Corría el año 98. Yo tenía un novio
con el que nos comunicábamos de dos maneras: en vivo o por el
teléfono público. Bueno, miento, los dos teníamos un buscapersonas
que actuaba como recordatorio de llámame. Y el teléfono público
sólo lo usábamos para cosas urgentes.
Sigamos atrás en el tiempo. Yo fui al
instituto, a uno bastante lejano a mi casa, y nunca tuve teléfono
móvil. Nadie lo tenía. Tembló, hubo ventiscas y casi huracanes,
hubo hasta inundaciones alguna vez... y ni mis padres ni yo tuvimos
la necesidad de estar comunicados. Se confiaba en el centro educativo
y su capacidad de protegernos.
Sigamos atrás en el tiempo. Durante
muchos muchos años en mi casa sólo había teléfono de ese de
disco, el de la ruedita con números. La llegada del teléfono en el
que se pulsan las teclas ya fue todo un acontecimiento, ni hablemos
de los inalámbricos.
Yo honestamente no soy muy amiga del
teléfono. Supongo que por eso tengo un aparato que tendría que ser
smartphone pero es más bien bastante tonto. Tendría que tener
prestaciones que me hagan la vida más sencilla, pero en realidad el
ladrillo del año 89 me iba mejor.
Tal vez por eso estoy pensando que en
el fondo, o se deja uno llevar y cae en la tentación de tener un
teléfono de última generación, realmente bueno... o más vale
directamente no tener móvil.
Y en esas estoy.
Para peores mi cackberry está en proceso de desmontaje, esta tarde he descubierto que tiene un buen trozo de carátula a punto de caérsele.
Y si digo la verdad, tampoco me sabe tan mal que muera, porque es un teléfono bastante malo.
Pero pienso que gastarme La Pasta de Tu Vida sea la mejor opción, pero para teléfonos malos... el que tengo.
Y en esas estoy.
Para peores mi cackberry está en proceso de desmontaje, esta tarde he descubierto que tiene un buen trozo de carátula a punto de caérsele.
Y si digo la verdad, tampoco me sabe tan mal que muera, porque es un teléfono bastante malo.
Pero pienso que gastarme La Pasta de Tu Vida sea la mejor opción, pero para teléfonos malos... el que tengo.
Y en esas estoy.
Yo es que siempre voy con años de retraso respecto a estas cosas. Fuí la última de mis amigas en tener ordenador, en tener internet, en tener msn y hoy en día no todavía no tengo facebook ni nada de eso.
ResponderEliminarCon los móviles me pasó lo mismo, también fuí la última en tenerlo, y tampoco le vi nunca la gracia, a mí es que no me mola hablar por teléfono y las demás herramientas como que me dan lo mismo.
De hecho cuando me compré el que tengo ahora le dije a la dependienta que me diera uno sencillo, que era para una persona mayor y ahí lo tengo... 20 euros me costó.
No sé si algún día tendré uno de esos modernos, lo veo innecesario. Como dices, yo sería feliz sin móvil, y de hecho he estado años sin tener, lo malo es que desde que me quedé en el paro, cuando vas a apuntarte a cursos o a escribir curriculums es que tienes que poner el teléfono móvil, porque nadie se cree que no tengas.
DOCTORA: a mí me daba igual hasta que empecé a usarlo para cosas más complejas, entonces el pedazo de cosilla mala que tengo no me sirve de nada...
ResponderEliminarProfesionalmente, tengo que vivir con la última tecnología a todas horas, y no me refiero sólo al teléfono, sino a los ordenadores de última generación y a todo tipo de cosas tecnológicas "porque un ingeniero tiene que estar al día"... En cuanto salgo por la puerta de la oficina, entierro a la ingeniera que llevo por fuera, y cultivo, cada día un poco más, mi odio eterno a la tecnología... Porque, cuando yo estudiaba, creía, ilusa de mí, que la tecnología debía evolucionar para facilitar la vida de los demás... Muchas veces creo que lo único que hace es complicarlos la vida, eso si, creándonos necesidades que nos duelen al bolsillo y que hacen que los de siempre sigan haciendo caja.
ResponderEliminarAle! Qué agusto me he quedado :-)
ains, el teléfono, ese ser que se interpone entre las personas.
ResponderEliminar¡Amén, hermana! Me parece increíble que nuestra vida pueda girar en torno a una máquina y no las personas que hay detrás...¡y eso que me rindo ante el ordenador! Pero lo del teléfono es un modo de: o tener una excusa para no estar con las personas, o estar con las personas y tener una excusa para no hacerlas ni caso.
ResponderEliminarCualquier día me echo al monte y dejo toda la tecnología de lado.
SAND: te juro que si pudiera, prescindo...
ResponderEliminarFANMA: uf, tantas veces veo gente que queda para sentarse, uno frente al otro, para hablar por móvil con gente que no está delante... espantoso.
CVALDA: ¿fundamos una secta? :D