Ed. Minotauro
182 págs.
Lo que digo yo:
El primer capítulo ya es genial. Sin decirte lo que pasa, te lo sugiere y te crea intriga. Con pocos detalles has creado una hipótesis perfecta, pero igualmente hay un ansia de que el autor te lo diga. Las descripciones están hechas a la perfección: se dice lo necesario para imaginar hasta el último detalle, sin cansar al lector. Se agradece lo sucinto que es el autor, aunque yo le hubiese aceptado un libro con el triple de páginas y de desarrollo.
De hecho, si tuviera que marcar algún fallo, me da la impresión de que la pasa por encima a una historia que podría ser mucho más profunda, más detallada, en la que el lector se implique más emocionalmente.
Lo mejor es que trata un tema, digamos, trillado… “los vampiros”, pero no lo hace de una forma convencional. Creo que he descubierto que me gustan los libros de ciencia ficción y fantasía que plantean el tema como lo hace Matheson, o bien con normalidad –como si eso que sucede fuera parte de la cotidianeidad que hay que asumir –o bien con las interrogantes que cualquier persona se haría. Soy leyenda parte de este segundo caso. El protagonista, como el lector, pasa buena parte del libro intentando entender por qué las personas se han convertido en vampiros.
Finalmente, el autor sabe construir el suspense y mantenerlo, eso también se agradece.
No he visto la película, ni pienso verla… en todo caso El Hubby ya me chivó que es terriblemente mala.
Lo que dice la contraportada:
El último hombre sobre la Tierra no está solo.
Robert Neville es el único superviviente de una guerra bacteriológica que ha asolado el planeta y convertido al resto de la humanidad en vampiros. Su vida se ha reducido a asesinar el máximo número posible de estos seres sanguinarios durante el día, y a soportar su asedio cada noche. Para ellos, el auténtico monstruo es este hombre que lucha por subsistir en un nuevo orden establecido.
Todo un clásico en su género, éste es un perturbador relato sobre la soledad y el aislamiento y una reflexión sobre los binomios como normalidad y anormalidad, bien y mal, que se evidencian como una mera convención derivada del temor y el desconcierto ante lo diferente.
domingo, septiembre 21, 2008
Soy leyenda, de Richard Matheson
Las amigas imperfectas, de Luis del Val
Ed. Alianza
360 págs.
Lo que digo yo:
Luis del Val empieza confesando que el libro es producto de un diskette con unas “confesiones” encontrado por ahí. Explica que nadie lo reclamó a pesar de sus intentos por devolverlo. Mi disposición positiva bajó tras dicho prólogo, por la sencilla razón de que no me parece justo que se haya apropiado de una historia ajena. Pero, digamos que le creo cuando dice haber hecho lo posible.
En todo caso, la historia me parece interesante. Dos amigas, distintas, que desde niñas van haciéndose cómplices la una de la otra, pero que de alguna manera no pueden salvar la distancia que les crea la personalidad, la vida, los años.
La escritura es impecable, del Val es un correctísimo redactor. Se queda corto, pienso, en la profundidad de las historias. El libro es muy entretenido, pero hasta cierto punto predecible. No tiene motivos evidentes para saltar de una página a la otra, sin embargo te logra apresar. Así que me veo dividida en mi opinión. Lo dejo en lo real, que es que lo disfruté, sin que me cambiara la vida.
Lo que dice la contraportada:
"Julia llegó al colegio una mañana de febrero", nos cuenta Luis del Val, y a partir de ese momento la vida de Clara cambiará por completo, casi tanto como la vida de una familia, una ciudad y un país en los últimos treinta años. Las amigas imperfectas, es una historia de amistad y complicidad, de entendimiento de desencuentros, entre dos mujeres muy distintas, desde la infancia hasta la madurez.
Un relato sobre las ansias de vivir y la incesante búsqueda de la felicidad. Pero también es la historia de un cadáver familiar oculto en el armario demasiados años. Y de un sueño incumplido. Y de una promesa rota. Narrada con un estilo tan personal como característico, llena de benevolente ironía y amable lucidez, esta novela supone el retorno de Luis del Val a su faceta más literaria, que revalida una sólida trayectoria como narrador y fue galardonada con el XXXV Premio de Novela Ateneo de Sevilla.
martes, septiembre 09, 2008
Presentimientos, de Clara Sánchez
400 págs.
Lo que digo yo:
A pesar de que cuando leí “Últimas noticias sobre el paraíso” de la misma autora (Premio Alfaguara 2000), no hubo nada que me dejara maravillada, decidí comprar otro libro de Clara Sánchez. ¿Por qué? Bueno, por la sencilla trampa que tantas veces da resultado: una descripción interesante en la contraportada. El tema me parecía sugerente, así como el título.
Y lo son. La novela es sugerente. Pero se queda en eso. La trama está bien hilada, los personajes son claros, la idea en general es buena. Pero… pero… hay algo que no rueda. Creo que –por la razón que sea, no me atrevo a decir cuál es –siempre como lectora tuve la sensación de que me estaban contando mentiras. Ya sé que de eso se trata la ficción, pero al menos yo leo para creer durante X cantidad de páginas que esa mentira es real. Me gusta el engaño, como en el teatro. Y esta novela no logró sumergirme.
Reconozco, eso sí, que se lee con facilidad y sin sufrimiento, de hecho se disfruta.
Lo que dice la contraportada:
¿Nunca te has despertado con la sensación de seguir dentro de un sueño?
Tras un accidente, Julia queda suspendida entre el sueño y la realidad, y sólo su instinto de supervivencia podrá guiarla hasta reencontrarse con las personas que quiere. En Presentimientos, Clara Sánchez narra la envolvente y misteriosa historia de una mujer atrapada en un escenario irreal, pero extrañamente familiar, por el que deambula en busca de una salida.
Una novela lúcida, un viaje lleno de humor y aventuras en el límite de lo desconocido capaz de llevar al lector de la sorpresa a la reflexión más profunda, una combinación perfecta de realidad y fantasía.
lunes, septiembre 08, 2008
Sale el espectro, de Philip Roth
254 págs.
Roth hace una especie de mezcla de géneros, incluyendo escenas dialogadas que escribe el protagonista. Esto es, talvez, lo que me parece menos afinado. De alguna manera, los diálogos teatrales son demasiado literarios para ser teatrales. Ahí los personajes pierden el realismo que tenían, las conversaciones se vuelven forzadas y poco creíbles. Como desconozco las otras novelas, no sé si Zuckerman es bueno, malo, regular… no sé qué tipo de literatura es su fuerte… pero el teatro, pues no… al menos no para mí.
Me gustó, está bien, pero no me queda claro por qué nos cuenta la historia, es como si fuera medio libro y me hubieran quitado la mitad más interesante. Dice cosas interesantes, pero todas como de pasadita. Tengo curiosidad de leer más libros de Roth, eso sí.
Lo que dice la contraportada: Como un Rip Van Winkle que regresa a su ciudad natal y lo encuentra todo cambiado, Nathan Zuckerman vuelve a Nueva york, la ciudad que abandonó once años atrás.
Al recorrer las calles como un aparecido, enseguida establece tres relaciones que hacen estallar su cuidadosamente protegida soledad. La primera es con la joven pareja con la que acepta intercambiar domicilios.
La segunda relación es con un personaje que Zuckeman conoció siendo joven: Amy Bellette, compañera y musa del primer héroe literario de Zuckerman, E.I.Lonoff. Amy, irresistible en el pasado, es ahora una anciana consumida por la enfermedad.
La tercera relación es con el aspirante a biógrafo de E.I.Lonoff, un joven sabueso literario que hará y dirá cualquier cosa para acceder al "gran secreto de Lonoff".
martes, septiembre 02, 2008
Twelve, de Nick McDonnell
256 págs.
Lo que digo yo:
Por pura casualidad, tras leer el libro de Marisha Pessl, cogí Twelve de mi estante. A las pocas páginas de haber comenzado, me devolví a leer la solapa. El autor es un chico neoyorquino, cinco años menor que yo, de hecho publicó la novela en el 2003, con 18 años. Los autores jóvenes llegan a mis manos sin esfuerzo, parece.
Se me ocurre que podría haber sido un libro completamente diferente, más trabajado a nivel de historia, de personajes, qué sé yo, pero no lo es. En parte porque se supone que es algo así como un alegato generacional que asumo no me compete. Así que aunque me mantuvo entretenida y lo devoré, al final siento que me dijo poco. O al menos poco que no supiera ya. Una novela entretenida de sexo, drogas y hip hop.
Lo fatídico es la traducción… canta muchísimo. No digo que cambien el libro y que pongan expresiones españolas típicas de jóvenes, simplemente anoto que fue mi error no haber previsto que no era una novela para leer traducida.
Lo que dice la contraportada:
White Mike es delgado, pálido y distante; lleva el pelo rubio muy corto, viste tejanos, sudadera con capucha y un oscuro abrigo Brook Brothers. Ascético y solitario, no fuma, no bebe, no se droga. Lee a Camus y a Nietzsche, y ha terminado el instituto. Era un buen estudiante, pero ahora lleva seis meses sin hacer nada y todos suponen que se ha tomado un año sabático antes de empezar la universidad. O más de un año. Entretanto, White Mike se ha convertido en un camello sumamente eficaz y está ganando una pequeña fortuna. Que, sin duda, aumentará considerablemente en los cinco días próximos, entre Navidad y Año Nuevo, cuando todos los estudiantes de la privilegiada burguesía a la que también pertenece White Mike vuelvan de sus casas de vacaciones, ávidos de drogas, sexo y juerga. Allí estarán los jovencísimos Mark Rothko y Timmy, que aspiran a ser gángsters -o al menos a parecerlo- y merodean por Manhattan robando CDs de hip-hop, hablando la jerga de los negros, buscando drogas y comprando alcohol y tabaco con documentos de identidad falsos. Y la guapísima Sara Ludlow, la chica más popular de su universidad, ocupada en organizar fiestas para conseguir su mayor ambición en la vida: ser famosa. Y su amiga Jessica, menos guapa que Sara y bastante más torturada, que es una adicta al Twelve, la nueva droga de diseño. Y Claude, que ha sustituido la adicción a la cocaína por la afición a las armas, que compra en Chinatown y almacena en su dormitorio.
lunes, septiembre 01, 2008
Special topics in calamity physics de Marisha Pessl
Lo que digo yo:
Desde la primera página hasta la última me divirtió. Se trata de una novela escrita con mucha frescura, narrada desde el punto de vista de una adolescente de 16 años. Pero no es la típica chiquilla con dudas existenciales (aunque las tiene), si no de una excelente y culta estudiante, devoradora de libros desde edad temprana y que los tiene asimilados como parte de la realidad.
Aparte de la trama en sí, que es interesante y está bien construida, los personajes están cuidados. Aún los típicos, como la “chica guapa” del cole, “el bohemio” y demás, cada cual tiene una o varias características particulares. Por supuesto que destacan la protagonista, Gareth -su padre- y Hannah -la profe-. De la última, de hecho, me habría gustado saber más, pero creo que las omisiones de información sobre ella son necesarias.
La autora, en voz de Blue Van Meer, hace una cantidad de citas y referencias que llevaría una vida seguir, pero que resultan emocionantes cuando ya se tienen. Me explico: en el momento que habla de un autor-libro-película conocida, yo lectora me ponía contenta, porque acababa de entender el sentido de la referencia. Sin embargo, el no conocerlas no lo hace initinligibel ni pesado. También me identifiqué mucho con la protagonista, porque al ser de teatro estoy acostumbrada a memorizar textos, títulos y referencias y luego usarlos en la vida “real”, para la sorpresa y constante incomprensión posterior. Yo, como Blue, a veces referencio en mi cabeza, hago notas al pie de página. Claro que no con el nivel intectual que lo hace ella, yo soy una principiante.
Sobre la historia que cuenta podría decir mil cosas, buenas y malas. Sobre las negativas, señalo dos: no hay que esperar demasiado, es decir, cuenta una típica historia de misterio con pistas, investigación y resolución (más o menos), aunque de forma interesante, eso sí. La segunda es que el final deja un saborcillo de querer resolver todo en pocas páginas, un desenlace apresurado, diría yo. A lo mejor ir sembrando más pistas –siempre sutiles- haría que desaparezca la noción de que se sacó algunas cosas de la manga.
Y del lado bueno, pues me quedo con el tono. Me pregunto si una traducción resiste el juego de ironía, queja, broma y demás variantes que aparecen en el original. Cada página está impregnada del espíritu de Blue, como si pudieras encontrártela en la calle cualquier día de semana.
Sobra decir que es muy recomendable.
Lo que dice la contraportada: Me niego a ponerlo, pero cuento que esta es la primera novela de la autora y como tal, me quito el sombrero. Quiero la segunda, para poder hacerme un juicio más completo.