de su infancia. Desde la primera página te metes en los rincones de la casa de la familia Finch y vas viviendo con ellos los acontecimientos.


Hay dos cositas que me guardo con especial cariño: no todos los personajes-personas son exactamente como creemos. Los buenos, los malos, los viejos, los peligrosos… depende de la situación pueden cambiar de etiqueta. La autora sabe hacerlo sin que quede forzado. Y la segunda… el capítulo del juicio –no digo más- que me dejó patidifusa y sobrecogida… ohhhhhh.



Muy recomendada. Mucho.

Lo que dice la contraportada:


Jean Louise Finch evoca una época de su infancia en Alabama (EE UU), cuando su padre, Atticus, decidió defender ante los tribunales a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Matar a un ruiseñor muestra una comunidad dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente, la rigidez de los vínculos familiares y vecinales.

La suma de los días, de Isabel Allende

Lo que digo yo


Ya está bien de disimulo… a mí me gusta la forma de escribir de Isabel Allende. Sé que se le ha dictado de usar su propia vida para vender libros, de ser más “rock star” que artista, de escribir desde una pose. Puede ser… puede ser… pero a mí me gusta.


Me leí La suma de los días en poquitos días, valga la redundancia. Creo que tiene la suma correcta de exhibicionismo y profundidad en las historias. Me quedo con dos cosas que dijo, una que manda sus textos –cuando corresponde- a familiares y amigos nombrados para evitar problemas tras la publicación, y que siendo escritora, ya se ha acostumbrado a que siempre habrá alguien que se ofenda.


La historia más graciosa es la que cuenta de que la mitad de su familia dejó de hablarle cuando se publicó La casa de los espíritus, pero que le volvieron a hablar cuando salió la película… en vez de las foto de sus abuelos, en el salón de la casa familiar estaba el póster de la familia.


En fin, que es una especie de novela-libro de cuentos bastante entretenido.




Lo que dice la contraportada


Isabel Allende narra a su hija Paula todo lo que ha sucedido con la familia desde el momento en que ella murió. El lector vive, junto con la autora, la superación personal de una mujer con una fuerza inspiradora, rodeada siempre de amigos y familiares. Su historia es emotiva, pero también está repleta de humor, personajes pintorescos y anécdotas caóticas y divertidas sobre la complicidad, el amor, la esperanza, la magia y la fuerza de la amistad.

Oryx y Crake, de Margaret Atwood

Lo que digo yo


Aunque suene raro, no sabía que era una historia de ciencia ficción. Honestamente esto me jugó a favor porque me declaro como no-amante-de-la-scifi, aunque hay honrosas excepciones. Al poco tiempo empecé  anotar que hablaban de elementos no “realistas”, que la situación era algo apocalíptica…


Me gustó mucho el uso de descripciones en algunos trozos, en otros lo curioso de los personajes.


Pero… y esto es lo que me jodió –con perdón-, la autora desperdicia constantemente sus propias propuestas. Me explico: pone unos personajes que podrían ser apasionantes, pero no se sitúa desde la óptica de ninguno, no te cuenta suficiente como para que te identifiques y que los ames o los odies… y claro, eso desencadena en un segundo problema: te da igual lo que les pase. La trama, entonces, se vuelve previsible o indiferente.



En general es un libro lleno de chispazos muy buenos, muchas veces mal resueltos.



Lo que dice la contraportada:



In Oryx and Crake, a science fiction novel that is more Swift than Heinlein, more cautionary tale than "fictional science" (no flying cars here), Margaret Atwood depicts a near-future world that turns from the merely horrible to the horrific, from a fool's paradise to a bio-wasteland. Snowman (a man once known as Jimmy) sleeps in a tree and just might be the only human left on our devastated planet. He is not entirely alone, however, as he considers himself the shepherd of a group of experimental, human-like creatures called the Children of Crake. As he scavenges and tends to his insect bites, Snowman recalls in flashbacks how the world fell apart.

While the story begins with a rather ponderous set-up of what has become a clichéd landscape of the human endgame, littered with smashed computers and abandoned buildings, it takes on life when Snowman recalls his boyhood meeting with his best friend Crake: "Crake had a thing about him even then.... He generated awe ... in his dark laconic clothing." A dangerous genius, Crake is the book's most intriguing character. Crake and Jimmy live with all the other smart, rich people in the Compounds--gated company towns owned by biotech corporations. (Ordinary folks are kept outside the gates in the chaotic "pleeblands.") Meanwhile, beautiful Oryx, raised as a child prostitute in Southeast Asia, finds her way to the West and meets Crake and Jimmy, setting up an inevitable love triangle. Eventually Crake's experiments in bioengineering cause humanity's shockingly quick demise (with uncanny echoes of SARS, ebola, and mad cow disease), leaving Snowman to try to pick up the pieces. There are a few speed bumps along the way, including some clunky dialogue and heavy-handed symbols such as Snowman's broken watch, but once the bleak narrative gets moving, as Snowman sets out in search of the laboratory that seeded the world's destruction, it clips along at a good pace, with a healthy dose of wry humor

domingo, septiembre 06, 2009

La reina en el palacio de las corrientes de aire, de Stieg Larsson

Lo que digo yo:


Al igual que las dos novelas anteriores de la Trilogía Millenium, esta engancha. Es fácil de leer, aunque durante un buen rato te hartas de los nombres, complicados. Además me hace mucha gracia que todos se llaman por el nombre completo: Hola Lisbeth Salander / Erika Berger llamó a Mikael Blomkvist… ¿en serio? :-p


Sigo pensando que la más adictiva es la primera… esta, sin embargo, entra con mayor rapidez a la acción, cosa que se agradece porque sobre todo en la segunda te puedes relajar antes de ver por dónde van los tiros.


Lo mejor es la resolución de algunos temas pendientes, siempre en la línea de cada personaje... aunque a veces no sea muy creíble. Lo peor lo dicho antes, el seguirle el hilo a todos los suecos que van apareciendo y que, a veces, da la impresión de que podrían no existir y no pasaría nada.


Pienso que las tres valen la pena como lectura relajada y divertida. Hace poco me enteré de que Larsson tenía previsto escribir otras tantas novelas siguiendo con los personajes, pero por dicha la novela sí concluye. Está muy bien.


Lo que dice la contraportada:



Los lectores que llegaron con el corazón en un puño al final de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina quizás prefi eran no seguir leyendo estas líneas y descubrir por sí mismos cómo sigue la serie y, sobre todo, qué le sucede a Lisbeth Salander. Como ya imaginábamos, Lisbeth no está muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el más habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confi namiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechándola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informáticas van a ser, una vez más, su mejor defensa. Entre tanto, con una Erika Berger totalmente entregada a su nuevo trabajo, Mikael se siente muy solo. Quizás Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que están tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth.
Pesan sobre ella durísimas acusaciones que hacen que la policía mantenga la orden de aislamiento, así que Kalle Blomkvist tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue allí, a su lado, para siempre

miércoles, septiembre 02, 2009

Las correcciones, de Jonathan Franzen

Lo que digo yo: franzen


Da gusto esta novela. Pero mucho… muchoooo gusto. Los primeros capítulos son difíciles, algo espesos, pero sobre todo porque se necesita un tiempecillo para tomarle la temperatura a la novela y al tipo de narración. Pero una vez que empiezas, fluye.


El autor tiene la destreza de ir mostrando las relaciones familiares desde el punto de vista de cada miembro. Así, conocemos de cerca la realidad de los tres hijos del matrimonio Lambert y de la propia pareja. Lo hace, además, con claridad y buen sentido del humor. Los personajes son justamente los que nos hacen ver la historia y el tema… es decir y en resumen, que Franzen se toma su tiempo para definir con detalles a los personajes, y gracias a esto, vemos el cuadro completo.


Lo que más me gustó, sin echar a perder el libro para nadie, es que Franzen pasa de situaciones graciosas a tristes, gira tu percepción de los personajes cuando menos te lo esperas y te hace reflexionar.


Recomendado al cien por cien.



Lo que dice la contraportada:


Ésta es la historia de los Lambert, una familia normal: Alfred, un ingeniero retirado al borde del caos mental y físico de un Parkinson terminal; Enid, su mujer, obsesionada con reunir en casa a sus tres hijos durante una última cena de Navidad; Chip, un ex profesor despedido por acostarse con una alumna, que emprende negocios turbios en Lituania; ... El prodigio de esta novela es la secreta conexión entre el universo de los Lambert y el resto del mundo, la Norteamérica de los últimos noventa, un país irascible que se tambalea hacia un nuevo milenio.

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