Ed. Cátedra 293 págs.
Lo que digo yo
Es gracioso que aquellas obras, libros, películas que hemos visto o leído muchas veces, puedan seguir resultando interesantes. Es el caso de Othello, que debe ser la sexta vez que la leo. Me sigue gustando, talvez en la misma medida que tiene aspectos que me desagradan. En general, con Shakespeare, me pasa… entiendo que era hijo de su tiempo y no podía hablar de algo que le fuera ajeno, pero sus obras a veces me producen un regustillo a viejo. Interesante, pero viejo.
Los casos concretos de Othello son fáciles de explicar: 1. la trama está apoyada sobre las concepciones de diferenciación racial de la época. No como un recurso más, si no como uno de los ejes de todo cuanto pasa. Es interesante, pero molesto, no entender si el autor estaba de acuerdo o en contra de los prejuicios que retrata. Y 2. Exactamente lo mismo pasa con los personajes femeninos, sobre todo el de Desdémona, parece que Shakespeare tuvo una especie de epifanía sobre una hermosa chica inteligente, que luego desdibuja y deja un poco como la sumisa típica.
Del lado positivo, obviando la escritura, me fascina la construcción de Yago, tan aparentemente aleatoria, pero medida en cada palabra. Me gusta la idea de que es tan pero tan malo que tácitamente quiere hacerse daño incluso a sí mismo. No soporta la idea de la bondad/felicidad ajena y se lanza sobre los demás hasta dejarlos completamente destruidos.
Lo que dice la contraportada:
Desde el comienzo de la obra, ya sospechamos que ocurrirá lo inevitable. Atmósfera de inquietud constante, donde asistimos a la rápida consumación de la pasión de Othello y Desdémona. Es la tragedia de los grandes sentimientos, y ésta se acentúa con la victoria de la mezquindad. Las rígidas convenciones -Othello, es un noble moro- harán que este amor esté rodeado de muchos peligros. El límite entre el bien y el mal, las virtudes y los defectos, se anularán continuamente
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