Hoy fui a un casting, ya contaré de que era… cuando salga (
dedos cruzaditos). De ahí que recordé las cinco razones principales por las que odio las pruebas de este tipo:
1. si es de teatro, lo común es que el director tiene ya un elenco en mente, el ideal. Muchos de los integrantes serán sus amigos (
normal, yo también lo hago), así que con mucha suerte habrá uno o dos lugares por llenar, no más.
2. si es televisión, suelo sentirme como la patita fea en el lago de los cisnes. Tengo muy buena opinión de mí misma, pero yo me quiero. Estar sentada, esperando, en una sala llena de chicas que parecen modelos no es exactamente divertido.
3. nunca se sabe qué quieren. La mente me revoletea sin pausa, pienso
“tengo que ser seria”, “tengo que ser simpática”, “tengo que parecer segura”. Es un calvario.
4. la mayoría de las veces no te llaman para decirte “
la has cagado, gracias por venir pero hay otra mejor”. Si lo hicieran, al menos podrías preguntar por qué y tratar de mejorar, pero no hay caso. La única forma de enterarse de cómo te ha ido es ver el nombre de otra en la tele, en el poster del teatro o, en casos extremos, verla sentada en “
Salsa rosa” muy dueña de sí hablando de su vida privada.
5. la espera es interminable. Relacionado con el anterior, te pasas semanas pensando que talvez todavía te llamen. Lo peor es que en algunos casos sí que te llaman y ya para entonces tienes otros compromisos. Caso de la vida real: estando en Coruña me llamaron a una audición, fui… un mes, dos, tres. Dos semanas antes de venirme a vivir a Barcelona me llaman para decirme que me han dado el protagónico. Respuesta obligada: es que ya no puedo. Plop.
Una
extra: en mi caso, para todos los castings del mundo mundial tengo un plus que también es un menos: mi look, puede ser “interesante” pero es diferente. Nunca sé si eso me traerá consecuencias positivas o negativas. Y, como si fuera poco, toda mi vida voy a ser así, no es nada que pueda “mejorar”. Agh.
En fin. Es lo que toca a veces, ir, hacer el numerito, creérsela y esperar.
Pero de que apesta:
apesta.
Fotografía: Alex & Laila