lunes, noviembre 11, 2013

La trampa facebookeana

Hace unos días desactivé mi cuenta de facebook, necesitaba vacaciones. 24 horas después tuve que volver a activarla, porque tengo varios programas/apps/páginas vinculadas a mi cuenta de facebook y si desaparezco de una, desaparezco de las otras.

tomada de http://yucatan.com.mx/wp-content/uploads/2013/10/face.jpg


Ya sé que es evidente que esto pasaría, pero como uso el facebook en automático, no me había parado a pensar en que mucha parte de mi vida cibernética pasa por ahí... por ahí o por google.

Cuestión que también me di cuenta de otra obviedad, y es que facebook es más que una red social: es un puto vicio. Vicio para lo bueno: ver y comentar sobre la vida de la gente que uno quiere, pero también para lo malo...

He visto la lista esa de usuarios molestos de facebook que circula... y hay ciertos tipos de usuario que me ponen nerviosa, pero lo que me llama la atención es que usamos la red social para cosas raras. Por ejemplo:

Demostrar lo "X" que somos: divertidos, felices, espirituales, religiosos, creyentes, ateos, profundos, empáticos, viajeros, filosóficos.

Discutir por cosas que en una mesa de tragos sería divertido y que en FB se vuelven una bomba de bilis. El mejor ejemplo: nacionalismos, patriotismos, religión, política.

Insultar a gente que en persona no nos atreveríamos a insultar.

Y la que personalmente me pone más nerviosa:

Lanzar indirectas o comunicarle al mundo los pesares que uno padece: ay de mí, ay de mí. Por ejemplo: "hoy me hicieron daño como pocas veces. Ay, aprendizaje". Lo peor es cuando la gente pregunta qué pasó y la persona en cuestión no responde... o sea, si es privado NO lo ponga en FB para empezar. La variante 2: hoy en el doctor y luego no explican qué pasó... de nuevo, si es privado, NO lo ponga en FB.


Aunque ahora que lo pienso la culpa no es de facebook, es sólo un reflejo de cómo funcionamos los grupos humanos.

Buf.

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