
Lo que digo yo: Un ratón que nace en lo alto de una librería. Empieza comiéndose los libros pero pronto descubre que tienen un uso más hermoso. Su visión de mundo, desde los fondos mismos de los más bajos fondos, llevando una vida de desprecio como cualquier rata. El protagonista es entrañable, suficiente para que valga la pena leer el libro, aunque la historia se quede un poco en la anécdota. De todas formas, eso de sentirse identificado con una ratita de biblioteca siempre deja el corazón feliz y preocupado. Las reflexiones que hace sobre literatura tampoco tienen desperdicio.
Lo que dice la contraportada:
Nacido en el sótano de una librería en el Boston de los años 60, Firmin aprende a leer devorando las páginas de un libro. Pero una rata culta es una rata solitaria. Marginada por su familia, busca la amistad de su héroe, el librero, y de un escritor fracasado. A medida que Firmin perfecciona un hambre insaciable por los libros, su emoción y sus miedos se vuelven humanos. Original, brillante y llena de alegorías, Firmin derrocha humor y tristeza, encanto y añoranza por un mundo que entiende el poder redentor de la literatura, un mundo que se desvanece dejando atrás una rata con un alma creativa, una amistad excepcional y una librería desordenada.
Lo que dice la contraportada:
Nacido en el sótano de una librería en el Boston de los años 60, Firmin aprende a leer devorando las páginas de un libro. Pero una rata culta es una rata solitaria. Marginada por su familia, busca la amistad de su héroe, el librero, y de un escritor fracasado. A medida que Firmin perfecciona un hambre insaciable por los libros, su emoción y sus miedos se vuelven humanos. Original, brillante y llena de alegorías, Firmin derrocha humor y tristeza, encanto y añoranza por un mundo que entiende el poder redentor de la literatura, un mundo que se desvanece dejando atrás una rata con un alma creativa, una amistad excepcional y una librería desordenada.