
Unos kilómetros hacia el valle central… residenciales cuyos precios parecen sacados de un periódico europeo y sobre todo: decenas de personas que compran esas propiedades. ¿De dónde sale tanto dinero en este país? ¿Qué porcentaje de la población es el que puede acceder a esto? ¿Quiénes son los que tienen salarios que les permiten comprarse una casa en la playa que cuesta 350 mil dólares?
Eso es lo que me tiene inquieta, respondiendo la pregunta de Julia en el post anterior. Que la pensión de mi abuelita sigue siendo de 20 mil colones por mes, mientras que hay alguien comprándose una segunda o tercera residencia, que probablemente haga atender por una muchacha que solo tiene permiso de entrar por la puerta de servicio.
Si esto es desarrollo, me declaro partidaria del sub..., si esto es calidad de vida, prefiero una vida con limitaciones... a mí que me devuelvan Punta Uva, que me la dejen intacta sin hotel de cinco estrellas, a mí que me digan que hay opciones distintas y que se puede crear empleo sin pasearse en el país... por favor.
Me molesta, lo siento si ofendo a cualquier lector (a) con el comentario, pero me irrita profundamente esta forma de ser que tenemos, esta idiosincrasia de creernos un país desarrollado, de creernos la tapa del perol, de ser un pueblo tan pero tan acomplejado que necesita demostrar su supuesto nivel con un estilo de vida de ricos y famosos. No, señores, yo entiendo que las casas cuesten eso en países como Suiza, donde no es raro que el que menos gane, gane 3 mil euros… donde los índices de pobreza nunca implican gente que se muere de hambre: no en un país donde junto al residencial de lujo
