Lo que digo yo:
Ultima oportunidad. He leído muchos libros de la Extebarria. Muchos. Suficientes para decir que este es el último que leo. No porque sea malo, no porque me haya aburrido… simplemente porque nunca la he disfrutado realmente y las últimas 30 páginas de esta novela me costaron un esfuerzo sobrehumano. Es como un vicio, en resumen. La leo porque no puedo evitarlo, porque me leo una novela suya y prometo no volver; cuando me doy cuenta estoy en la librería comprando otra.
Sobre esta en específico, hay poco que decir. Es entretenida, aunque lenta a ratos. Un poco más de lo mismo: sexo, drogas, mujeres en conflicto, enfermedades mentales y rock and roll. Promete más de lo que da… el conflicto es una variación de los que ya me ha contado la autora otras veces. Los personajes –a pesar de que evidentemente están escritos con otra óptica –son olvidables.
Podría haber vivido perfectamente sin este libro, aunque le agradezco haberme provocado a cerrar el ciclo Extebarria.
Y, ante todo, me quedo con la duda… ¿ESTE es un Premio Nadal?
Lo que dice la contraportada:
Tres mujeres: Cat, lesbiana convencida; Mónica, devorahombres compulsiva, y Beatriz, que considera que el amor no tiene género. Tres momentos de la vida de una mujer: su infancia, encerrada en un hogar claustrofóbico y escorado entre las presiones familiares; su adolescencia, una permanente huida hacia delante, y su juventud como exiliada sentimental, teñida de la nostalgia hacia su ciudad natal. Y dos ciudades: Edimburgo, sombría y vertical, y Madrid, horizontal y luminosa, para una novela sobre el amor a los amigos, a la familia y a los amantes.
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