Un rasgo muy español que siempre me ha fascinado es ese de ver el euro con ojos de peseta. En serio, se trata de un fenómeno digno de mención... hay una gran cantidad de gente que viene con un chip incorporado para convertir todo a pesetas o, mejor aún, que miran sus nóminas en pesetas y piensan y pesetas y se escandalizan cada día porque -¡Antes un café costaba 80 pesetas! y se llevan las manos a la cabeza. Diría que una mayoría de españoles/as mayores de 25 años tienen las neuroonas adaptadas para este fin. Más de una década después de la entrada del euro, la moneda se sigue sintiendo extraña para algunas personas e, incluso, muchos establecimientos siguen presentando los precios tanto en euros como en pesetas.
Cuento una anécdota... cuando llegué a este país en el 2004 yo también tenía el cerebro adaptado para calcular en moneda costarricense (por cierto la doña que denunció el himno por machista podría denunciar la moneda por colonialista... uy... que me voy...) decía que contaba en colones. Todo. Todo, desde el alquiler mensual hasta la cajita de leche. Y claro que me sentía desfallecer cada vez que obtenía el resultado de la multiplicación, porque en aquella época la diferencia de precios era bestial (ahora hay cosas más caras en Costa Rica que en España pero mejor no hacer números). Así seguí durante meses y meses y me escandalizaba cada día porque -¡Antes un café me costaba 300 colones! y me llevaba las manos a la cabeza.
Si se me permite la imagen análoga, se me ocurre que es como llegar a la casa de los suegros y que te traten bien y te sonrían pero que cada vez que te ofrecen té respondes que mejor café y que entonces ellos se llevaran las manos a la cabeza y dijeran: ¡Antes con Paquita tomábamos el té!, siendo Paquita la antigua nuera. No es una imagen bonita, no.
Entonces entendí que si nunca asumía el euro como mi moneda, jamás acabaría de ser parte de la economía en la que había escogido vivir.
Europa ha sido para muchos un sueño sin anhelos ni metas. El euro no ha acabado de ser asumido, siempre ha sido la nuera nueva que no es Paquita. Europa ha sido un cúmulo de espectactivas... un ideal económico al que parece que no se llegará. John Gray, filósofo y politólogo es bastante pesimista como explica en esta contra de la Vanguardia que titula ¡El sueño europeo ha terminado!. Para él, debería planificarse el desmantelamiento de algunas instituciones europeas y prepararse para el estrepitoso derrumbe del euro, seguido por una depresión económica. Todo muy idílico y esperanzador, con el agravante de que Gray plantea que a Europa la dejarán morir de inanición cuando -según él- merecería una digna eutanasia.
Siendo así yo sólo pido que se me avise con tiempo... por aquello de tener que adaptar mi cerebro a las famosas pesetas.
Por favor, qué artículo más horrible... "Habemos" muchos españoles que seguimos siendo proeuropeos (y, de hecho, la edad de corte en cuanto a las pesetas yo no la pondría en los 25 sino un poco más arriba de los 30... Alguien que tiene 25 ahora, tendría 15 al entrar el euro y es imposible que recuerde cuánto valían las cosas en pesetas entonces).
ResponderEliminarEl caso es que si Europa muere, yo creo que la habrán matado desde arriba. A la gente de a pie, en mi opinión, le gusta la idea de Europa; lo que pasa es que luego nos perdemos en la burocracia y en la inutilidad de las propias instituciones.
MARTES: Sí, un poco triste su visión. Lo de la edad será por un par de amigos de 25 años exactos que aún piensan en pesetas. Yo espero que quienes mandan se pongan las pilas...
ResponderEliminarPrimero de todo... Llego con retraso, pero ya estoy aquí para quedarme... Me encanta la reforma de tu nueva/vieja casa... ¡Y tu foto de perfil es DIVINA! :)
ResponderEliminarEn cuanto al tema en cuestión, yo tengo 28 años, y tengo una mentalidad euro/pesetil... En mi vida diaria, el euro ha ganada, porque así lo he querido, y desde el primer momento he querido abrazarlo como mío... Me he acostumbrado, y ya no recuerdo lo que me costaba un café en pesetas. El problema me surge cuando pienso en cosas grandes. Cosas que nunca he comprado.
Si pienso en comprar un coche, o busco hipotecas para comprar un piso, soy incapaz de asimilar si nosecuantos mil euros es mucho o es poco. Y sin embargo, si me dicen que el piso vale 30 o 40 millones de pesetas, ahí ya lo veo más caro...
¡Será que no me he acostumbrado a ver tanto dinero junto! jeje
SAND: Gracias guapi, bienvenida... Creo que eso es lo que le pasa a la mayoría, las grandes suman salen en pesetas, es curioso O_o
ResponderEliminar