De primera mano conozco dos casos de terror en cuanto a amor, matrimonio y burrocracia. El primero es el de Medea, quien no puede quedarse viviendo en Costa Rica, país donde reside, porque le negaron la residencia a su esposo. Sí, a pesar de estar casados.
El segundo es el de mi amiga C. C está intentando casarse con un chico de otro país... y en España eso parece pecado, porque le ponen cuanta traba pueden.
Y me pregunto yo... ¿es que no se dan cuenta de que quienes buscan la vía ilegal no suelen pisar sus dependencias?
A veces me da tanta tristeza el sistema que hemos montado... y que respaldamos... y que aguantamos.
A todo esto pronto cumpliré cinco años de haber iniciado los trámites de nacionalidad. Menos mal que paciencia me sobra. O me toca que me sobre, si somos sinceros.
Como suele decirse, "quién hace la ley hace la trampa", y siempre se encuentran formas de poner complicadas las cosas, leyendo entre líneas, obligando a tramitar papeleo infinito...¡qué infierno! Odio la burrocracia :(
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