Lo que digo yo:
De lo mejor que he leído este año. De lo mejor que he leído en general, y mira que algo leo. Ishiguro cuenta la historia de unos chicos, recluídos en un colegio sólo para ellos. Las relaciones, el crecimiento, sus sueños, sus frustraciones.
Cada personaje tiene cara, voz, personalidad. Lo sabrías distinguir, no podrías confundirlo. Amas a algunos, detestas a otros, quisieras cambiarlos. Te hacen padecer, reír, incluso soltar alguna lagrimita o, como mínimo, te encoge el corazón pensar en sus congojas. Es un libro intenso, rico, de esos que acabas y quisieras no haber acabado, de los que cuesta reemplazar. Es este tipo de relación la que valoro en la novela, cuando pondrías las manos en el fuego por los personajes, porque llegas a creer que son reales aunque tengas claro que son ficción. Finalmente la trama es impecable. No digo nada más, pero queda clarísima la maestría narrativa de Ishiguro.
De cabeza a mi lista de favoritos.
Lo que dice la contraportada:
Como me pasa a menudo, me niego a ponerlo… porque es estúpido que te adelanten cualquier detalle, hay que leerla.
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