Niego, niego y me niego. A veces más lo primero que lo segundo, o mucho más lo segundo que lo tercero. Quiero abrir la boca y en vez de palabras se me escapa un pez. Eso cuando hay suerte, otros días salen sapos y culebras con esos signos que parecen de cómic (&%%$-BAAAM-/&&%%-POW!!!!). Y solo para reírme de mí misma intento pensarlo al revés, que acepto, acepto y me acepto.
Entonces sí que comienza el circo y yo hago todos los papeles, soy desde el malabarista hasta el elefante, a veces soy la contorsionista freak o el chico bala y me lanzan con el cañón, pero mi papel favorito entonces es el de mujer monstruo (mírenla cómo se transforma, mírenla como le salen pe-pe-peloooos) porque nadie me quiere, nadie hace como que me quiere, la gente paga para no quererme y mientras tengo el disfraz gozo de cinco minutos de desprecio directo.
Si dejara el balancín este, si me lanzara desde lo alto del columpio, nadie iría a recoger mis dientes, desperdigados entre el césped y las piedritas. Ni siquiera yo, ¡para que los quiero si ya se me cayeron!
Y con sangre.
Puagh.
Una vez me cayó una banca de iglesia, fue en mi pie derecho y yo tenía cuatro años, o tres. Grité y la gente me mandó a callar, grité y me miraron con rabia, grité y alguien incluso se rió. Grité y mi hermana y mi tía se asustaron, creo que ellas habían empujado la banca sin querer. Grité y por fin apareció alguien y me quitó el peso, pero me quedaron los gritos (y los moretones en mi pie de casi bebé). A veces, niegue o me niegue y acepte o me acepte, me siento como si me cayera la banca de nuevo: esta vez en la vida.
Y entonces me toca ser Súper-Algo/Bati-Algo/La Algo Maravilla y seguir sonriendo con mis súper-poderes escondidos bajo mi súper-manga, como el As. Bah. Com si fos just… Patrañas. Algunes vegades vull plorar i cridar sense donar explicacions! A veces no quiero ser super heroína en patines.
Entonces sí que comienza el circo y yo hago todos los papeles, soy desde el malabarista hasta el elefante, a veces soy la contorsionista freak o el chico bala y me lanzan con el cañón, pero mi papel favorito entonces es el de mujer monstruo (mírenla cómo se transforma, mírenla como le salen pe-pe-peloooos) porque nadie me quiere, nadie hace como que me quiere, la gente paga para no quererme y mientras tengo el disfraz gozo de cinco minutos de desprecio directo.
Si dejara el balancín este, si me lanzara desde lo alto del columpio, nadie iría a recoger mis dientes, desperdigados entre el césped y las piedritas. Ni siquiera yo, ¡para que los quiero si ya se me cayeron!
Y con sangre.
Puagh.
Una vez me cayó una banca de iglesia, fue en mi pie derecho y yo tenía cuatro años, o tres. Grité y la gente me mandó a callar, grité y me miraron con rabia, grité y alguien incluso se rió. Grité y mi hermana y mi tía se asustaron, creo que ellas habían empujado la banca sin querer. Grité y por fin apareció alguien y me quitó el peso, pero me quedaron los gritos (y los moretones en mi pie de casi bebé). A veces, niegue o me niegue y acepte o me acepte, me siento como si me cayera la banca de nuevo: esta vez en la vida.
Y entonces me toca ser Súper-Algo/Bati-Algo/La Algo Maravilla y seguir sonriendo con mis súper-poderes escondidos bajo mi súper-manga, como el As. Bah. Com si fos just… Patrañas. Algunes vegades vull plorar i cridar sense donar explicacions! A veces no quiero ser super heroína en patines.
Foto: Zoo image la ilustración, la otra no sé.
Ay niñaª como me gusto este. Me referiré a dos cosas, grita y grita aunque se enojen, aunque te hagan mala cara y rían hipocritas, es tu derecho.
ResponderEliminarY lo de ser super algo me parece, es bueno sentirse bien con uno mismo.
Gracias por tus amorexias y bueno, además de el Extreme-Makeover ya hay una nueva amorexia, y el domingo se viene blogwar en mi hora mas oscura.
Sigamonos encontrando en las letras.
que hp vida andar jugando de fuertes, cuando estamos más débiles que de costumbre.
ResponderEliminara pesar de todo, del banco de la iglesia, de las palabras que no salen, sigue para adelante. En algún momento todo se transformará. Abrazos.
ResponderEliminarquisiera ser la Mujer maravilla, para dar vueltas y cambiar de peinado y vestido rápidamente... parar balas con las muñecas? no tanto...
ResponderEliminarPor alguna extraña razón, la gente espera que uno sea SuperChica siempre, sin reacciones a la Kriptonita ni nada por el estilo.
ResponderEliminarQue se vayan al demonio!
Los superpoderes, que sin duda tienes, son imprescindibles para sobrevivir.
ResponderEliminary que te puedo decir, si se me ahogan los gritos...
ResponderEliminarAbrazos+
:-) Besitos y abrazos...
ResponderEliminarLa debilidad nos hace fuertes...Siempre lo he creído.
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