lunes, junio 25, 2007

San Juan en Barcelona...

... o como desmitificar una de mis fechas favoritas.

Mi primer inicio de verano en La Coruña me enamoré de una fecha: San Juan. Fue en el 2005 y durante horas disfruté con mis amigos, sentada cerca de decenas de hogueras, quemando papelitos con cosas por olvidar y sacar de mi vida, haciendo intenciones y saltando hogueras para llamar a la buena suerte. Al final, cansada pero satisfecha, hasta me dormí en la arena (el vino ayudó, es verdad, pero estaba acelerada y exhausta, todo a la vez) y caminé cuatro kilómetros de vuelta a mi casa cuando el sol empezaba a salir.

En el 2006, viviendo en Barcelona, no pude ir a la playa para el solsticio de verano, estaba en Costa Rica. Este año tenía tantas ganas de que llegara la fecha, que el resultado me parece un fraude. Bueno, es que no contaba con la piromaniaca afición catalana por los petardos, bombetas y demás juguetitos de pólvora… y al no pensar en eso no razoné lo obvio: ¡no podía pasarla bien!

La razón es sencilla: odio con toda mi alma este tipo de cosas. Los fuegos artificiales organizados, de colores y de lejos me parecen hermosísimos, pero ver chiquitos enanos en media calle tirando cosas encendidas que les revientan a pocos metros me asusta, por ellos y porque –ya sé que puede sonar poco racional –me dan pavor dichos artefactos. PAVOR. Con todo respeto para la tradición de aquí, no entiendo cómo se le da un juguete que explota a un chiquillo y lo peor, en la mayoría de los casos se le deja solo.

Después de hacer un esfuerzo enorme por llegar hasta la playa andando, sujeta como monito en ventolero de la mano de Fernan y saltando cada dos metros con las explosiones, no disfruté nada. Tanto que a la media hora de haber bajado a la celebración del verano, veníamos de regreso para la casa.

Incluso, tras haber rechazado otros planes por unos amigos (que al final nos dejaron colgando) agradecí al universo no haber tenido compromisos, la habría pasado muy mal toda la noche de haber tenido que aguantar.

Visto así, sin el romanticismo de mi primer San Juan a la gallega, todo se me parece más a estas fotos, sacadas de La Vanguardia:


Según La Vanguardia, los bomberos hicieron mil salidas en esta noche, hubo 47 heridos reportados, de los cuales 35 sufrieron amputaciones y 12 han acabado la verbena con quemaduras graves. “También se han producido 127 casos de quemadura leves y un total de 59 afectaciones oculares” dice el periódico.

Me siento como esas viejitas que todo lo ven mal... ¡me siento como Sole o Anselmo!

En todo caso, feliz solsticio de verano.

viernes, junio 22, 2007

¿Bodas o fondos de "desinversión"?



Leí hoy en La Vanguardia que una boda en España cuesta entre 25 y 35 mil euros como promedio... Es decir, 45 mil dólares… 24 millones y medio de colones. ¡Es la casa de mis amigos W y Ld y el coche que se compraron al casarse! En el banquete el coste por persona no baja de 80 ó 90 euros… ¡es atroz! ¡es horroroso, de verdad! Ya estaba espantada por lo que cuesta un vestido, que ronda los 2000 euros, pero esto es demasiado con too much.

Cuento y me escamo, que si el vestido y el traje, zapatos, pendientes, maquillaje de la novia y demás cosillas estéticas, fotografía y vídeo, flores, flores, flores, fiesta por persona, licor, refrescos, pastel, recuerditos, grupo musical, chunches para el carnaval, flores, flores, flores, transporte de invitados extranjeros, vino –aunque sea un poquito –porque hay españoles, ¡¡¡Deu meu!!!

Mi madre debe darle gracias infinitas al cielo, primero por no tener que pagarme la fiesta aquí (bueno, jejeje, seguro que si fuera aquí hacía una mega tortilla de patatas y vinitos en la playa) y segundo, porque la verdad que no pido lujos. De hecho, sigo rogando para que no repleten nada con flores… ¡si de todas maneras se van a pudrir! Y cualquier cosa más pija, fresa, tuyú o frufrú es pura iniciativa suya o de mi hermana.

Con razón la gente no se casa… sí, ya sé, la fiesta no es obligatoria, pero dan ganitas de hacerla una vez puestos en el ajo.

Otra razón para irme a Costa Rica… ¡cuando tenga hij@s, si se casan, me saldrá menos caro! :-D
Ps. Me doy cuenta, empiezo a hablar mucho de la boda... pero tengo excusa, ¡dentro de 57 días me caso! Y si sigo pensando en plata voy a terminar haciendo el baile del billete, aunque mi hermana caiga en cruz, jijiji.

Fotos: Derek Henthorn y Gandee Vasan

jueves, junio 21, 2007

Anselmo, disertación sobre el matrimonio y el libertinaje

Anselmo: Ay, mi’jita… ¿cómo que se va a casar? No ve que su amigo, ese que usté tanto quiere, se casó todo enamora’o y menos de dos años después cantó viajera… No, no es que yo la quiera poner a pensar en esas cosas, pero también está su amiga, usté mismita fue la madrina y firmó y todo el libro ese ¿y pa’ qué? A los dos meses estaban agarra’os del pelo, a los cuatro se dejaban y volvían y al año cada uno cogió sus cosas y se fue para su lado.

Es que los chiquillos en la actualidá no se piensan bien las cosas. En mis tiempos uno se casaba de a de veras. No como ahora, que se casan y se divorcian como quien se cambia de calzones. Por eso hay menos gente firmando y yendo a la iglesia para darse el sí, porque les da miedo, saben que a la primera se bajan de burro y mejor no hacen mucho escándalo. Y de ahí que toda la gente se arrejunte... con lo feo que es eso.

Bueno, la ventaja es que ese chiquillo que es novio suyo es buen chiquillo. Yo lo he visto, sólo en fotos, pero se le ve que es muy respetuosito y todo. El problema es usté, mi’jita, yo veo que usted es medio pata caliente y nada de señorita de su casa. ¿Su mamá no le enseñó bien? Las mujeres salen de su casa pa’ casarse y usté ya vive con el muchacho ese. En eso sí que no estoy de acuerdo, mamita, porque eso es pecado. Y además, ese muchacho debe ser medio santo, porque aguantarle ese carácter… ¡n’ombres, qué vaina! ¡Ve, ya se enojó, no le digo... por cualquier cosita ya se arranca!

Mi amigo Juancito, el que viaja tanto, me contó que por allá hay cosas muy raras. Me dijo algo de pornomuchachas… ah, "pornochachas", eso eso… qué cosas, verdad, usté no se meta en eso aunque le paguen bien, ¿oyó? Los europeos sí que tienen platica, se nota, pagar a alguien para que limpie y de paso haga esas cosas… hay que tener mucho qué gastar, nada en qué gastarlo y bastante imaginación. Pero usted ni de broma, ¿estamos? Ese continente es peligroso, mamita, está lleno de gente así morbosa, yo he visto esas vainas del “guei parei”, hay un montonazo de muchachos perdidos del camino de Dios, a quién se le ocurre ¿hombres con hombres?… ¿cómo? ¿que mujeres con mujeres también? ¡La Santísima Trinidad, ni me cuente! No, no, demasiado libertina esa gente.

Está bien, mi’ja, ya la dejo tranquila. Usté sabe que hablo por hablar, cásese, pero que sea para siempre. Como Sole y yo. Aunque mi viejita cada día está más difícil… ahora anda con el cuento de que está enferma… no para de ir donde el doctor. “Anselmo, que me voy al doctor, me duele aquí” y yo ya ni me fijo dónde es "aquí", porque todos los días es el mismo telele. Por mí que vaya, ¡si ella está más tranquila! Pero me tiene harto, entre el doctorcito y que ahora oye al Buki todo el día, dale que dale con esa canción que dice “Amor en silencio es andar a favor del viento, amor en silencio, es de Dios la manera de enseñarnos la verdad, es ganar en la vida, el amor con voluntad”. ¡Hasta parece quinceañera, la confisgada! ¿El doctor? No, no lo conozco, pero debe ser bueno porque cada vez que habla de él se le ilumina la cara a la Sole, dice que es un santo varón.

En fin, mi’ja, usté cásese si quiere, pero que conste que yo le advertí que esa carajada no es sencilla. Hasta luego, mamita, llame cuando quiera. Sí, yo le dejo sus saludos a Sole, cómo no. Adiós.

miércoles, junio 20, 2007

La segunda mujer de Luisa Castro

Lo que digo yo:

El planteamiento de la historia en sí es bueno… una mujer de veintipocos que se enamora de uno de cincuenta y muchos y se va enredando en una vida tóxica. Pero la forma en que la autora la cuenta me pareció extremadamente cansina y errática. Para empezar el arrebato de la supuesta historia de amor no me la creo, no fluye, si no que te la lanzan a la cara y te toca asumirla. Y sus diálogos son cursis, forzados, difíciles de tragar con naturalidad. Desde mi punto de vista le falta profundidad en lo que parece pretender, que es retratar la sicología de una pareja con esquema de subyugado- subyugador.

De hecho es de esos libros que me hacen pensar que NO debería leer completo todo lo que empiezo, a veces es perder el tiempo.

No entiendo cómo ganó el Premio Biblioteca Breve 2006 y como lleva tantas copias vendidas como para ser edición de bolsillo.

Lo que dice la contraportada:

Julia es una veinteañera de origen humilde que está saboreando el éxito de su carrera. Gaspar es un burgués catalán de 57 años que necesita volver a sentirse vivo. Cuando se conocen se entusiasman con un amor a primera vista que irá ensombreciéndose por la diferencia generacional y social.

Tan llena de pasión como de descarnada lucidez, la historia atrapa provocando intensas reacciones contrapuestas, y sortea con rigor y dignidad los problemas del siempre difícil género del realismo, logrando una óptima e inolvidable plasmación ética y literaria

lunes, junio 18, 2007

La nada, críptica, por eso es nada

No tengo nada nada de nada tengo una nada enorme como caldero de bruja, adentro siete enanos me dicen aquí no pasa nada, mas qué juntos están, y piando. Se comerían a una vaca antes de que los hierva y los sirva en tazas con asas. “Mejor no se coman a la vaca”, les digo, las vacas a veces dan dolor de panza. “Sigamos juntos y piando, como pollitos nacidos sin cabeza piensan y luego no hacen nada, nada de nada.

Talvez dolor, talvez placer, de ese que se siente cuando otro sufre, no soy sado, no soy maso pero el dolor ajeno algunas veces me sabe a solomillo del más fino. No soy nada. Allí tampoco hay nada aunque se disfracen y sonrían: la la la la, cantemos como gregorianos: dos cuencos vacíos con ese tufillo rancio a la nada, a la nada que se pudre, se agusana y se llena de moho y nadie lava; luego apesta, la la la la.

Y después… ya eso podrías adivinarlo, queda la nada comiendo boronas, migajas, pedazos injustos de las historias ajenas, nos queda la nada, por eso duele, la nada duele cuando antes era el todo, como el cosmos me f r a c- t u - r é en diez mil por diez partículas que ahora nadan, sucumben a ser nada como el gato que se esconde debajo de la cama y ya no maulla ni ronronea porque le tiene miedo a los ratones. No queda nada, te lo dije mil veces, nada de nada….

Por eso no sé qué hacer con las manos, lo mejor sería no hacer nada, qué hacer si antes de cortármelas quiero decirte adiós, como desde un barco, este es mi barco y zarpo mañana, del Puerto de La Nada hasta La cumbre de La Nada. Nada, nada, no queda nada. Talvez el ovillo en que me convierto a veces o el escupitajo que quisiera dedicarte y nunca logró lanzar suficientemente lejos, pero eso está por verse.

Me canso de decir nada, pero no puedo decir nada más que nada. Lo digo y me ahogo, no me agito, me muero, es fácil leerlo pero no escribirlo: aQuí No hAy NaDa. Quiero ahogarme, ser funesta, y funesta quiero ser nada de nada, fúnebre suspiro que le di a tus palabras cuando se merecían un féretro invisible, donde pudieras meter tus vocales y tus consonantes, esas huecas _________ de nada con nada.

Que Dios te bendiga, nada de eso sirve ya. Que Dios te perdone, no creo que tenga ganas. Ni siquiera Dios tiene ganas de nada.

viernes, junio 15, 2007

Pedos queditos has left the building

Este fin de semana se va del piso una de las compañeras del vikingo.

Hay dos, una de ellas conocida como Saruman, Lassie o “Ding dong, the witch is home” o llanamente: La Bruja. Esta es la peor, alguna vez expliqué sus detalles desagradables. La otra, que es la que se va, la llamamos PQ por “Pedos Queditos. Esta expresión tan tica, o tan de mi casa -no sé- define a alguien que hace cosas desagradables o es mala con los demás, pero sutilmente. Como alguien que se tira un pedillo, pero sin hacer ruido… Ella es así, por lo bajini hace lo que sea por estar bien, aunque joda a los demás. Sin embargo, esta chica es menos tóxica que Lassie.

La entrada de PQ al piso fue bastante… singular. Cuando estaba por irse la persona que vivía aquí antes que ella, el vikingo tuvo la confiada idea de contarle a Lassie que yo me quería venir al piso. La muy bruja se fue corriendo a decirle a PQ que se pasara ella. Así, PQ llamó al primo del vikingo (que llevaba los apartamentos) y él se comprometió a dejarla pasarse a este piso. Cuando nosotros fuimos a hablar con él ya le había dado la palabra a PQ.

La solución que nos dio el primo del vikingo fue hablar con ellas. El vikingo les explicó la situación, nos queríamos casar por lo civil aquí y, entre otras cosas, a veces te hacen visitas de control (para asegurarse que no sea un matrimonio por conveniencia) y yo tenía que empadronarme en el mismo piso para evitar complicaciones. Pero además, era ilógico seguir con dos habitaciones en pisos separados porque yo pasaba todo el tiempo aquí.

PQ dijo que ella se iba a mi piso, sin problemas (la habitación que tengo es el doble de tamaño, más iluminada… no se compara) pero que Lassie tenía que decidir, porque era ella quien le había dicho que se pasara. al piso. La respuesta fue, en medio de temblores de furia, “me lo tengo que pensar”. Al día siguiente dijo que no, que a ella no le gustaba vivir con parejas. Plop. No lo puedo entender, la verdad, porque nosotros somos el par más civilizado del planeta. Discutimos poquísimo o nada y nunca con gritos ni malos modos. Somos decentitos. Pero además ella está aquí porque el vikingo la convenció en su momento de no devolverse a Noruega y le ayudó a conseguir trabajo –que todavía tiene, gana la re hostia y tiene incluso coche de empresa-.

La cosa es que este fin de semana se va PQ, pero no estoy tan eufórica como debería… bueno, se explica fácilmente: máximo en octubre tenemos que irnos de aquí porque venden el edificio. Eso nos complica la vida enormemente, porque el plan inicial era irnos a CR a principios del 2008, pero si nos toca alquilar un piso es difícil que nos lo den por menos de un año y yo no quiero esperar tanto rato. Pero octubre tampoco es buena fecha, demasiado precipitado para nuestro gusto.

Lástima, en otras circunstancias esta sería la mejor noticia del mundo, si no fuera por el factor venta, Lassie se iría del piso pronto.

Fotos: son fotogramas del Mago de Oz, de donde sale la canción de "Ding dong, the witch is dead", adaptada por unos servidores para que cumpla otras funciones. Lo peor es que la Bruja se parece a esta!!!!

Tokio Blues de Haruki Murakami

Lo que digo yo:
A pesar de que he tenido cien mil cosas que hacer, me leí el libro sin problemas, un poco más lento de lo que hubiera querido, talvez. Murakami tiene la maestría de contar una historia de amor que podría muy fácilmente caer en lo cursi, pero no lo hace (bueno, en un par de momentos sí, pero como yo soy cursi, me gustaron).

Lo mejor: me enamoré de sus personajes, es como si los conociera de toda la vida y pudiera ir a tomarme un café con ellos.

El autor es muy ágil en crear imágenes a pesar de que no abusa de la descripción y te lleva de la mano de los sentimientos de sus protagonistas.

Lo malo… que esperaba más. No sé más qué, pero más. Supongo que es lo que me pasa SIEMPRE con las recomendaciones, que tengo tantas expectativas que al final no me quedo completamente satisfecha. Pero el libro está bien.

Lo que dice la contraportada:
Toru Watanabe, un ejecutivo de 37 años, escucha casualmente mientras aterriza en un aeropuerto europeo una vieja canción de los Beatles, y la música le hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de finales de los sesenta. Toru recuerda, con una mezcla de melancolía y desasosiego, a la inestable y misteriosa Naoko, la novia de su mejor -y único- amigo de la adolescencia, Kizuki.

El suicidio de éste les distancia durante un año hasta que se reencuentran en la universidad. Inician allí una relación íntima; sin embargo, la frágil salud mental de Naoko se resiente y la internan en un centro de reposo. Al poco, Toru se enamora de Midori, una joven activa y resuelta.

Indeciso, sumido en dudas y temores, experimenta el deslumbramiento y el desengaño allá donde todo parece cobrar sentido: el sexo, el amor y la muerte. La situación, para él, para los tres, se ha vuelto insostenible; ninguno parece capaz de alcanzar el delicado equilibrio entre las esperanzas juveniles y la necesidad de encontrar un lugar en el mundo.

miércoles, junio 13, 2007

Cuando se me sale la ticada



Para empezar, los costarricenses ya desde el gentilicio estamos inventando. Nos hacemos llamar “ticos” o “ticas”. Yo, como buena tica, hago uso de todas esas variantes léxicas que asumimos normales, pero que cuando se trata de comunicarse en otro país pueden causar muchas confusiones.

Veamos algunos ejemplos, de los que más gracia me hacen.

1. hasta: preposición que según la RAE denota el término de tiempo, lugares, acciones o cantidades.
En Costa Rica lo usamos a veces al contrario, decimos “abren hasta las 6”. Queremos decir que estará abierto a partir de las 6, cuando estrictamente hablando la frase dice “cierran a las 6” Con esto me enredo un montón, a veces me rindo y lo digo como sea.

2. “de hoy en ocho días” o “di’oy en ocho”. Decimos esto para hablar de una semana… en realidad son siete días, ¡cuéntenlos! ¡No sé de dónde sacamos ese invento!

3. ahora: según el diccionario es a esta hora, en este momento, en el tiempo actual o presente.
En Costa Rica esto de “ahora” tiene las variantes más sabrosonas del mundo. Decimos “ahora después” para marcar un buen ratote, “ahora” para decir “en un rato mediano”, “ahorita” es un ratito corto, “ahoritita” es ya casi y y “ya” es ya. A menos de que sea “ya casi”, en cuyo caso es mejor que quien espera, se siente.

4. al propio: adrede. Yo digo “esa lo hizo al propio” y siempre saco sonrisas, se entiende lo que quiero decir, pero queda como muy colorida la frase.

5. chinear/ chineado/ chineazón: mimar, cuidar con cariño, mimado, actitud de mimado. Esta fue de las primeras que se aprendió Fernando, no le quedaba de otra porque yo soy una gran chineada.

6. por dicha: me gusta el positivismo de algunas expresiones, una de esas es esta, que quiere decir "dichosamente", pero la usamos muchísimo, es una expresión de mucho agradecimiento por algo. Por ejemplo: "por dicha que mi mamá me organiza todo lo de la boda" o "qué dicha que vinieron".

7. chingo / chinga: desnudo o desnuda. Frase célebre de mi novio cuando se cortó la barba (aunque sabía que en ese caso no aplica) “ando chingo de cara”.

8. Chunche: cualquier cosa es un chunche, “pasame ese chunche de ahí, porfis”. Por cierto, lo de “porfis” es muy tico, también. O muy chineado, no sé. Y hubo un jugador de fútbol cuyo apodo era "El Chunche".

9. Pena: oficialmente significa castigo impuesto conforme a la ley por los jueces o tribunales a los responsables de un delito o falta. O cuidado, aflicción o sentimiento interior grande.
En Tiquicia pena es vergüenza o pudor… “yo no lo voy a invitar a salir, me da pena”.

10. Ocupar: según la RAE es tomar posesión o apoderarse de un territorio, de un lugar, de un edificio, etc., invadiéndolo o instalándose en él.
Para los ticos y las ticas, es “necesitar”, por ejemplo “ocupo que me aumenten el sueldo rápido”.

11. Regalar: dar a alguien, sin recibir nada a cambio, algo en muestra de afecto o consideración o por otro motivo.
En Ticolandés es "dar", "vender", "pasar". Ejemplos: "Regáleme un momentito, ahorita la atiendo", "a mí me regala una coca light con hielo", "regáleme esa libreta que está ahí".
Una vez en México me despacharon muy de mal modo con un "aquí no regalamos nada" cuando pedí "regalados" unos tacos al pastor.

12. carro: aquí el carro es el coche del bebé y allá, el coche (que aquí es el carro) siempre es el del bebé... o sea, estamos al revés. Decimos en Tiquicia "mi carro es un Toyota", aquí "mi coche es un Toyota" aquí dicen "el carrito del bebé", allá sería "el coche del bebé". ¡Ay que me líoooo!

13. Un toque, un toquecito: un poco, un poquito e, incluso, un momentito. Ejemplos: "ese mae está un toque borracho" o "hágase para allá un toquecito", "venga un toquecito".

Hasta aquí, porque si no esto sería eterno, pero me niego a no listar las siguientes: “diay” que no quiere decir nada, es sólo una muletilla pero nos encanta usarla (también su variante “di”, ejemplo: di sí, me agüevás) “mae” que es una expresión como tío en España o dude en Estados Unidos; "qué solano" (qué sol),"qué pacheco" (qué frío, también dicho "me palmito del frijol"), "campo" (espacio, lugar), “tequioso” (travieso), “jamonero” (alguien que se aprovecha de los demás porque lleva ventaja), “chuicas” (cosas), “goma” (resaca), "chanchullo" (trampa), ride pero pronunciado rai (aventón), “zacate” (césped o hierbas), “chocho” o “escocherado” (descompuesto o roto), y todos los derivados de “picha” (perdón por la vulgaridad, es pene pero sus usos son muuuuy diversos), así como "chillar" (sonrojar), “queque” (pastel), “roco” (viejillo), "espeso" (complicado, difícil), “samueliar” (mirar a escondidas, en plan voyeur), “chante” (lugar o casa) y la mejor de todas… ACHARITA, que quiere decir "qué lástima". Sólo que esa ya casi nadie la usa… ¡achará!

Dicho lo dicho:

Diay, déme campo un toque, es que ahorita voy a ponerme chineada y pedirle a ese mae que me de rai a la casa, qué pena… pero no se agüeve porque me voy, no lo hago al propio, lo que pasa es se me escocheró el carro y ocupo llegar al chante temprano, ¡no ve que si no mi mama se me pone espesa!

¡Pura vida y viva la salsa lizano!

lunes, junio 11, 2007

Me siento como Kubica

Este fin de semana he dormido poquísimo. Fernan y yo tuvimos la genial idea de hacer las invitaciones para la boda por nuestra cuenta. Además de ahorrar un poco, eso nos permitía hacerlas a nuestro gusto e imaginación… lo que no consideramos fue el factor tiempo. Yo calculo que desde el momento en que empezamos a imprimirlas hemos invertido en las famosas al menos 28 horas entre sábado y domingo. A eso hay que sumarle las siete u ocho horas diseñándolas, haciendo cambios; las siete horas buscando materiales y comprando lo que necesitábamos y la ventaja de que sábado tuvimos ayuda de mi amiga malagueña.

Mi forma de medir las horas que hicimos ayer es muy fácil: empezamos antes de la carrera de Moto GP que ganó ayer Casey Stoner y que empezó como a la 1 p.m., cuando eso terminó vimos tres horas del partido de Nadal- Federer y luego la Fórmula 1 (que empezó a las 7 p.m. y por cierto me asusté mucho con un accidente terrible que hubo, en el que Robert Kubica no se mató porque no le tocaba, y del que -morbosamente- pongo un vídeo abajo). Después vimos de reojo cuatro capítulos de Friends, yo vi “Supervivientes, el debate” aunque nunca veo el programa pero era ruido de fondo y luego cualquier cosa hasta las 4 am, que empecé a ver “Funny Girl” con Barbra Streisand. A las 6 am decidí que era suficiente y me metí en la cama.

Eso pasa cuando uno tiene ideas graciositas pero poco prácticas. Recomiendo cerrar sobres con cualquier cosa que no sea con lacre, es hermoso pero también resulta un dolor de… de… un dolor. También advierto que cuando uno se casa y se le ocurren estas cosas lo mejor es hacerse con una cuadrilla de ayudantes. Eso o simplemente resistirse a la tentación de invitar tanta gente (hacer 170 invitaciones NO es divertido, lo aseguro).

¡Estoy agotada y nos queda todavía una tercera parte por terminar!
Me siento como Kubica después del accidente… bueno, exagero, a él le debe doler la cabeza un poquito más.

Aquí están las invitaciones, quedaron bien aunque creo que las fotos no les hacen justicia:











Y aquí está el piñazo que se dio el piloto de Fórmula 1 del que hablo:

jueves, junio 07, 2007

Pragmáticos e idealistas

Dice mi amiga malagueña que hay dos tipos de personas… la gente práctica y la idealista. No quiere decir que el idealista no pueda ser práctico, o que el práctico no tenga ideales, si no que un sistema de vida prevalece sobre el otro. Ella, según me cuenta, no tiene problemas en trabajar –poner copas, vender zapatos, ser asistente del asistente del asistente en una empresa –mientras sepa que con eso resuelve sus necesidades básicas.

Su novio, por el otro lado, vive del arte. Para él, si hace eso es venderse y no está dispuesto, aunque pasen penurias él se mantiene fiel a sus ideales. Es cantante, da clases y básicamente respira por su pasión. Cuando tiene unos euros de más los invierte en cosas que para otro mortal podría ser un lujo (se compró un bandeonón hace poco, de segunda y medio maltrecho por unos 800 euros).

Ella lo quiere así y asegura que lo entiende y acepta.

A veces, sin embargo, me da la impresión de que su pragmatismo roza demasiado con su idealismo y salen chispas.

Si lo pienso un poco, yo no me compro instrumentos musicales… pero hago cosas similares. Cada día invento un interés nuevo –que por ahora ninguno es rentable- y me apasiono. Algunos permanecen en el tiempo, otros apenas llegan a serme interesantes.

Solo en la última semana he pensando que quiero: una cámara digital buena y hacer de la fotografía mi pasatiempo en serio (tengo la cámara digital menos buena de este universo), aprender a hacer bisutería y a tejer (compré lana y agujas), que quiero dibujar y pintar decentemente (solo pinto mandalas con mis lápices de colores) y que debería seguir estudiando (me tienta algo de literatura comparada, hispanoamericana o latinoamericana).

Lo bueno es la curiosidad que sé que tengo por todo -menos por la matemática pura y la física que no me interesan ni un poquititito-. Lo malo es que a veces me falta constancia en algunas áreas y que cuanto más quiero, menos concreto.

Algunas mañanas quiero ser práctica, me bajo de la cama y me propongo serlo... entonces se despiertan los ideales y arman un escándalo horripilante hasta que los subo de nuevo al podio.

Creo que me rindo. Yo soy así, como dijo Betty.


Ps. las fotos son mis lanas nuevas sobre los mandalas, todavía no sé tejer ni media cadenilla... pero ya lo lograré. Y por cierto, este es mi post 200! y yo que pensé que llevaba el triple!!!

miércoles, junio 06, 2007

La otra cara de mi cara.

Como cualquier persona, tengo un lado poco conocido y muy disimulado que a veces acude sin invitación. Empieza por mi cara, me pongo seria, incluso parecería que estoy enojada o de mal humor (y ni siquiera es eso). Luego me quedo callada y puedo estar sin decir ni “a” un buen rato. Puede deberse a varias razones:

1. es horrible, lo reconozco, pero me canso de la gente. Cuando paso muchas horas con alguien, muchos días seguidos, acabo por sentirme un poco asfixiada. Después solo puedo pensar en mi soledad, en no tener que ser amable un segundo más… y a veces dejo de ser amable. Hay excepciones, evidentemente, pero a veces no me aguanto ni a mí 24 hrs al día.

2. Me da la timidez, o la introspección en el momento menos propicio o esperado. Nadie me cree cuando digo que soy tímida, pero es que en algunas situaciones lo soy, y mucho. Me gusta el silencio y estar sola, pero trato de ser sociable en situaciones sociales. Ya me vino de fábrica, y lo saco –por poner un ejemplo –cuando escribo: no quiero hablar y no soporto que me hablen. Es el momento en que más cuido de mi burbuja.

Cuenta mi mamá que cuando estaba chiquitita y llegaba del kínder, la conversación solía ser así:

Mi mamá Doña Ileana: Hola Niní, ¿cómo te fue en el kínder?
Denise AKA Niní
(con vocecilla tímida, de ratoncito): Bien.

M:
¿Qué hicieron?

D: Muchas cosas.
M:
¿Ah sí? ¿Cómo qué?

D:
No sé. Mjm... Jugamos.

M:
¿A qué jugaste? contame...

D:
Mjm.

M
(intentando que su hija fuera un poquito más comunicativa): ¿Pintaron?

D: Sí.
M:
¿Qué pintaste?

D: Mjm… varias cosas.
M:
¿Una casita?

D: No.
M: ¿Qué dibujaste?
D: Flores.
M: Me las enseñás?
D: Bueno.

Y así podíamos seguir, mi madre sacándome palabras con cuchara, yo economizando saliva. Entiendo su preocupación… sobre todo porque mi hermana hablaba mucho, así que eso era “lo normal” en mi casa, hablar y hablar, no que una chiquilla de 4 años se negara a comunicarse ¡pero yo no tenía ganas!

3. soy extrema: un segundo puedo ser la reina de la dulzura y después ser un ogro. Trato de no decir cosas hirientes en esos momentos, pero basta con la forma en que miro o c on quedarme callada. Cuando me pasa eso me siento como un zapato, es que siento que haga lo que haga lo más probable es que la cague (perdón por el francés). He variado mi carácter, lo he suavizado, en verdad… pero no basta. Tengo un carácter fuertísimo, yo lo sé.

4. Me pre-ocupo demasiado. Ya sé que de nada sirve, que hay que OCUPARSE, pero no puedo evitarlo, acumulo pendientes y no me doy permiso de estar en paz, aunque sean cosas que no puedo cambiar.

Gracias a (o por culpa de…) estas cosas, a veces me siento como un bicho maligno que debería estar encerrado en casa, lejos de los demás, donde no queden en evidencia mis tintes de Dra Jekyll / Mrs. Hyde. Como estos últimos días: mis tonos grises se están luciendo, a duras penas me aguanto a mí misma, hablo menos que poco –es que no siento que tenga nada qué decir –y estoy por licenciarme con honores en Malos Modos I.


Aghh.
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