Acabo de salir de ver “El año de Ricardo”, de Angélica Liddell en el Teatre Lliure. Impactada, pensando, acelerada. Al menos doce personas se levantaron y se fueron, una de ellas se paseó cual pasarela con el dedo medio bien alto, donde todos pudiéramos verlo.
Yo, como siempre, mantengo que el arte complaciente no cumple su función. Soy una idealista, seguramente, pero si eso que vemos/leemos/escuchamos no logra calar, no veo el sentido de su existencia. Puede enojarte, hacerte reír, invitarte a reflexionar, lo que sea... pero ALGO. Al menos ese es el ideal, al que muchas veces no llego, naturalmente, pero al que aspiro.
Pero también hay un asunto de “responsabilidad” como público. La Liddell, en el medio teatral, es conocida por sus arranques, sus ideas extremas, su eterna controversia y provocación. ¿Qué esperaban ver los que se fueron? Yo no me meto a una película de Lars Von Trier si tengo ganas de comedias románticas, como tampoco voy a ver “La novia de mi mejor amigo” en busca de respuestas trascendentales.
Las reacciones al salir de la sala fueron de las más diversas, desde los que encontramos que es absolutamente consecuente y ya eso valida su trabajo, hasta las asqueados, diciendo enfáticamente que aquello fue una estafa. Para mí, incluso esos que se salieron y esos que se disgustaron, le hicieron un gran favor a la dramaturga/actriz: demostrar que el teatro que nos queda, el que impacta y nos llevamos a casa, es el que –de alguna manera –logra herir las susceptibilidades.
Chapeau.
Yo, como siempre, mantengo que el arte complaciente no cumple su función. Soy una idealista, seguramente, pero si eso que vemos/leemos/escuchamos no logra calar, no veo el sentido de su existencia. Puede enojarte, hacerte reír, invitarte a reflexionar, lo que sea... pero ALGO. Al menos ese es el ideal, al que muchas veces no llego, naturalmente, pero al que aspiro.
Pero también hay un asunto de “responsabilidad” como público. La Liddell, en el medio teatral, es conocida por sus arranques, sus ideas extremas, su eterna controversia y provocación. ¿Qué esperaban ver los que se fueron? Yo no me meto a una película de Lars Von Trier si tengo ganas de comedias románticas, como tampoco voy a ver “La novia de mi mejor amigo” en busca de respuestas trascendentales.
Las reacciones al salir de la sala fueron de las más diversas, desde los que encontramos que es absolutamente consecuente y ya eso valida su trabajo, hasta las asqueados, diciendo enfáticamente que aquello fue una estafa. Para mí, incluso esos que se salieron y esos que se disgustaron, le hicieron un gran favor a la dramaturga/actriz: demostrar que el teatro que nos queda, el que impacta y nos llevamos a casa, es el que –de alguna manera –logra herir las susceptibilidades.
Chapeau.
Denise,
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con que el arte que inaugura y provoca es ARTE, asi, con mayuscula. Sin embargo, que pasa con el sentido de la estetica, armonia, balance? Algo que defina el perimetro que lo que se esta presentando en el escenario no es solo basura, sino que realmente un esfuerzo bien planificado y realizado en torno a un mensaje o idea trascendente.
Lamentablemente no conozco ni a la actriz de la que hablas y probablemente nunca sabre la trama de la obra, me quedo con las ganas de saber mas detalles... :(
que intriga...
ResponderEliminarel teatro me gusta, pero aquí entre nos he ido a escasas 7 obras desde que nací... 8 de hecho, fue a ver a Murasaki una vez...
en algún momento de mi vida lo intenté, pero existen dos cosas para las que nací con dificultades, para finjir/actuar y andar en bicicleta (tengo cierto trauma)...
suerte con todo ese mundo Denise...
LILIAN: esa era parte de la discusión ayer, pero yo lo que creo es que el impacto no puede ser lo único que quede, aunque el límite entre arte y basura a veces es tan difuminado. Porque claro, una película porno impacta, pero eso no la hace arte. Es complicado el tema, pero creo que bajo un mínimo de sentido artístico, la obra de arte debe contener algo más.
ResponderEliminarMELEOBRO: jiji, bueno, no creás, hay gente que habrá ido UNA vez o ninguna. No es tan raro... :-)
Adoro el teatro y se por propia experiencia qaue una obra puede causar distitnas imnprsiones y que una actriz puede meterse en el personaje o no y creerselo o no. Es parte e la actuacion. besos.
ResponderEliminaropino también sin ver, pero del otro lado de la barrera, esta vez del cine. Fui a ver una de esas "películas colombianas" que parece q venden. Si hay narcos, putas y sicarios, sabes q es colombiana... la verdad es que quedé harta. Estoy cansada de las películas "denuncia", de la pornomiseria, cintas sobre las cosas malas que se supone que rechazan... pero igual viven de eso.
ResponderEliminarEso es lo q me cae mal a veces del teatro y a veces del cine. El shock por el shock. Porque es más difíl llegar a las emociones por la vía amable, y agarran por la facil del asco y terror y susto y violencia. No más para mi.
Claro, ya me vine a desahogar aquí, pero en resumidas cuentas, yo no fui la que salió del cine con el dedo en el aire, sino la que se quedó en su asiento mirando para otro lado y esperando que pasaran los minutos.
De eso se trata, de ser consecuentes, lo has dicho muy claro. BEsos Denise.
ResponderEliminarAlaaaaaaa, ahora qué ganas de ir y ver esa obra.
ResponderEliminarEstoy con la idea de que el arte tiene que romper y tiene que impactar, pero no creo que haya que llegar hasta el romper por romper. Como decís, tiene que tener un mensaje, si no no me vale...
Besos
Estoy totalmente de acuerdo con lo que has dicho y tu manera de interpretar el arte. Mientras provoque y estimule cualquier reacción en el espectador es, con probabilidad, arte. Y dejo lo de la probabilidad por esa duda racional que siempre vaga por nuestras mentes ante algunas obras.
ResponderEliminarEso sí es difícil interpretar la reacción del público. Quien sabe si aquellos que se fueron son sus más provocadores fans y creen que la obra no llega al nivel deseado; o son cuatro idiotas que no saben comportarse... Es casi tan difícil de saber como de definir qué obra se considera arte y cual se queda sólo en un intento ;).
Imagino que los espectadores tienen derecho a expresarse siempre y cuando sean responsables y respeten al resto de público, que a fin de cuentas, no tiene porque concordar con uno.
En fin, que estoy completamente de acuerdo con todo lo que has dicho :).
Besos
Tienes razón, Denise... hay gente que no sabe dónde se mete y luego protestan... No obstante reconozco que hace tiempo no voy al teatro, me sentí "despachado" después de asistir a unos cuantos actos fallidos... Y eso que hice teatro de jovencito, hace tantos años... Incluso ganamos un premio nacional en 1975 con el Molinero de Sanssouci, de peter weiss... viejos tiempos (además era brechtiano... jajaja... qué horror ahora que me acuerdo... Besos... pau llanes
ResponderEliminarMARCE: a mí me gusta cuando se lo creen...
ResponderEliminarMEDEA: en eso estamos de acuerdo, si no hay algo detrás del "ohhh, qué artista y transgresor que soy" suele ser una mentira asquerosa!!!!
WAITING: o al menos sinceros, si dices "hago esto", allá quien lo compre... igual si vas al teatro, se trata de asumir "consumo esto", o no y cuidar más lo que entras a ver.
NUNÚ: estamos de acuerdo, en esta yo siento que había contenido, y mucho, pero bueno, los detractores salieron cabreados, jiji.
CHOCOADICTA: también creo que estña bien irse si no te gusta, es sinceridad como mínimo.
PAU: jijiji... qué buena historia, Pau de actor brechtianoooo!!!! :-D
Pues encuentro que de cierta forma es una gran falta de respeto, pues si un trabajo no cumple las expectativas del público, hay que considerar si uno es cpaz de hacer las cosas mejor. Falta de humilad.
ResponderEliminarY pues todo es aprender, y lo que no le gusta a alguien , a otros fascinará.
CAPITAN: bueno, yo creo que hay que intentar que "guste", pero con medida, si no acabás haciendo cosas facilistas y complacientes siempre. Ahora, entiendo que hay quien se va al otro extremo, hace en escena su acto onanista intelectual y le da igual el público.
ResponderEliminarOpino que el arte no tiene porque ser necesariamente profundo y desgarrador con un mensaje impactante. A veces solo debe ser algo agradable y ligero. Una brisa que te refresca.
ResponderEliminarAunque la mayoría de las veces necesitemos que nos arrastre con fuerza
Compensar y alternar. Esa es la clave.
No te ocurre a veces que te apetece leer o ver uan peli muy profunda y otras necesitas lago muy ligero que solo te agrade?.
(a lo mejor la palabra no es entretenimiento, si no ocio, diversión... ay no sé, espero haberme explicado :-D)
ResponderEliminarFANMA: sí, tienes razón... es la necesidad de equilibrar. Lo que pasa es que creo que casi siempre se confunde entretenimiento y arte, yo hago la distinción sin desprecio y asumiendo la carga polémica y subjetiva que tiene intentar determinar qué es arte y qué no lo es. La verdad es que es un tema interesante, por ejemplo en el teatro, desde Aristóteles hasta ahora no se ha detenido la discusión de cuál debe ser su finalidad... de más está decir que jamás se han puesto de acuerdo.
ResponderEliminarTengo ganas de verla, me han dicho que es genial...ojalá tenga oportunidad.
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