Hago teatro desde hace tantos años que creo que lo traía en la sangre. En realidad empezó como una chiquillada: hacíamos pequeñas obras/sketches en las fiestas familiares o jugábamos a series o culebrones en la casa de mi abuelita.
Poco a poco me fui dando cuenta de que eso tan divertido es una carrera y aquí me tienen. Como si se tratara de una relación, el teatro y yo nos dimos un tiempo por allá del año 1999. Había acabado la carrera de periodismo y decidí centrarme en trabajar como redactora. Tenía 20 años pero pensaba que me sabía la vida de pé a pá. No tardé mucho en darme cuenta de que era redactora de cultura, cuando lo que me gustaba era aquello de lo que escribía.
Lo dejé todo. Me dije... ¡pero si yo soy de teatro! Dejé un trabajo estable, de horario medianamente definido (al menos en el medio y en la fuente que yo cubría el horario lo estaba). Dejé un salario mensual que cubría mis gastos fácilmente. Dejé ese calorcito que da la posibilidad de ir creciendo en tu profesión.
No me arrepiento. A veces me cabreo con lo que cuesta, con el esfuerzo económico y emocional que significa, pero no me arrepiento. Yo no podría ser feliz sin las artes, lo sé. Y creo que es una cuestión de humildad: no creo que sea buena para nada más que el teatro, escribir y tal vez cocinar. No soy buena periodista, nunca lo fui... pero sé qué hago con un escenario o frente a un teclado.
La vida, entonces, me tiene que parecer bonita. Paso ocho horas ensayando, seguidas, un sábado. Y no pasa nada. Lo hago porque no puedo evitar hacerlo, es casi compulsivo. Pero me ayuda a entender que detrás de lo que hacemos hay una parte muy grande de amor. O al menos así debería ser.
Se los digo en broma pero tiene su punto de verdad. Voy a ensayar con mis siete amores. Me he encontrado con mucha gente maravillosa, pero este año se lleva la palma. Estar en sala de ensayo con siete seres humanos preciosos, que me han enseñado mucho sobre cómo se hace esto, es un privilegio. Porque desde principios de este año cada día que he ido a ensayar con ellos ha sido bonito. Incluso los días en que el ensayo no va bien, incluso esos días, son fantásticos.
Y por eso estoy tan contenta hoy. Nos presentamos hoy a las 21 hrs en la Mostra de Teatre de Barcelona y para mí, qué queréis que os diga, es como un banquete de bodas a siete bandas.
hala, a disfrutarlo.
ResponderEliminarTu tienes el don, explotalo y disfrútalo.
ResponderEliminarSe que falta mucho tiempo, pero si sabes de alguna presentación de alguna de tus obras en Barcelona para la primavera del próximo año, me encantaría ir a verla. Pasa que una amiga esta viviendo allá y planeo visitarla en abril o mayo!
El amor se nota en lo que hacés y eso es arte, lo acercás tanto a la humanidad que yo lloro no sólo por lo triste de la escena, sino porque reconzco la pasión, el amor y la dedicación de todos esos siete más la directora. Molta merda!
ResponderEliminarDenise, Denise ¡Tus posts me emocionan y me inspiran tanto!
ResponderEliminar¡Gracias infinitas!
Mucho éxito con la obra, de fijo te va a ir súper bien.
¡Cómo te entiendo! Dedicarte a lo que te gusta no tiene precio, es un regalo. Disfrútalo, y que lo disfruten los que te ven :)
ResponderEliminarFANMA: lo disfrutamos, con todo y que fue un larguísimo día...
ResponderEliminarAÍDA: :D ojalá... si se da, te aviso, si no... aunque sea nos tomamos un vino!
CATA: mi espía favorita...
DIEGO: qué lindo, muchas gracias a vos
MARTES: el día que encima cobre ya será la bomba, jeje
Hay más de siete personas que se enorgullecen, al leer esto, de poder contar con tu amor; por ellos y por el teatro. No entiendo el teatro sin amor, y muchas veces dedicamos tiempo y esfuerzo en algo o alguien por amor; no es ésto, precisamente, pues?
ResponderEliminarCANAPÉ: te tengo fichado, canapé ;) de eso se trata... sí...
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