Voy caminando por la calle y un tipo, a unos cinco pasos de mí, empieza a decirme idioteces. Me hago la que no oigo y termino esperando a su lado a que cambie el semáforo peatonal. Cuando estoy a dos palmos suyos no es capaz de decir nada… pero en cuanto empiezo a caminar y vuelve a tener distancia protectora, empieza de nuevo.
Me volteo, le pregunto si me conoce, como los dos sabemos que no, le digo que no me salude, que no me hable y que aprenda a respetar a las mujeres. Medio se acobarda, medio no, hay varias personas cerca pero ninguna se da por enterada… podría hacerme cualquier cosa y es evidente que nadie quiere meterse en camisa de once varas. Finalmente el tipo se aleja… mientras tanto yo pienso “tenía que ser latinoamericano” y me reprendo a mí misma por pensarlo, pero es que ya tengo mucha experiencia en el campo. Me vengo a la casa con el hígado pateado, a punto del vómito, con la vena de la sien derecha amenazando con explotarme.
Cerca de mi piso hay un par de sitios de reunión de tipos latinoamericanos que siempre tienen alguna vulgaridad que decir cuando pasan chicas al frente. Siempre, pero siempre… jamás he pasado por ahí sola, en horario de mucha gente, sin recibir algún “ptsss, adiooos, uuuy, mamacitaaa”. No importa si he subido de peso, o he bajado, si voy en minifalda o con falda por los tobillos. Y las mujeres, en su mayoría, lucen los michelines sin pudor, medio tallados y medio salidos de sus blusas despampanantes con escotes de miedo, mientras hablan a gritos.
No estoy exagerando, eso es exactamente lo que pasa.
No todos somos así, es verdad, de hecho tiendo a creer que son una minoría y que es más fuerte ese estilo en ciertos países (no digo cuales porque no quiero ofender, pero jamás he sido acosada por -digamos- un chileno), pero desgraciadamente estos son los que más llaman la atención. No justifico la xenofobia, ni la discriminación ¡pero a veces entiendo de dónde sale!
Si salgo a la calle en Costa Rica y lo que veo por doquier –por llamativos que resultarían- son españoles borrachos, seguro que llegaré eventualmente a creer que son generalmente así.
Por desgracia: metonimia inevitable, la parte adquiere el valor del todo.
Me volteo, le pregunto si me conoce, como los dos sabemos que no, le digo que no me salude, que no me hable y que aprenda a respetar a las mujeres. Medio se acobarda, medio no, hay varias personas cerca pero ninguna se da por enterada… podría hacerme cualquier cosa y es evidente que nadie quiere meterse en camisa de once varas. Finalmente el tipo se aleja… mientras tanto yo pienso “tenía que ser latinoamericano” y me reprendo a mí misma por pensarlo, pero es que ya tengo mucha experiencia en el campo. Me vengo a la casa con el hígado pateado, a punto del vómito, con la vena de la sien derecha amenazando con explotarme.
Cerca de mi piso hay un par de sitios de reunión de tipos latinoamericanos que siempre tienen alguna vulgaridad que decir cuando pasan chicas al frente. Siempre, pero siempre… jamás he pasado por ahí sola, en horario de mucha gente, sin recibir algún “ptsss, adiooos, uuuy, mamacitaaa”. No importa si he subido de peso, o he bajado, si voy en minifalda o con falda por los tobillos. Y las mujeres, en su mayoría, lucen los michelines sin pudor, medio tallados y medio salidos de sus blusas despampanantes con escotes de miedo, mientras hablan a gritos.
No estoy exagerando, eso es exactamente lo que pasa.
No todos somos así, es verdad, de hecho tiendo a creer que son una minoría y que es más fuerte ese estilo en ciertos países (no digo cuales porque no quiero ofender, pero jamás he sido acosada por -digamos- un chileno), pero desgraciadamente estos son los que más llaman la atención. No justifico la xenofobia, ni la discriminación ¡pero a veces entiendo de dónde sale!
Si salgo a la calle en Costa Rica y lo que veo por doquier –por llamativos que resultarían- son españoles borrachos, seguro que llegaré eventualmente a creer que son generalmente así.
Por desgracia: metonimia inevitable, la parte adquiere el valor del todo.
Me molesta de sobremanera cuando soy mirada como un objeto sexual sin yo pretenderlo porque es una violacion de mi espacio y en cierta manera, de mi intimidad, asi es que te entiendo desde ese punto de vista, muy bien. Pero cabe decir que con mis proprios ojos he visto que tales observaciones masculinas no se limitan a "los latinos" como tu piensas. Fijate que aca tambien pasa, vivo en EEUU. Y es publicamente conocido que los trabajadores de construccion forman parte [en forma figurada por supuesto] de este "equipo" de piroperos sin gusto que mas bien obedecen a un similar nivel socio-economico a nivel mundial que a cierta etnia.
ResponderEliminarSaludos!
Hola Lilian!
ResponderEliminarTenés razón, probablemente es que esa condición social coincide en este país con -mayoritariamente- los latinoamericanos. Los constructores... es verdad.. son un grupo que se rige bajo sus propias normas.
Denise,
ResponderEliminarAunque no me gustan los esterotipos, parece que por alli va la cosa ;-)
Saludos!
Oye Denise...no soy un erudito en la materia, ni soy un "piropeador" pero creo que en esto tienen que ver también elementos sociales, incluso de aceptación dentro de un grupo...Además eso está dentro del terrible parámetro "Sos hombre si..." que es fruto del machismo. La verdad, tambien, hay piropos de piropos...y yo no participo en eso por que me parece vulgar, especialmente desde la vez que andaba con mi hermanita y un tipo le dijo un gran vulgaridad...eso es una gran falta de respeto y en cierta manera es retrograda por que en cierta medida convierte la mujer en simple objeto sexual.
ResponderEliminarAdemás, la belleza se contempla mejor desde el silencio y se disfruta más con el respeto..Saludos!!!!
LILIAN: a mí tampoco me gustan los estereotipos, pero menos me gusta constatar uno real :-P
ResponderEliminarHEROE: a ver, aclaro, a mí me han dicho alguna vez cosas que no me ofenden. Cosas como "qué bonitos ojos, muchacha" así en la cara y sin tono ofensivo me parecen bien, son cumplidos. El problema es la cargar sexual no deseada.
No me siento identificada (no soy una chica a la que echen piropos...tampoco modas de naranja,que quede claro), pero me fastidia que la cosa sea así, más que nada porque los piropos deberían ser bonitos y tener sentido, pero no suelen ser lo primero, y si lo dicen a todas tampoco lo segundo...
ResponderEliminarbuenas,a ver, yo soy español,aqui pasa exactamente lo mismo, es en todas partes igual,porque? pues porque a los hombres les gustan las mujeres y nos maravillamos con vuestra belleza,y todos no somos Ruben Dario inevitablemente...
ResponderEliminara las mujeres,no seamos demagojicos, tambien les gusta que se fijen en ellas,lo que pasa es que queda muy bien decir que les parece retrogrado,porque asi no quedan de "zorras"cuando lo mas natural y lo mas igualitario seria que una mujer pudiese ser una zorra tranquilamente(ya se que queda mucho para eso).a mi personalmente me molesta que una mujer pida en un hombre fuerza para sentirse segura,por ejemplo,entre las tantas tonterias que una mujer pide a un hombre.yo sinceramente,no soy un cobarde,pero tampoco soy guardaespaldas de nadie,y mucho menos una maquina de pegar o un conan,y porque se pide eso a un hombre?porque es lo que les gusta a las mujeres por naturaleza,y es lo que caracteriza a la mujer como mujer.
creo que no hay cosa mas bonita para el ser humano que una mujer femenina y un hombre masculino,y,queramos o no,los hombres y las mujeres, en su masculinidad y su feminidad ,tienen cosas negativas,pero tambien positivas.dejemos de intentar buscar desigualdades para pelearnos y busquemos armonia,y si un hombre que piropea no es capaz de decir algo a un metro de una mujer es porque no sera tan peligroso,asi que no entremos en molestarnos por cosas absurdas,porque entonces, cuando los hombres no se atrevan a acercarse a una mujer para hablarles nos diran cobardes,y a ustedes, las mujeres, no les gustan los hombres cobardes...o si?
JIMMY: a ver, una cosa es que te digan cosas bonitas y otras las vulgaridades, personalmente prefiero no recibir piropos en la calle... si mis amigos o mi esposo me dicen cosas pues genial, evidentemente, pero un desconocido haciendo sonidos y gestos es desagradable. Y sobre lo que se espera de un hombre, bueno, eso es personal... yo prefiero a los hombres sensibles y no necesito que nadie me proteja. Cuestión de percepciones, la mía es un poquito distinta.
ResponderEliminarbueno,nadie es perfecto...
ResponderEliminarHubo un tiempo en que En España decir piropos era de machos y recibirlos de buena mujer.
ResponderEliminarEs inevitable hacer generalidades. Un cliente ruso me dijo una vez que los españoles bebemos mucho, me hizo mucha gracias porque en España se dice bebes como un cosaco. Así que lo que hay que hacer es autocorregirse cuando te pillas en un prejuicio sobre todo en los relacionads con el genero y la raza.
precisamente creo que ahora esos prejuicios se estan invirtiendo,y eso me preocupa,porque creo que todo extremismo es muy malo.
ResponderEliminarpor dios,vamos por la vida llenos de prejuicios fijandonos en tonterias y nos olvidamos de vivirla.
sigo pensando que el dia de mañana las relaciones entre las personas se limitaran a un hola y un adios, y cuidado ,haber como dices el hola,que podrias ofender a alguien,eso si no lo has ofendido antes con tu manera de vestir,tu peinado,tu mirada o ya puestos, tu sexo,por que ultimamente, el hecho de ser hombre me esta convirtiendo en un ser horrible.
FANMA: ya sé que estoy generalizando :-S pero es que estas cosas me cabrean, además uno termina haciéndole mala fama a todos.
ResponderEliminarJIMMY: bueno, no creo que se trate de llegar a ese extremo que dices, pero pienso que si alguien se siente irrespetado hay que aprender sus límites.