El sábado 18 me desperté temprano, desayuné con mis papás y mis suegros… sin Fernan porque lo echamos de la casa desde el día anterior. Arreglé algunos detalles que habían quedado sin resolver y a la 1 p.m. fuimos donde la maquillista, estuvimos ahí hasta las 4 de la tarde. Al regresar a casa me peiné –realmente fue sencillísimo porque mis rizos son amigables –y me serví el primer whisky. Para cuando llegó Julia, como a las 4 y media, ya iba por el segundo.
Entre mi mamá y mi hermana me metieron en el vestido. Acabé el segundo whisky antes de ponerme el velo. Todo se volvió un poco loco, mis papás y hermana discutían detalles, andaban de un lado al otro mientras yo me mantuve tranquilísima… aunque no fue ron, el consejo de Fanma fue muy útil.
A las 6 menos cinco salimos de casa… siete minutos después entré en la iglesia, anduve la mitad del pasillo sola y mis papás me esperaron a medio camino. No podía parar de sonreír, confieso que un 10% eran nervios, pero el resto pura felicidad.
El sacerdote hizo una misa muy bonita y natural, sin discursos acartonados ni mucho menos. Como notas curiosas cuento que mi amiga Cata, la madrina, tuvo problemas serios para abrir el cofrecito con las arras, la pobre… incluso salieron volando algunas. Tras los votos, el mejor amigo de Fernan y padrino de bodas, Ben cantó “Here there and everywhere” de The Beatles.
Tras las fotos en la iglesia salimos rapidísimo para el sitio de la fiesta. Allí nos esperaban muchas sorpresas hermosas, canciones, un brindis lindísimo a cargo de mi padre. Luego empezó el fiestón. Bailamos, brincamos, tomamos tequilas…
Le hice una sorpresita a Fernan: un vídeo con fotos de él desde bebé hasta que nos conocimos y mi pobre esposo lloró un montón… calculo que habrá quedado al borde de la deshidratación porque ya había soltado la lagrimita en otros momentos.
Después siguió la fiesta, tiré el bouquet, Fernan la liga… más tequilas, más grupo tocando… realmente genial. Hasta los menos animados acabaron bailoteando, hasta el más serio se subió en la tarima a entonar alguna canción con el grupo.
A las 3 de la mañana, tras siete horas de fiesta, nos fuimos al hotel. Con los zapatos en la mano y los implementos del carnaval todavía puestos llegamos a tocar el timbre del sitio. Y hasta ahí puedo leer.
En todo caso, todos los comentarios sobre la boda han sido geniales… dicen por ahí que es de las bodas más bonitas que nadie haya visto y que el amor y el cariño se sentía correr. Yo lo sentí toda la noche, eso lo puedo asegurar, de ahí que en mi caso las lágrimas fueron muy tímidas, como le dije a una de mis tías: yo estaba tan pero tan feliz, realizada y extasiada que me sentía por encima de las lágrimas.
Me casaría con Fernan siete veces, simplemente porque se cumplió el cliché: el sábado fue la noche más feliz de mi vida. Y sé que ahora viene la mejor parte, compartir mi vida con él.
ps. apenas tenga todas las fotos haré una selección más grande... pueden ver algunas en deniseduncan.hi5.com. Besos.
Entre mi mamá y mi hermana me metieron en el vestido. Acabé el segundo whisky antes de ponerme el velo. Todo se volvió un poco loco, mis papás y hermana discutían detalles, andaban de un lado al otro mientras yo me mantuve tranquilísima… aunque no fue ron, el consejo de Fanma fue muy útil.
A las 6 menos cinco salimos de casa… siete minutos después entré en la iglesia, anduve la mitad del pasillo sola y mis papás me esperaron a medio camino. No podía parar de sonreír, confieso que un 10% eran nervios, pero el resto pura felicidad.
El sacerdote hizo una misa muy bonita y natural, sin discursos acartonados ni mucho menos. Como notas curiosas cuento que mi amiga Cata, la madrina, tuvo problemas serios para abrir el cofrecito con las arras, la pobre… incluso salieron volando algunas. Tras los votos, el mejor amigo de Fernan y padrino de bodas, Ben cantó “Here there and everywhere” de The Beatles.
Tras las fotos en la iglesia salimos rapidísimo para el sitio de la fiesta. Allí nos esperaban muchas sorpresas hermosas, canciones, un brindis lindísimo a cargo de mi padre. Luego empezó el fiestón. Bailamos, brincamos, tomamos tequilas…
Le hice una sorpresita a Fernan: un vídeo con fotos de él desde bebé hasta que nos conocimos y mi pobre esposo lloró un montón… calculo que habrá quedado al borde de la deshidratación porque ya había soltado la lagrimita en otros momentos.
Después siguió la fiesta, tiré el bouquet, Fernan la liga… más tequilas, más grupo tocando… realmente genial. Hasta los menos animados acabaron bailoteando, hasta el más serio se subió en la tarima a entonar alguna canción con el grupo.
A las 3 de la mañana, tras siete horas de fiesta, nos fuimos al hotel. Con los zapatos en la mano y los implementos del carnaval todavía puestos llegamos a tocar el timbre del sitio. Y hasta ahí puedo leer.
En todo caso, todos los comentarios sobre la boda han sido geniales… dicen por ahí que es de las bodas más bonitas que nadie haya visto y que el amor y el cariño se sentía correr. Yo lo sentí toda la noche, eso lo puedo asegurar, de ahí que en mi caso las lágrimas fueron muy tímidas, como le dije a una de mis tías: yo estaba tan pero tan feliz, realizada y extasiada que me sentía por encima de las lágrimas.
Me casaría con Fernan siete veces, simplemente porque se cumplió el cliché: el sábado fue la noche más feliz de mi vida. Y sé que ahora viene la mejor parte, compartir mi vida con él.
ps. apenas tenga todas las fotos haré una selección más grande... pueden ver algunas en deniseduncan.hi5.com. Besos.