Acabo de ver la película “La Zona”, ópera prima de Rodrigo Plá. Me gustó muchísimo. No compraría el DVD (que es mi medida de películas de ver y ver y ver, aunque nunca llegue a comprarlas), pero valió la pena. Y eso que fui porque tengo que analizarla para un curso, al final tendré que darle las gracias al profesor.
El planteamiento es sencillo: en México DF hay un residencial de lujo amurallado, con alta seguridad y residentes de "primera". Fuera de esos muros, miles y miles de casas a medio hacer, chabolas, tugurios, gente necesitada. Una noche, tres ladrones logran entrar a La Zona. No cuento más.
Me puse a pensar si una historia como ésta tiene algún impacto en países europeos. Al menos aquí, si no es por las noticias esporádicas de robos a casas de lujo, la gente vive bastante tranquila. No ha llegado la paranoia de poner rejas, portones, guardas con ametralladoras y demás que sí hay en Latinoamérica. Lo más triste, pienso yo, es que la mitad del asunto es miedo infundado.
Pero es tan real que me ericé, y es que para los ticos, aquello era como ver Bosques de Lindora en medio de Los Cuadros. Espeluznante la esquizofrenia social, esa de me tapo los ojos y se acabó.
No tiro piedras a quienes viven así, porque seguramente si yo tuviera tanto dinero me buscaría un residencial al menos con un guarda y bajo ningún concepto tendría una casa sin rejas. Todos estamos contagiados. Triste.
Imagen: fotograma de la peli sacado de aquí
El planteamiento es sencillo: en México DF hay un residencial de lujo amurallado, con alta seguridad y residentes de "primera". Fuera de esos muros, miles y miles de casas a medio hacer, chabolas, tugurios, gente necesitada. Una noche, tres ladrones logran entrar a La Zona. No cuento más.
Me puse a pensar si una historia como ésta tiene algún impacto en países europeos. Al menos aquí, si no es por las noticias esporádicas de robos a casas de lujo, la gente vive bastante tranquila. No ha llegado la paranoia de poner rejas, portones, guardas con ametralladoras y demás que sí hay en Latinoamérica. Lo más triste, pienso yo, es que la mitad del asunto es miedo infundado.
Pero es tan real que me ericé, y es que para los ticos, aquello era como ver Bosques de Lindora en medio de Los Cuadros. Espeluznante la esquizofrenia social, esa de me tapo los ojos y se acabó.
No tiro piedras a quienes viven así, porque seguramente si yo tuviera tanto dinero me buscaría un residencial al menos con un guarda y bajo ningún concepto tendría una casa sin rejas. Todos estamos contagiados. Triste.
Imagen: fotograma de la peli sacado de aquí
Y PS/ ya tengo cuenta de paypal y demás facilidades para comprar broches (si lo piensan detenidamente, es buenísima opción para regalos de Navidad y por ser bloggers hago precios especiales y amorosos ;-))