viernes, febrero 29, 2008

Simply Irresistible

Al volver hoy a la casa, me pasó la cosa más surrealista de mi vida.

Voy por la calle, paro en el semáforo. Llevo música puesta, a todo volumen, voy con cara de cansancio y de ¡quiero llegar a casa yaaa!

Un chico de treinta y tantos se me acerca, viene corriendo desde su coche que dejó incluso con la puerta abierta. He aquí lo que me dice:

CHICO: Perdona, sé que te parecerá una locura, pero iba a aparcar mi coche y te he visto, y no he podido aguantarme, tenía que venir a preguntarte si me aceptas que te invite a tomar un café.

Yo me echo a reír. No me lo puedo creer, jajaja, es que la gente no hace esas cosas por la calle. Como me río y no puedo parar, vuelve a hablar.

CHICO: de verdad, perdona, es que no pude evitarlo.

Dejo de reírme, el pobre se puede pensar que es de él, pero es de la situación.

YO: Pues, muchas gracias pero no te lo puedo aceptar.

CHICO: Hoy no... ¿pero otro día?

YO: Es que estoy casada, no me parece muy correcto y no creo que a mi esposo le haga gracia.

CHICO: Vale, jejej, pues perdona ¿eh? y gracias.

El ligador divertido se va sonriendo, le creo que no es algo que haga todos los días.

Yo también me voy sonriendo... llego y le cuento a Fernando, me parece muy gracioso. Y estos infladores instantáneos de ego son buenísimos tras una semana feroz. Que se quite Beyoncé, a ella en la calle seguro que nadie la para, jijijiji. Oh sí, oh sí, soy irresistible, jajajaja.



miércoles, febrero 27, 2008

Cocinar... quin plaer!


Amo cocinar. Me relaja, me pone de buen humor… debe ser herencia o aprendizaje porque mi madre es así.

Aprendí tarde, lo reconozco, y por necesidad. Hasta los 16 años no sabía hacerme ni un huevo frito. Mi madre es genial cocinera, así que tenía maestra; pero no le gusta que nadie meta mano en sus cacerolas, así que tenía limitaciones.

En una casa donde normalmente se comía carne, a mí un día se me ocurrió hacerme vegetariana. Y claro, comer ensalada nada más, o verduritas hervidas… no. Empecé comprándome un libro de cocina vegetariana buenísimo, entre recetas y copiando platos de un restaurante, mejoré mucho.

Cuando me vine a España me enfrenté con el segundo reto, porque aunque yo cocinaba, la verdad que en mi casa me ayudaban a hacerme cosas. Aquí, nanay de china, era yo y mi olla solas contra el mundo.

Pronto me di cuenta de que sabía menos de lo que creía.

Abandoné el vegetarianismo. Primero por ser práctica, es más fácil hacerse un pollo a la plancha y unas verduras que hacer un plato interesante sólo con verduras. Al menos es más rápido. Segundo, porque cometí el error de probar el jamón serrano. Tercero, porque pronto después me vine a Barcelona y el Fernan disfruta comiendo carne.

Así, si él iba a cocinar, mi limitación de ya-no-soy-vegetariana-pero-solo-como-pollo (aparte de pescado, que ya lo comía) resultaba complicado. De hecho creo que no llegué a decirle nunca que no comía carne roja, me la comía y ya.

Y la última fase ha sido la de sobrevivir los dos, sin aburrirnos. También ayudó el año y medio que estuve de ama de casa, sin hacer nada más (no, en ese tiempo TAMPOCO planchaba, jeje). Como Fernan venía a comer al mediodía, yo procuraba entretenerme y divertirme inventando platos o probando nuevas recetas.

Mis webs favoritas de recetas son EPICURIOUS y ALLRECIPES. Sobre todo la primera, de ahí son las fotos de un sabroso curry de pollo y el cheesecake :-P

Mjm… creo que el tema me sale del alma, se supone que estoy intentando comer menos.

martes, febrero 26, 2008

Post muuuy profundo

Domingo, 7 de la tarde.

El estereotipo girado al revés.

Fernando plancha ropa, viendo Grey’s Anatomy.

Yo leo, gafas de pasta y demás. Estudio, hago tareas… de vez en cuando miro el reloj porque S viene a buscar unas fotocopias.

Bueno, también le echo un ojo a mis espectaculares lentejas, que se medio hacen solas en la cocina.

A veces no es así, soy yo la ama de casa. Sobre todo si se trata de cocinar, me la paso genial entre ollas.

Incluso puedo limpiar sin fruncir el ceño.

Diría que hasta lavar ropa me parece poca cosa, si me toca lo asumo y ya está.

¿Plancha? ¿Y ezo qué é?

No.

Me niego.

Si voy saliendo muy arrugada hay dos opciones: me hago la loca y me consuelo pensando que ¡ya se estirará! o me cambio. A veces mi señor marido se apiada y me plancha él, aunque diría que sólo un 1% de mi ropa lo necesita.

Me compro la ropa así, aposta, para que nadie tenga que apiadarse de mí.

Antes era mi madre la que se apiadaba.

Orgullosamente declaro que apenas si sé cómo va una plancha.

Es un aparatejo feo. No me gusta nada de nada. Por mí que se extinguieran.

Nunca NUNCA NUNCA plancho ropa. Bueno, sólo si Fernando está enfermo accedo a romper mi código de ética.

Lo puse en letra pequeña debajo de la firma cuando me casé.

Yo no plancho.

Y punto.


ps. y estoy así de profunda porque es más de la una de la madrugada, y no tengo sueño...

viernes, febrero 22, 2008

Égloga de amor de Plácida y Vitoriano, Juan de la Encina


Lo que digo yo:
No era tan terrible, hasta que a la genia de Plácida se le ocurre suicidarse. El genio de Vitoriano le hace una misa con latinazos incluídos, dignos de los ronquidos de hasta el más amante de la historia y la literatura. Por favor. Por algo no se lee mucho a Juan de la Encina.

Lo que dice la contraportada:
No sé, tuve la dichosa idea de buscarlo por internet y no comprarlo…

jueves, febrero 21, 2008

Cerrada por reformas


Hay días que debería estar prohibido salir de casa, ir a clases, tratar de defender un ejercicio de dirección que sale mal, leer artículos e intentar hacer tareas.

Un día donde estuviera penado por ley hacer cualquier cosa que no fuera vagabundear, regodearse en el mal humor un poco, ver tele o pelis, da igual, pero no hacer nada “de provecho”.

Que si quisieras opinar la lengua se te congelara, a veces es mejor quedarse callada pero cómo cuesta hacerlo.

Esos días oscuros, lluviosos por dentro, de esos cuando ni siquiera hay ganas de gritar auxilio, que sólo queda el sabor áspero de sentirse, por un instante, de lleno en el fracaso. De esos días, esos conocidos y que tanto se le huye, en que la intuición de la parte más triste del alma te escupe en la mejilla, te acorrala y se ríe de tu pánico... de esos, sí, que todo el peso del pesimismo se te trepa en los rizos... y con mi pelo no es fácil desenmarañarse. Días malditos, como el poeta que -medio borracho, medio suicida -se plantea el por qué de la lucha, de las brazadas para no ahogarse, de la construcción de una balsa que a veces decide hundirse. Días, muy concretos, en que se entiende al lemming que se lanza al vacío, harto de su existencia y de toda su especie.

En estos días lo mejor sería que nadie te contradijera, que la luna llena no moviera las emociones como mareas miedosas, que hasta el señor del supermercado te hablara bajito, o mejor aún, te ignorara. 

Hay días en que el corazón, el estómago y el cerebro deberían ponerse en huelga, como mi entusiasmo, que hoy decidió quedarse en la cama. Tendría que haberle acompañado, hubiese sido mucho menos devastador para mi bienestar, estoy segura.

Hay días así… donde debería colgarme un cartelito de “no molestar” o “cerrada por reformas” y dejar de sonreír sin ganas. Días de huelga personal, sí señor, que vendrían perfectos en días como hoy.

La foto es de Hola Images

martes, febrero 19, 2008

Dra Chachita y Mrs Gilipollas

Ya tengo pie derecho otra vez. Me quitaron la venda y me mandaron a caminar, despacito, pero sin muletas. Por fin, estaba harta de andar sin zapato y tener que poner el pie y la media en la calle... ¡qué ascooo!

Pero la visita al doctor de hoy me sembró una duda enorme.

Quienes rondan por aquí hace rato se acordarán de La Muy Gilipollas Estimable Doctora. Para quienes no, pueden leer este post y este, si tienen ganas y/o tiempo.

La cosa es esta… digamos que mi doctora de cabecera se llama la Dra. Chachita, es la que me corresponde desde que me saqué el carné de salud de Barcelona, hace dos años.

He ido al médico unas cuatro o cinco veces en estos dos años y unas tres por urgencias. Esto es lo que ha pasado:

Voy al consultorio de la supuesta Dra Chachita. Me atiende La Doctora Gilipollas (que asumo que es la Dra Chachita), que me trata como un zapato, y a pesar de tener unos calambres rarísimos en el brazo, y no poder juntar dos dedos de la mano, me manda a casa con analgésicos y haciéndome cara de que me lo estoy inventando. Cuando vuelvo porque no se me quita el asunto, me manda una radiografía, aunque me advierte que "no tengo nada".

Voy a Urgencias un domingo porque tengo el brazo fatal. Me atiende otra doctora, me manda analgésicos, que me vaya a la casa y busque a mi dra de cabecera.

Vuelvo un par de días después... con el resultado de la radiografía. Me atiende OTRA doctora, esta amable aunque no demasiado. Esta me mandó un examen más pero el teléfono que me dieron para sacar la cita jamás funcionó. Se supone que tenía que ir una vez más, pero yo, como soy tan terca, paso de ir a ver a la Dra Chachita y cuando llega el verano se me quitan los males.

Declaro que odio a la Dra Chachita.

Voy una vez más (este diciembre) por una amigdalitis. Me atiende otra doctora, medianamente amable… me da ¡analgésicos! Y me manda a casa. Vuelvo a la semana, peor, y me atiende la Doctora Gilipollas. Vaya suerte, pienso, llegar a urgencias y encontrarme a la Dra Chachita. Esta vez me da un antibiótico, aunque me regaña porque tengo la campanilla muy larga y salivo mucho, lo que le dificulta verme las amígdalas (claro, ella sabe que salivo adrede, por joderla).

Pienso, por vez número ochenta, que tengo que cambiarme de médico de cabecera, porque la Dra Chachita AKA Doctora Gilipollas es eso: una imbécil. Como era de urgencias, también atendió a Fernando que tenía una faringitis (sí, en diciembre coleccionamos "itis", mi madre tuvo bronquitis para completar el cuadro) y salió bufando de la doctora tan imbécil que le tocó. "Claro" le digo yo, "es que es la Dra Chachita, mi doctora, ¿verdad que es una bruja?".



Hoy voy a que me mire la pata coja la Dra Chachita. Me preparo psicológicamente para salir desmoralizada, además de que decido que al salir de la consulta, aprovecharé para cambiar de médico de cabecera. Ayer me dijeron que tarda diez días y creo que es suficiente de aguantarle a la Dra Gilipollas. Decido incluso decir el por qué directamente. Me ensayo mi speech "es que la Dra Chachita trata a la gente como si fuera imbécil, como si fuera divertido venir al médico, bla bla bla" o algo similar. Casi entro en catarsis de pensarlo, ¡¡¡finalmente le voy a dar su merecido!!!

Abre la puerta la supuesta Dra Chachita… y NO es la Dra Gilipollas. Es una chica encantadora que me trata super bien. ¿? ¿Ein? Una chica a la que no he visto NUNCA.

Vale, puede que la Dra Chachita esté de vacaciones y esta buena mujer ha venido a hacerle sus horas, pienso. Cuando acabo, bajo por el ascensor y ¡oh sorpresa! Va saliendo del otro ascensor la Doctora Gilipollas.

¡O sea, que la Doctora Gilipollas no es la Dra Chachita! ¿Entonces, he tenido mala suerte crónica o qué carajos pasa?

Estoy por ir al médico la otra semana. Sólo por descubrir el misterio.

No entiendo nada.

lunes, febrero 18, 2008

La Celestina, Fernando de Rojas


Lo que digo yo: Creo que esta es una de las obras de teatro que mayores contradicciones me genera. La encuentro divertida en muchas cosas, pero me aburre a morir leerla. A lo mejor porque como pieza dramática es poco efectiva. Entiendo que el autor, en su momento, fue innovador en la búsqueda de un perfil algo más psicológico para sus personajes, pero ahora esas parrafadas y demás se hacen sencillamente lentas.

Como ejercicio intelectual vale… como ocio, pues no.

Lo que dice la contraportada:
«La Celestina» es, ante todo, un texto sorprendente y original, que ha suscitado gran variedad de interpretaciones. Todo en ella plantea problemas: autor, datación, título, género, significación, intención. Claves significativas que se nos escapan por su ambigüedad. Esta edición, destinada al lector joven, se ha permitido ciertas «licencias»: aunque se han omitido ciertas partes, se ha procurado que estas supresiones no alteren la continuidad y coherencia textuales. La peculiaridad de la obra y el ingenio de su autor permanecen íntegros.

sábado, febrero 16, 2008

De Metallica a Etta James

Una vez superada la etapa de “oigo lo que mis padres ponen”, empecé a desarrollar mis gustos musicales. Hay gente que encuentra un estilo, eventualmente, que le llena todas sus expectativas, o que se alza sobre los otros como el favorito.

Yo no.

Me encantaría ser una apasionada de un tipo de música, saberlo todo… pero siempre me encuentro en el caso de amar y adorar otras cosas.

De adolescente, para una muestra, oía obsesivamente: Janis Joplin, Metallica y Tracy Chapman

Odiaba todo lo que fuera trova y música tropical.

Luego, empecé a amar la trova… era una fiebre de Silvio, Pablo Milanés, los Mejía Godoy, Mercedes Sosa, Filio, Fernando Delgadillo. De ahí derivé a Victor Manuel, Ana Belén, Jorge Drexler y… finalmente… mi amado Sabina. A él sí que lo sigo amando.

Incluso aprendí a querer a la música tropical. Nunca me compraría un disco de salsa ni de merengue (ya ni digamos reggeatón), pero si me lo ponen en la disco bailo, disfruto y no me quejo. Incluso tengo en mi ordenador muestras de todo esto, incluyendo el reggaetón.

Mi Itunes es la mejor muestra de mi eclecticismo, tengo casi cualquier cosa que se puedan imaginar, desde acid jazz y música electrónica hasta foxtrot, pasando por gente como Janis Joplin, The Beatles, Alanis, Chico Buarque, System of a down, Eva Cassidy, Gilberto Santarosa , Fiona Apple y Bersuit Vergarabat.

Aunque últimamente estoy pegada en la música vieja en inglés. Léase Ella Fitzgerald, Frank Sinatra, Bobby Dorin, e incluso menos antiguos como Joni Mitchell.

Soy rara, yo creo.

miércoles, febrero 13, 2008

Persépolis de Marjane Satrapi


Lo que digo yo
Genial. Me encantó el estilo de las ilustraciones, pero más que la autora saber contar, en pocas páginas y de forma amena, una realidad que de otra forma sería difícil de acercarse. Probablemente más por falta de interés (mea culpa) que por carencia de medios para enterarme. La cosa, en todo caso, es que entiendo mucho de la historia de Irán gracias a Marjane Satrapi, y creo que por ella puedo aceptar y ver las cosas desde otra perspectiva, diferente a la visión occidentalizada.

Lo mejor es la penúltima parte, todas las reflexiones sobre pertenecer o no, sobre quedarse a caballo entre dos tierras… maravilloso.


Lo que dice la contraportada
Persépolis es la historia autobiográfica de la iraní Marjane Satrapi, la historia de cómo creció en un regimen fundamentalista islámico que la acabaría llevando a abandonar su país. El cómic empieza a partir del año 1979, cuando Marjane tiene diez años y desde su perspectiva infantil es testigo de un cambio social y político que pone fin a más de cincuenta años de reinado del sha de Persia en Irán y da paso a una república islámica. Además de diferenciarse de los demás niños por haber sido educada al estilo occidental dentro de una familia de clase alta y por unos padres partidarios del islamismo moderado, "Marji" (como la conoceremos al principio de la historia) también tiene una considerable inquietud intelectual para una niña de su edad y notable imaginación que la lleva a mantener conversaciones con Dios -al que encuentra un curioso parecido con Karl Marx- o soñar con llegar a ser algún día la última profeta que siga los pasos de Jesús y Mahoma.

¡Una sorpresita!



Llego a mi casa, cargando el cansancio de andar con muletas todo el día y…

Me parece que he visto un lindo sobrecito…
¡es cierto, es cierto, he visto un lindo sobrecito!


De Costa Rica. Interesante. Subo lo más rápido que mi pata mala me da, paso de ir al baño aunque tengo ganas de hacer pipí… es que primero lo primero.

Abro el sobre.

¡Una sorpresita!

El Monsieur Capitán Melcocha me envió un regalo genial. Un DVD con 7 conciertos de Les Luthiers… y una carta hermosa. Todo empezó con un post suyo que tenía un vídeo del grupo, que vi dos veces una mañana y me hizo irme con la sonrisa puesta. En la noche le puse el video a Fernan. Sabía que planeaba mandarme algo porque me pidió la dirección, pero no sabía el qué.



¡¡¡¡Qué emoción!!!!

Muchas gracias, Capitán, sos un sol de verano. Un abrazo enorme y un besote.

Ps. Dejo del video que vi en el blog del Capi, es largo pero merece la pena, jajajaja… es tan tontito, el humor que más me gusta, de juegos de palabras y demás.

martes, febrero 12, 2008

Mis Manolo Blahnik

Hace unos días leí por ahí, de nuevo, sobre la discusión de los libros cibernéticos. Los que están en contra de esta tecnología aseguran que serán los que hagan desaparecer los libros de papel. Los amantes de los libros insisten en que eso no puede pasar.

Yo, que amo los libros con loca pasión, pienso que asumir que un día dejarán de existir es ir en contra del principio mismo de la cultura. Y de la escritura. Si no ha desaparecido ni el teatro -amén de la existencia del cine y la tele -¡no me vengan con cuentos!

Para empezar, ni los ordenadores ni el acceso a internet es realmente universal. Mientras haya la pobreza que hay en este mundo, no hay caso siquiera en pensar que un objeto electrónico pueda sacar de juego a uno hecho de papel. A esto se suma que nadie anda con un ordenador por ahí "por si acaso", como ocurre con los libros. Ya sé que hay lectores de ciberlibros, pero ¿alguien conoce a alguien que tenga uno? A mí me gusta hacer el viaje en metro con el libro en la mano, a veces hasta caminar y leer a la vez.

En segundo lugar, leer en la pantalla es cansado. De hecho creo que, una de las razones por las que los blogs con entradas excesivamente largas (tipo novelas o cuentos larguísimos) no prosperan es que el medio no es tan cómodo, además de que la conexión a internet significa demasiados estímulos y posibilidades como para quedarse en un sitio demasiado tiempo.
Pero la tercera razón que pienso es la fundamental. Los amantes de los libros, los frikis que los compramos a veces por el placer de tener “uno nuevo” en la interminable lista de espera, lo hacemos por amor a la literatura, claro está, pero también por amor al objeto.

Aunque yo no soy de las que paga cualquier cosa por un libro (de hecho diría que el 90% de mis libros son ediciones compactas o de bolsillo y sólo si me muero de ganas y no puedo resistirme me compro libros de más de 20 euros), hay una cosa tremendamente fetichista en tenerlo. No, ni siquiera cuenta sacarlo de la biblioteca, hay que poseerlo.

Al menos yo lo confieso, tengo una relación amorosa, a veces incluso sado-maso con mis libros. Los compro aunque sufra porque no puedo leer más, los compro aunque luego los lea y los odie, o los lea y los ame aún más. Los compro aunque en los estantes ya no quepan y se peleen entre ellos cuando me acerco a la estantería, buscando una nueva presa. Los compro porque son lo que para Carrie Bradshaw sería un nuevo modelo de Manolo Blahnik. Son mis Manolo Blahnik.


Una vez una amiga, tratando de convencerme de no comprarme un libro caro me dijo "piensa la blusa que te puedes pagar de ahí". Salí corriendo a comprame... el libro. Y no me arrepiento, fue uno de mis favoritos del año pasado. Y aunque me guste la ropa, fíjate tú... ¡no tengo blusa favorita!

Aún así, y conociendo a gente más obsesiva, diría que tengo una relación bastante sana con ellos. Fernan tiene prohibido llevar mis libros a la bañera, pero uso las tapas como marcadores de lectura (pecado capital para algunos puristas). La regla que poquísimas veces rompo es entrar en librerías de segunda mano, aún es tema tabú para esta servidora. Lo hago, sí, pero a escondidas y en contadas ocasiones. Me siento infiel en estos lugares.

lunes, febrero 11, 2008

Ventajas y desventajas de ser Patitiesa

Ventaja: mi señor marido me trae todo. Aunque le pida cien cosas, aunque esté en otras. Va, no se queja, me lo trae. Hasta me regaña si intento hacer las cosas sola.
Desventaja: mi señor marido hoy está trabajando. Nadie me trae nada.

Ventaja: puedo ver películas y series.
Desventaja: eso era ayer, Fernan ponía el tele. Hoy… pata coja no logra cuadrar todos los movimientos para que un DVD funcione exitosamente.

Ventaja: puedo leer.
Desventaja: no tengo ganas.

Ventaja: no tengo que lavar platos ni cocinar.
Desventaja: tampoco puedo traerme un plato con comida de la cocina. Con las muletas no tengo manos libres, saltando en un pie tiraría todo por el suelo. Menos mal que mi señor marido me dejó dos manzanas y un yogurt a mano, pero ya me comí todo. Aghhh.

Ventaja: nadie me regaña si no me quiero duchar.
Desventaja: hoy sí me apetecía ducharme. Lo logré, pero fue una misión de alto riesgo, de sólo pensar en repetir mañana me da una pereza… es que quitarse y ponerse ropa haciendo equilibrio con un pie no es exactamente divertido.

Ventaja: las golosinas son parte del tratamiento.
Desventaja: se supone que yo estoy a régimen.

Ventaja: soy la alegoría de la vagancia.
Desventaja: justo en la vagancia se me ocurren ciento cincuenta cosas qué hacer.


¿Tres-cuatro días sin apoyar el pie? Mjm… eso es mañana. O sea, que mis cálculos indican que miércoles puedo intentar ser persona normal otra vez. Veremos si mi tobillo está de acuerdo con los cálculos.

sábado, febrero 09, 2008

Pata coja is in the house!

Viernes. 8:10 p.m. Tras el curso de artes escénicas japonesas voy camino al metro con un chico de tercer año y con S. Al cruzar una calle veo que hay un desnivel, antes de que me dé cuenta me tropiezo y antes de que pueda reaccionar caigo como saco de patatas en media calle. S y el chico de 3ero me levantan y me llevan a una banca. Me duele mucho, MUCHO el tobillo, pero el chico me consigue hielo y se va. S se queda un rato más, pero le insisto en que se vaya, tiene entradas para el teatro, no puede hacer nada por mi pie y ya Fernando viene en camino.

Viernes 8:45 p.m. Cuando recién se ha ido S empiezo a sentirme realmente mal. Puede ser el frío, una bolsa llena de hielo pegada en el pie no ayuda, pero me duele cada vez más, me mareo, siento que me voy a desmayar. Intento parar a varias personas en la calle sin éxito, la última chica con quién lo intento no lleva ningún caramelo encima… me descompongo, me da un kleenex. Finalmente aparece Fernan.

Viernes, 9:20 p.m.
Vamos a la clínica… la doctora me toquetea el tobillo mientras yo doy saltitos y digo "auch". Me manda al hospital porque ahí no hacen radiografías. La doctora se sospecha que puedo tener algo roto, porque hay un par de puntos de dolor bastante agudos. Los hospitales son muy deprimentes, pero la doctora anterior me dio un ibuprofeno y me duele un poco menos.

Sábado, 12:30- 1 am. Radiografías… no tengo nada roto. Menos mal, es un esguince seriecillo, de 2do grado, pero no es grave. Tres o cuatro días de descanso, muletas y demás y en unos diez días tengo que ir donde el doctor a que me valore.

Hoy me han mandado mensajes mis amigos del Institut, me llamo N, C vino a dejarme unas muletas. La ventaja en la desventaja: es tan reconfortante que la gente se preocupe genuinamente por lo que te pasa, que casi me deja de doler el tobillo.

Mi problema… que no quiero quedarme metida en casa, pero ir en metro a clases es absolutamente inviable. Ya veremos… qué aburrimiento.

viernes, febrero 08, 2008

I miss you


Yo me acostumbro muy rápido a la buena compañía. 

Teníamos casi cuatro años sin vernos, vino unos días y ya se fue. 

Lo del tiempo sin vernos yo no lo noté... hablamos, paseamos, comimos... como si nos hubiéramos visto seguidito desde el 2004. Creo que esas son las cosas bonitas de la gente con que uno tiene real afinidad, el tiempo no carga nada, no disminuye nada, se disipa.






Extraño decir "buenos días, Alita".  

Ayss... a veces esto de las distancias me parece la peor de las mierdecillas que se inventaron.

jueves, febrero 07, 2008

Marranadas, de Marie Darrieusecq

Lo que digo yo:
Oí hablar de esta autora hace un par de años. Hace unos meses me compré el libro. Ya me lo leí. No sé si tengo nada más qué decir… jajaja… sí, sí tengo. Parte de una idea germinal bastante buena, está escrito de forma amena y creo que esboza una metáfora social que no deja de ser inquietante. Pero, lo siento, seré yo que no soy muy buena inventándome interpretaciones, porque no veo por qué taaantooo burumbúm. No lo entiendo. Para mí, como “alegoría futurista de la vida cotidiana” (eso dice la contraportada…) se queda corta. Si de verdad esa era la idea, no entiendo por qué la autora no lo desarrolla más. A mí me supo a esos inventos que primero se hacen y luego se les busca el uso. A las teorías que acompañan las "ideicas" de algunos. En fin. Por dicha que es cortito y lo leí rápido.

Lo que dice la contraportada
La metamorfosis insólita de una atractiva dependienta de perfumería es la peripecia central de esta fábula a su vez cándida y violenta. Marranadas es una alegoría futurista de la vida cotidiana en cualquier gran ciudad europea, una sátira cruel e irónica del consumismo que nos domina, un retrato despiadado de gente sin escrúpulos: Políticos lujuriosos, neonazis aburridos y presentadores de telebasura. Con un erotismo perverso y falsamente ingenuo y con un lenguaje poético y corrosivo, Marie Darrieusecq construye, en unos inesperados escenarios parisinos, una parodia de la vida urbana actual y nos lleva hasta más allá de nuestra época, hacia un posible e inquietante siglo XXI.

AY PERO POR FAVOR

Ignoro si alguien que me lee (en España) vota al insigne Partido Popular. Si es así, que dé un paso al frente y me expliqué cómo se puede hacer eso. ¿¿¿CÓMO ALGUIEN PUEDE VOTAR AL PP???

Dice Rajoy que gracias al “contrato para inmigrantes”, los extranjeros que habitamos por aquí cumpliremos la ley, aprenderemos la lengua, pagaremos los impuestos, trabajaremos para integrarnos y respetaremos las costumbres españolas. Si alguien, aunque haya cotizado como otro español que le corresponda el paro, pasa un año sin trabajo: fuera… a su país de vuelta y pitando. Además, agregaron otros amables fuentes del PP, se observará que cumplan con normas de higiene.

Vamos por partes. Hasta donde yo entiendo y he hecho, la mayoría de estas cosas YA son obligaciones legales. ¿Entonces? Casi parece que Rajoy quiere hacer creer que los inmigrantes vivimos al borde de la ley. En cuanto a las costumbres, que me lo baraje más lentito. ¿Comer tortilla, jamón, tomar vino? ¿O toros y decir "olé", bailar flamenco, hablar pronunciando la “c” y la “z”? ¿A qué carajos se refiere, de verdad? ¿A las costumbres, además, de cuál región exactamente?

Me parece super peligroso jugar con las falacias y los malentendidos… así se generan las opiniones negativas que pueden acabar en actitudes agresivas. Un político responsable no debería, bajo ningún concepto, sembrar semillas de árboles tan tóxicos.

Ay Dios. Estas declaraciones, justo cuando hice cola en el Registro Civil esta mañana, y me dieron cita para lo de la nacionalidad dentro de DOS años, me ponen muy nerviosa. Si gana el PP igual me piden hasta informe médico de las sustancias consumidas en los últimos años, para ver si he comido como española o no. O yo qué sé, me preguntan cuántos amigos extranjeros tengo VRS amigos españoles.

Como si fuera poco, el secretario ejecutivo de economía y empleo del mismo partido se ha dejado decir unas cosas bien bonitas, entre ellas que el crecimiento económico que ha “ayudado” a crear los inmigrantes es de “baja calidad”. Agrega que, para colmo de sus males, la mano de obra que viene ya ni siquiera es cualificada, como antes, porque ya no se encuentran "aquellos camareros maravillosos que teníamos, que le pedíamos uno cortado, un nosequé, mi tostada con crema, la mía con manteca colorada, cerdo, y a mí uno de boquerones en vinagre y venían y te lo traían rápidamente y con una enorme eficacia”.

Querido señor secretario ejecutivo del bla bla bla del pp: NO ESTOY AQUÍ PORQUE LAS MAMOGRAFÍAS SEAN GRATIS, NO VINE A ESTE PAÍS A SERVIRLE CAFÉ y aunque ese fuera mi objetivo… puede irse usted al CARAJO Llévese a Rajoy, así se ahorran un viaje en metro con todos esos inmigrantes zarrapastrosos.

ps. sí, estoy que me lleva... que me lleva Candanga, como dicen en mi casa. Aghhh
ps 2. Se me acaba de quitar la mitad de la rabia... la razón es que existo en una de mis librerías favoritas:

martes, febrero 05, 2008

Gente que incomoda: el ligador incansable.


Vas con amigos al bar, a la disco, a donde sea. Todo genial, nadie anda en plan de ligar ni de lejos. Y nunca falta… nunca. No importa lo que hagas, en una jornada normal de fiesta, siempre aparecerá el ligador incansable.

-Hola.

Ya empezamos. Ignorar Ignorar Ignorar.

-Hola.

¿Cuál parte del silencio no te quedó clara? ¿Es que mi cara de “no” está fallando últimamente?

Si no es conmigo es cualquier otra de mis amigas y todas intentamos seguir las siguientes estrategias:

-Le pido a mi amigo gay que me abrace… así pensará que es mi pareja. Nada. Aprovecha cuando se va a la barra o al baño para seguir jorobando la paciencia. Le digo a mi amigo S que me abrace más. Me abraza y baila así un rato a ver si acaso se larga el pesado. Nada. NADA. ¡¡¡NAADAAA!!! Al ligador incansable le gusta el asunto de que tenga pareja, le ponen los retos o a mi amigo se le ve el plumero (que es bastante probable, es un osito tiernísimo).

-Le digo que estoy casada. Hasta le enseño el anillo. Sigue conversando. El ligador incansable debe pensar que una mujer BIEN casada estaría en el bar con su marido. Ha interpretado que mi amigo gay NO es mi marido y, por lo tanto, soy una chica de cascos ligeritos. Luego explica que “sólo quiere hacer amigas”. Ajá. Y yo nací ayer a las 3 de la tarde.

-Bailo de forma que mi codo, extrañamente, vaya a dar entre sus costillas en reiteradas ocasiones. Se aleja un poco. Luego vuelve. El ligador incansable es ciego, no ve señales y nunca claudica en sus buenas intenciones. Para él un "no" es un "insiste".

-La única que me ha servido hasta ahora: abrazo a mi amiga M, y le digo con una sonrisa: “es que a mí me gustan las chicas”. Funciona. Se va. No me lo puedo creer, y yo que lo usé como último recurso, pensando que le alimentaría su fantasía típica de dos chicas juntas.

De camino al metro, como es tarde, mi amiga y yo hacemos la misma farsa, vamos de la mano, con los dedos entrelazados y ¡oh maravilla! Nos miran con curiosidad, pero nadie se mete con nosotras.

Lesbiana de mentira 1 Ligador Incansable 0.

ps. lo que sigo sin entender es por qué "tengo marido" no funciona y "me gustan las chicas" sí, cuando ambos casos deberían ser igual de rotundos :-P

domingo, febrero 03, 2008

Gente incómoda: El pretencioso / La pretenciosa

Dime de qué alardeas y te diré de qué careces. Ese es el lema.

Alguna vez lo he sido, lo reconozco. Sé que en algún momento de mi vida traté de parecer madura, o inteligente, o leída, o lo que fuera. Hasta que me di cuenta de que era absurdo e innecesario, porque esa careta es fácil de destapar. Y eso que sí soy, se ve -lo bueno y lo malo-, no tengo que demostrarlo.

Pretenciosos hay de todos los tipos: la que asegura que come muchas harinas, golosinas y demás y está flaca como un palo… pretende ser tan especial que la comida no le hace efecto. Está el que habla de sus pertenencias como si su vida dependiera de ello, sus temas favoritos son los coches, los móviles y otros aparatejos similares. Cuando habla del tema no cuenta detalles interesantes de por qué le gusta tal o cual cosa, más bien se trata de dejar claro que tiene gusto selecto y caro. Está el que dice ser fanático de algo, pero si escarbas un poco es evidente que sabe lo básico y poco le interesa ahondar.

Están los supuestos activistas sociales. Esos que dicen que la vida debería ser así o asá y luego sus actos –en privado, por supuesto- contradicen su pretendida ideología. Que si el consumismo bla bla y luego van y gastan. Que si el machismo y luego siguen esquemas de vida trágicamente patéticos. Ay pero por favor.

Entiendo que cada uno tiene su contradicciones, pero hay límites entre ser una persona poco consecuente en algunos temas -como lo somos todos los seres humanos- y tener directamente dos caras.

Pero el que más me patea el hígado es el pretencioso intelectual.

Por ejemplo: Fulanito habla día y noche de los ochenta mil libros que lee, incluso asegura que se lee mínimo dos por semana. A partir de eso, suele entablar conversaciones supuestamente profundas y doctas sobre los temas. Cita autores cada dos frases, nada es suyo, todo es “como dijo_________”; relaciona todo con aquel libro maravilloso que se leyó. Pero sus libros leídos son siempre de primera línea, jamás admitiría que se ha leído un best seller, o que un libro supuestamente ligero le agrada.

Aclaro, en todo caso, que yo trato de escoger un poquito lo que leo, pero no me limito a eso. Y creo que hay best sellers que lo son por su calidad, no por el marketing. También es cierto que nunca me verán con una novela de Nora Roberts o Corín Tellado. Pero no es porque crea que mi cerebro involucionará, simplemente no lo leo porque no me entretiene… me aburre mucho, como tampoco me entretuvo Herman Hesse y volvió al estante sin mayor problema. Adiós Lobo Estepario, ya lo intentaremos en otro momento… o no.

Así, el problema no está en la escogencia literaria de Fulano, que me parece genial si todo aquello que dice es cierto, si no en sus motivos para leer los títulos que escoge: lo hace para quedar como una eminencia en el tema, por encima de los demás.

Por el contrario, amo la gente genuinamente interesada en lo que sea. Con inquietud sana, de esa que los hace moverse por su propio gusto, no porque nadie más vaya a quedar por debajo de su hombro. Me gustan los lectores ávidos que te cuentan sobre sus intereses porque los llevan casi en la sangreel último libro que leyeron porque los impactó, no porque quede bien. Así sea Ulises de James Joyce o la última edición de las tiras cómicas de Condorito.

Expiación

Ayer fuimos Ale, Fernan y yo a ver Expiación. Terminó la película y nos quedamos viendo los créditos finales. Esa es la típica cosa que sólo se hace cuando te ha encantado lo que viste, o te deja muy impactado.

A mí me encantó. Está muy bien hecha, con una fotografía genial, tanto de planos como iluminación. Las actuaciones son espectaculares, sobre todo la de las tres que hacen de “Briony”.

De hecho, se supone que la protagonista es el personajes de “Cee”, interpretado por Keira Knightley, pero personalmente creo que la “secundaria” le roba el papel central en muy buena lid. (Por cierto, que alguien le diga a la Knightey que COMA ALGO, que ese look de cadáver andante no está de moda, y no se le ve bien. Aunque haya desmentido cien veces que tiene problemas de anorexia, lo cierto es que no tiene la contextura de una mujer normal... esos bracitos de famélica me pueden; me angustia que sea tan pero tan flaca, un día de estos se va a partir en dos…)

Da gusto ir al cine y ver cómo un director se solaza en los detalles: la presencia continua y simbólica del agua, las cartas como motor de la acción, los juegos de luces y sombras.

Y la banda sonora. Oh. La banda sonora. El creador es Dario Marianelli. En la barra de la derecha hay una de las piezas.

Recomendada está.

viernes, febrero 01, 2008

Gente incómoda: el intimidador

Hace unos días, Fanma contó en su blog sobre un cliente molesto, de esos que acaban por intimidar sin mayor esfuerzo por su parte. Empiezo a hablar hoy, entonces, de gente que incomoda.


EL INTIMIDADOR

Ese que invita a agachar la mirada o quedarse muy calladita, gente a la que soy incapaz de llevarle la contraria. Dícese, en algunas ocasiones, de un cabrón (a) que sabe que sólo vencerá metiendo miedo, pero aún así suele salirse con la suya.

En mi defensa debo decir que he mejorado (serán los años) y que cada vez hay menos personas que logren ponerme en dicho estado.

Aún así, reconozco que mi mayor fuente de intimidación viene por cuatro vías:

La gente excesivamente guapa, ya de concurso, fuera de serie y que sabe que está que mata. Esto en chicas y chicos por igual.

La gente muy famosa. Contadas veces me he visto en ocasión de acercarme a un famoso de verdad, pero las pocas veces que me tocó, mientras trabajaba de periodista, me ponía en un estado de nervios que sólo lograba manejar con mucha concentración y actuando. Me acabo de acordar cuando conocí a Saramago (suena a que vino a cenar a mi casa, jajaja, cuando en realidad me dio la mano, hizo un comentario bonito sobre Costa Rica y me firmó un libro). El punto es que estaba bastante nerviosa, poco dije, sólo atiné a sonreír. También es cierto que ¿qué carajos iba a decirle? “¿cuándo sea grande quiero ser como usted?”. Mejor callada.

La gente increíblemente inteligente, o conocedora de un tema. Sobre todo si el tema me interesa a mí también, me siento pequeñititititita.

La gente con mucho poder. Según el caso puede ser desde alguien que me atienda en la oficina de Extranjería, el director de la carrera, el dueño del piso. Sobre todo si nos los conozco personalmente… nunca se sabe si usarán su posición jerárquica para ayudarte o para joderte. De estas tengo mil historias, pero la peor de todas fue una profesora que, cuando me atreví a llevarle la contraria en algo que yo tenía razón, usó su mejor táctica de terror, acoso y derribo, hasta que –muy a pesar mío- me rendí.

Si hacemos combinaciones ya la cosa deja de ser manejable, alguien famoso muy guapo: me muero. Alguien muy muy guapo e increíblemente inteligente: no puedo. Alguien inteligentísimo y famoso: me quedaría congelada. Alguien con poder, inteligente, guapo y famoso: la muerte en patines.

Ahora, sé que algunos de estos especimenes no hay motivos para temerles, o sentirse amenazado, pero tengo claro que más o menos así funciono.

Lo gracioso es que, no siendo ni guapa de concurso, ni increíblemente inteligente, ni famosa ni poderosa… intimido a mucha gente. Es probable que la gente que me tiene miedito sea porque tengo un carácter fuerte, o porque hablo como si me las supiera de todas: todas. Es curioso pensar que a cada cual nos crea esa sensación de indefensión algo diferente.

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