La Navidad catalana me parece de las cosas más divertidas del mundo. Tienen dos tradiciones bastante escatológicas con que celebran el 24 de diciembre, el cagatió y el caganer.
El cagatió es un tronquito, a veces le ponen cara y sombrero tipo Santa Claus, otras solo una mantita y se le canta una canción mientras se le pega con una vara... "cagatió, d'avellanas y turró, tan si cagues com si no, et donaré un cop de bastó, cagatió" (cagatió, avellanas y turrón, tanto si cagas como si no, te daré un golpe de bastón, cagatió). Cada persona canta, luego mete la mano debajo de una manta que le cubre la parte trasera al tronco y así, descubre qué regalo ha cagado el tronco. Se supone que al que se porta mal, el cagatió le deja carbón, si fuimos buenitos, deja regalos.
El segundo es el caganer (pronunciado "cagané"), que es una figura de un pastor que se pone en el portalito, usualmente en un rincón escondido (pero también los hacen en personajes famosos, en la feria del templo de la Sagrada Familia hay Príncipes Felipes, Letizias y Papas, como ahí en la foto, Eto's, Ronaldinhos, Zapateros, Rajoys... en fin). La tradición se supone que está cimentada por dos razones, la primera es que las heces fertilizan la tierra, pero también que con el caganer se deja claro que todos los seres humanos somos, al final, iguales. En todo caso tienen buen sentido del humor :-)
El miércoles en clases de catalán hicimos la ronda de cánticos para el cagatió, fue divertido aunque primero yo había hecho concierto de violín enfrente de toda la clase... es que la profesora cantó un villancico super bonito y tiene una voz demasiado dulce, me dio la llorona. Pero al menos estoy menos Grinch (me corté las uñas laaaargas laaaargas que me estaban saliendo y el verde de la piel me lo maquillo).
El fin de semana pasado repetimos tradición en casa de los tíos de Fernando, hicimos galleta de gengibre y mazapán, hice dos cerditos y un ratón, ¡soy una pro! Y este fin iremos de cena con su familia. Sigo con la espinita de que la Navidad sin tamales de Costa Rica y mi familia es sólo un conato, pero también agradezco por la compañía que me rodea, sería una ingrata si no lo hiciera.
Inhalo, exhalo, ¡todo va a estar bien! (de regalo previo una cosa genial: Saruman, la compañera de piso, se fue hace días... y su ayudante se fue hoy... gloooooooria, in excelsis...)
El cagatió es un tronquito, a veces le ponen cara y sombrero tipo Santa Claus, otras solo una mantita y se le canta una canción mientras se le pega con una vara... "cagatió, d'avellanas y turró, tan si cagues com si no, et donaré un cop de bastó, cagatió" (cagatió, avellanas y turrón, tanto si cagas como si no, te daré un golpe de bastón, cagatió). Cada persona canta, luego mete la mano debajo de una manta que le cubre la parte trasera al tronco y así, descubre qué regalo ha cagado el tronco. Se supone que al que se porta mal, el cagatió le deja carbón, si fuimos buenitos, deja regalos.
El segundo es el caganer (pronunciado "cagané"), que es una figura de un pastor que se pone en el portalito, usualmente en un rincón escondido (pero también los hacen en personajes famosos, en la feria del templo de la Sagrada Familia hay Príncipes Felipes, Letizias y Papas, como ahí en la foto, Eto's, Ronaldinhos, Zapateros, Rajoys... en fin). La tradición se supone que está cimentada por dos razones, la primera es que las heces fertilizan la tierra, pero también que con el caganer se deja claro que todos los seres humanos somos, al final, iguales. En todo caso tienen buen sentido del humor :-)
El miércoles en clases de catalán hicimos la ronda de cánticos para el cagatió, fue divertido aunque primero yo había hecho concierto de violín enfrente de toda la clase... es que la profesora cantó un villancico super bonito y tiene una voz demasiado dulce, me dio la llorona. Pero al menos estoy menos Grinch (me corté las uñas laaaargas laaaargas que me estaban saliendo y el verde de la piel me lo maquillo).
El fin de semana pasado repetimos tradición en casa de los tíos de Fernando, hicimos galleta de gengibre y mazapán, hice dos cerditos y un ratón, ¡soy una pro! Y este fin iremos de cena con su familia. Sigo con la espinita de que la Navidad sin tamales de Costa Rica y mi familia es sólo un conato, pero también agradezco por la compañía que me rodea, sería una ingrata si no lo hiciera.
Inhalo, exhalo, ¡todo va a estar bien! (de regalo previo una cosa genial: Saruman, la compañera de piso, se fue hace días... y su ayudante se fue hoy... gloooooooria, in excelsis...)
Feliz Navidad, un abrazo enorme para todos... y a darle a algún tronco por ahí, nunca se sabe.