Lo que digo yo:
El Hubby me habló de un libro de Steve Martin que le había gustado. Mi primera pregunta fue si Steve Martin era escritor… yo lo tenía injustamente catalogado como mal actor, de mal gusto, protagonista de películas estúpidas.
Pero, héte tu que el libro está bien. De hecho, está muy muy bien. Cuenta la historia de Daniel Cambridge, un chico cuya vida podría resumirse en las actitudes obsesivas-compulsivas que tiene, pero que se llena de otros matices cuando él mismo cuenta sus historias.
Así, lejos de parecer un tipo demasiado raro para aguantarse, Daniel comienza a ser alguien a quien quieres… y quieres, de hecho, que Elizabeth, Zandy, Philipa o Clarissa se enamoren de él.
El protagonista te hace reír, sus historias a veces no tienen sentido, otras tantas te crean interrogantes sobre tu propia forma de afrontar la vida. Enternece, divierte, entretiene. No se ganara el Nobel, pero unas cuantas sonrisas seguro que sí.
Lo que dice la contraportada:
Daniel Pecan Cambridge is the narrator and central consciousness of the novel (actually a novella). Daniel, an ex-Hewlett-Packard communiqué encoder, is a savant whose closely proscribed world is bounded on every side by neuroses and obsessions. He cannot cross the street except at driveways symmetrically opposed to each, and he cannot sleep unless the wattage of the active light bulbs in his apartment sums to 1,125. Daniel's starved social life is punctuated by twice-weekly visits from a young therapist in training, Clarissa; by his prescription pick-ups from a Rite Aid pharmacist, Zandy; and by his "casual" meetings with the bleach-blond real estate agent, Elizabeth, who is struggling to sell apartments across the street. But Daniel's dysfunctional routines are shattered one day when he becomes entangled in the chaos of Clarissa's life as a single mother. Taking care of Clarissa's tiny son, Teddy, Daniel begins to emerge from the safety of logic, magic squares, and obsessive counting.
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