Desde hace unos días hay una campaña de desprestigio de quienes disfrutamos del fútbol y otros deportes. Se dice, a grandes rasgos, que hay que ser descerebrado para ver un partido y padecerlo y gozarlo con la que está cayendo en este país. Y digo yo que lo que tenéis que hacer es relajaros, leñe.
Entiendo que hay mucho de pan y circo en los eventos deportivos. Pero la criticidad de una persona no tiene por qué estar reñida con la diversión y el entretenimiento. No sé. Digo yo.
Porque todo esos que se jactan de no ver el fútbol, ni el tennis, ni la Fórmula 1... ¿qué hacen para mejorar la situación de este país? ¿Algo más que postear críticas en facebook?
Pues sí, me gusta el fútbol. Me gusta mucho. Con la que está cayendo también me gusta, también. Y ahora estoy lista para ser apedreada.
ACTUALIZACIÓN: y si es verdad eso de que el gobierno premia a cada jugador con no sé cuántos cientos de miles, el problema es del gobierno, que malgasta cuando no hay para malgastar... no de los jugadores, ni de la afición. Y entonces investiguemos en qué más se gasta el dinero el gobierno y pasemos a atacar cada euro despilfarrado, pero no vayamos a atacar sólo lo más visible... eso se llama facilismo.
jueves, junio 28, 2012
martes, junio 26, 2012
1Q84 (Libro 3) de Haruki Murakami
Ya había acabado de leer el libro 1 y 2 de 1Q84. Como expliqué por acá, me dejó bastante fría. Pero como buena Tauro, cabezota e insistente, decidí que acabaría con el libro 3 también. Me ha costado como un mes empezarlo, lo ataqué dos semanas... luego otro mes parado. O sea que no es que me haya salvado el libro ni nada parecido. Mis problemas siguen siendo los mismos que con el 1 y 2, pero el más grande que tengo es que Murakami se pone romanticón y honestamente creo que ¡no le va ni un poquito!
En su defensa, sin embargo, tengo que decir varias cosas:
-A lo mejor es una cosa psicológica, pero como este sí cierra la historia, digamos que me pareció mejor que los otros dos. De hecho no entiendo por qué en España se venden por separado (bueno, entiendo que dos tapas duras son 45 euros, precio que no puedes cobrar por un solo libro), no tienen ningún sentido.
-Los personajes volvieron a caerme bien. No son entrañables, no me acaba de hacer padecer lo que pasen y sufran, pero al menos me caen bien.
En fin. Amo a Murakami pero con este libro -si fuéramos novios- le pediría un tiempo para pensar las cosas, jajaja.
sábado, junio 23, 2012
San Juan
Me sabe mal decirlo porque pareciera que soy una amargada, y no es eso... pero me jode cantidad el día de San Juan. No puedo, está más allá de mí asumir la celebración en esta ciudad. Como me repito y no hay motivos nuevos, os copio el post que hice al respecto en el 2007:
"San Juan en Barcelona...... o como desmitificar una de mis fechas favoritas.
Mi primer inicio de verano en La Coruña me enamoré de una fecha: San Juan. Fue en el 2005 y durante horas disfruté con mis amigos, sentada cerca de decenas de hogueras, quemando papelitos con cosas por olvidar y sacar de mi vida, haciendo intenciones y saltando hogueras para llamar a la buena suerte. Al final, cansada pero satisfecha, hasta me dormí en la arena (el vino ayudó, es verdad, pero estaba acelerada y exhausta, todo a la vez) y caminé cuatro kilómetros de vuelta a mi casa cuando el sol empezaba a salir.
En el 2006, viviendo en Barcelona, no pude ir a la playa para el solsticio de verano, estaba en Costa Rica. Este año tenía tantas ganas de que llegara la fecha, que el resultado me parece un fraude. Bueno, es que no contaba con la piromaniaca afición catalana por los petardos, bombetas y demás juguetitos de pólvora… y al no pensar en eso no razoné lo obvio: ¡no podía pasarla bien!
La razón es sencilla: odio con toda mi alma este tipo de cosas. Los fuegos artificiales organizados, de colores y de lejos me parecen hermosísimos, pero ver chiquitos enanos en media calle tirando cosas encendidas que les revientan a pocos metros me asusta, por ellos y porque –ya sé que puede sonar poco racional –me dan pavor dichos artefactos. PAVOR. Con todo respeto para la tradición de aquí, no entiendo cómo se le da un juguete que explota a un chiquillo y lo peor, en la mayoría de los casos se le deja solo.
Después de hacer un esfuerzo enorme por llegar hasta la playa andando, sujeta como monito en ventolero de la mano de Fernan y saltando cada dos metros con las explosiones, no disfruté nada. Tanto que a la media hora de haber bajado a la celebración del verano, veníamos de regreso para la casa."
Y como los petardos y yo no nos llevamos bien, esta noche la pasaré en casa con el vikingo. Ya nos inventaremos algún ritual como el que se supone que se debe hacer... hay un vino blanco buenísimo en la nevera, no necesito nada más.
De todas maneras, feliz solsticio de verano :)
jueves, junio 21, 2012
The leftovers, de Tom Perrotta
Leo a Tom Perrotta con cierta tranquilidad. "Juegos de niños" la disfruté mucho, "Lecciones de abstinencia" me pareció muy buena... pero esta... esta... Vamos a ver... repito: leo a Perrotta con cierta tranquilidad y es el caso, la novela está bien escrita, fluye, tiene una trama medianamente interesante, pero tiene varios peros.
El primer error es la premisa, que luego se diluye. Es decir, entiendo que se llama The leftovers y de eso va, pero si uno hace una novela sobre El Rapto (religioso, ese que dice que un día desaparecerán de golpe de la tierra todas las buenas ovejas del rebaño del señor), no puede luego transformarla en otra cosa. Y es lo que hace, la premisa que es genial acaba siendo una excusa mentirosa.
El segundo error es que Perrotta se pone excesivamente "buchón", pretende contar la vida y milagros de demasiados personajes y como resultado, me enteré de quién era quien bastante entrado el libro y me empezaron a importar los personajes hacia la última cuarta parte de la novela.
Y lo último, que me parece aún menos perdonable que todo lo demás, es que este autor se distinguía por cierto sarcasmo e ironía, o yo lo había leído así... y aquí pierde la acidez y el sentido del humor menos en un par de detalles tan nimios que pasan desapercibidos.
En fin.
martes, junio 19, 2012
No.
¡NO!
Con los años entender un “no” se
vuelve más sencillo, materia pendiente decirlo con más facilidad.
Hace unos años recibir una negativa ante una petición, personal o
profesional, me representaba todo un drama. Estos días me he dado
cuenta de que los recibo con más calma... lo que me preocupa es que
a veces incluso siento que recibo con más calma los sí. Ya no
salto, aunque esté muy contenta. La vida es una aplacadora de
extremos emocionales, para lo bueno y para lo malo.
jueves, junio 14, 2012
Sobre cuerpos, pesos y apariencias
Estoy de acuerdo con Cara cuando habla de que hay gente que se siente con derecho a decidir sobre el cuerpo ajeno. Es curioso porque cuando alguien con sobrepeso evidente dice
“estoy a dieta y quiero bajar X kilos”, la reacción suele ser
“ohhh, qué bien, qué bueno, qué voluntad”. Si una persona
quiere mejorar su apariencia por lo que otros piensan que es un
detalle... entonces las opiniones suelen irse por otro camino: ¡pero
si estás estupenda/a! ¿para qué quieres bajar peso? ¡eso es pura
vanidad! Te vas a ver enferma, es demasiado bajo ese peso meta.
Respondo las preguntas y así salimos
de eso:
¡Pero si estás estupenda/a! Ejem ejem, lo sé,
pero estaré aún más estupenda. :D
¿Para qué quieres bajar peso? Para
lucir mejor el bikini, para poder comer de vez en cuando sin
preocuparme por lo que pasará con mi peso al día siguiente. Para
pensar que si algún día tengo niños, subiré los 10 kgs del
embarazo y mi espalda no sufrirá. ¡Y porque me da la gana, leñe!
¡Eso es pura vanidad! Sí en un 80%, el 20% es por salud... pero es que hacemos tantas cosas por vanidad, que mira, una más...
Te vas a ver enferma, es demasiado bajo
ese peso meta. Veamos... mido 1,74 mts y hasta los 20 años pesaba
entre 56 y 58 kilos. Era un saquito de huesos, probablemente... pero
era mi peso “normal”. Con el paso de los años he llegado a pesar
mucho pero mucho más que eso. Ahora estoy dentro de los límites
saludables de peso para mi edad, estatura y contextura. Pero resulta
que para gente de mi estatura, el peso ideal va desde los 58 kg a los
74 kg. Como ya dije, no pretendo pesar lo de los 19 años, así que
sumo el peso mínimo y el máximo y lo divido en dos: 65 kg. Es el punto intermedio exacto entre los límites altos y bajos. Listo,
ese peso sería normal en mí, no me voy a ver enferma.
Creo que lo que pasa es muy sencillo:
nos acostumbramos a ver a la gente con cierto cuerpo, las variantes
hacia arriba o hacia abajo nos descolocan. Pero hago un llamado a
pensar en que la persona, si tiene una meta, le hará ilusión que le
apoyen. Mientras no sea evidente un problema patológico con el peso,
digo que yo que no pasa nada porque alguien baje unos kilos. ¿No?
miércoles, junio 06, 2012
Adicción nueva: pinterest.
Desde que descubrí Stumbleupon pensaba
que había llegado al top del top de aplicaciones derivadas de
internet. Stumbleupon sirva para descubrir páginas que puedan
interesarte, recomendadas por un servidor que mira los intereses que
le has dicho que tienes y al azar te manda a diversas páginas. Pero
llegó Pinterest. Al principio no le encontraba mucho la gracia o el
sentido, pero cuando le pillas el tranquillo es peligrosísimo:
pinterest es adictivo. Ahí me he encontrado con joyas como las
siguientes:
¿No os animáis?
viernes, junio 01, 2012
eso de la distancia...
COMO LLEGAR: No se pueden calcular rutas entre Costa Rica y Barcelona. Al final Google no lo sabe todo: no sabe -por ejemplo- cómo sortear 16,000 kilómetros de mar. Yo tampoco. Sé resumirlo, eso sí: esos kilómetros se comprimen en cada despedida que uno enfrenta. Cada una duele por sí misma y por las que le precedieron. No hay consuelo posible. Se dice hasta luego pero se siente como adiós, porque en el fondo tantos litros de agua y tantos metros entre alguien y alguien es un adiós, siempre. No pasa nada, sé que cicatrizo cada vez.
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