Lo que digo yo:
Como toda una guerrera, decidí leerme el libro en catalán. La razón… primero que estoy intentando escribir teatro en catalán, y para escribir es absolutamente necesario leer en el idioma. Pensé que sería mucho más complicado, pero la verdad que la dificultad del idioma me ayudó a ponerle el triple de atención.
Siendo así, puedo decir que es una novela interesante, muy bien construida. Lees y te dan ganas de seguir y seguir. Es una de las cosas que le pido a los libros, que te amarren y no te suelten hasta acabar. Si no, no vale la pena leer.
Los personajes, cosa usual en Murakami, son más profundos de lo que parece. Me gustó que al principio parece una historia casi adolescente, de una chica enamorada de una mujer casada, algunos años mayor, y un chico enamorado de la joven. Un triángulo que podría ser irrisorio si no fuera por la complejidad que luego el autor desarrolla.
Como punto flaco diría que el final… no sé… no puedo decir mucho sin quitarle gracia, pero digamos que la resolución se queda corta. Supongo que tiene que ver con las expectativas que te crea Murakami, y que de alguna forma no se ven satisfechas totalmente. De todas maneras no tiene desperdicio.
Lo que dice la contraportada:
Perdidos en la inmensa metrópoli de Tokio, tres personas se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; un viaje parecido al del satélite ruso Sputnik, donde la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y dirigía su atónita mirada hacia el espacio infinito. El narrador, un joven profesor de primaria, está enamorado de Sumire, a quien conoció en la universidad. Pero Sumire tiene una única obsesión: ser novelista; además se considera la última rebelde, viste como un muchacho, fuma como un carretero y rechaza toda convención moral. Un buen día, Sumire conoce a Myû en una boda, una mujer casada de mediana edad tan hermosa como enigmática, y se enamora apasionadamente de ella. Myû contrata a Sumire como secretaria y juntas emprenden un viaje de negocios por Europa que tendrá un enigmático final.
Yo, ¿qué quieres que te diga? Es de lo peorcillo que he leído del autor. Como casi todo autor (y siento volver a lugares tan comunes en mis críticas) acaba tienendo un estilo que puede cansar. En el caso de Murakami hablamos de esa especie de "Realismo mágico a la japonesa". Y eso que tampoco he leído tanto suyo: un cuento y cinco novelas. Como casii todos, coincido en determinar que su mejor obra es "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", donde ese estilo de realismo mágico adquiere tintes épicos. Colosal. Y como lectura ligera recomendada, indiscutiblemente Tokio Blues. Bonita y ligera, como un sueño estival. Pero la condensación de su estilo en la primera de las dos obras citadas (Murakami enlatado en unas setecientas páginas intensas) creo que genera esa fea sensación posterior al leer otras novelas suyas que es algo así como "eh, eh, no intentes venderme el resto de productos de la gama, tío, cúrratelo un poco más". Por mucho que las otras obras, como "La caza del carnero salvaje" sean anteriores. Al final lo que ha conseguido es, bueno, lo que consigue el común de los autores: que deje de interesarme por nuevos libros suyos, como After Dark, a menos que per se me atraigan significativamente por una razón que no sea "está escrito por H. Murakami".
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