jueves, septiembre 25, 2014

Un shawarma, Pocahontas, yo

Febrero, 2006

Paseo de la mano del Vikingo por Barcelona. Es media tarde. Hablamos de nosotros, ese tema preferido por parejas que llevan poco tiempo juntas. Pero ese nosotros tiene un pero: me quedan unos meses de residencia y –según dicta la lógica- me tendré que regresar a Costa Rica.

Soy de lágrima fácil, así que pensar en esa opción me suelta el lagrimal varias veces. Resulta que el Vikingo me robó el corazón en poco tiempo y –aún a riesgo de sonar melodramática- pensar en separarme de él hace que se me parta en trocitos. Me peleo con el sistema, nos peleamos con el sistema: dos personas obligadas a pensar en separarse porque hay un sistema legal que dice “extranjera a tu casa”.

Vamos al cine. Vemos –agárrense que parece guionizado- “Un mundo nuevo”, esa versión de Pocahontas escrita y dirigida por Terrence Malick. Salimos con sensación de ser los John Smith y Pocahontas modernos. Vamos caminando, hablamos de la película, hablamos de nosotros –ese tema preferido por parejas que llevan poco juntas- y paramos a cenar al sitio con menos glamour del mundo: un restaurante de shawarmas cerca de Plaça Universitat.

En medio de un mordisco de shawarma el vikingo encuentra la solución: ¿Y si te casas conmigo?. Me parece que me cuesta acabar de masticar el trozo de shawarma, como en comedia romántica lo abrazo y le digo que sí. Y hasta el día de hoy me parece la propuesta de matrimonio más bonita del mundo… aunque luego (un mes después o así) me lo volvió a pedir con una canción compuesta por él y un anillo de compromiso, y esa propuesta fue perfecta.

Hacemos un plan: mi mamá no lo conoce (mi papá sí, pasó un par de días con nosotros a principios de febrero), no conozco a mis suegros. Antes de dejarles caer la noticia tenemos que presentarnos, en persona. Mayo a Tenerife, Junio a Costa Rica. Mientras tanto el compromiso es secretísimo.

La segunda parte del plan es que nos casaremos por partida doble: civil primero, por la iglesia segundo. Ahora me resulta curioso lo de haberme casado por la iglesia, pero en aquel momento lo decidimos así. Pero aún no he conocido a mis suegros y nos espera el recibimiento en Costa Rica, a donde además tengo dos años de no ir.


Para mayo faltaba poco, poco para junio… todavía es 28 de febrero y acabo de decidir casarme con una persona que seis meses antes ni siquiera sabía que existía.

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