Comencemos entonces con el
SEÑOR SMARTY PANTS
El Señor Smarty Pants es un especímen que vive en parajes urbanos, sobre todo si hay olor a libro, biblioteca o cafetería intelectualoide. Abundan en las tiendas de artículos raros, antigüedades y segunda mano. Su atuendo no lo distingue del resto de la gente, así que hay que ir con cuidado: se camuflan entre otros con mucha facilidad.
El Señor Smarty Pants se caracteriza porque sabe de todo. Cuando digo de todo, quiero decir de TODO: desde astronomía hasta papiros, desde metereología hasta cuido de niños, desde chips telefónicos a curas mágicas contra el insomnio. Y aunque se pueda admirar lo extenso de su conocimiento, cuando llega al tema número 8 millones y habla de él con una propiedad poco creíble, la cosa empieza a chirriar. Es de esos que cuando están al lado hasta te da reparo decir algo, porque parecen una enciclopedia... pero como las enciclopedias, en realidad sabe poquito de muchas cosas. Conocimiento de lago, poco profundo. Si no estás seguro de que ese que tienes en mente sea uno de ellos he aquí la prueba infalible: observa si dice "no sé". Un verdadero Smarty Pants JAMÁS dirá no sé... porque sabe, claro está.
CASO PRÁCTICO
Hace unos días conocí uno muy curioso, que me sirve para ejemplificar. Este Señor Smarty Pants tiene una fijación con la música clásica*, así que lo llamaremos Señor SmartyMozarty. El Señor SmartyMozarty conversa conmigo un día, me dice que es un gran aficionado de la música clásica, que otras cosas en la vida le importan poco, pero que sin música clásica no podría vivir y que durante años ha acumulado objetos y conocimiento sobre el tema. Entonces se levanta y me trae un CD, un libro y una ilustración.
Del CD me cuenta que tiene 12 tracks: dos sonatas para piano, la 11 y la 15; un cuarteto de cuerda (el 19) y un quinteto de cuerda (el 4). Me habla de andantes, allegros y adagios. De Opus y cosas de esas. Yo digo que sí con la cabeza, porque yo de música clásica sé más bien poco y es como si me hablara en suahili...
Del libro me dice: habla del año del último año de Mozart, 1791, año del Concierto para clarinete, de La flauta mágica y del Réquiem: una sucesión de obras maestras que, como ha escrito George Steiner, señalan uno de los más increíbles momentos de creatividad de la experiencia humana. Aquí empiezo a notar algo raro, pero digo que sí con la cabeza porque ¿quién soy yo para aportar nada a lo que dice el Señor SmartyMozarty que dijo el Señor SmartySteiner?
Es cuando trae la ilustración cuando ya aquello me huele fatal. Es una lámina con un retrato de Mozart, del que Señor SmartyMozarty me dice que se trata de la Silueta de Hieronymus Löschenkohl, data de 1785, Viena y que está en el Museo de Historia de la Ciudad.
Es entonces cuando me doy cuenta: Señor SmartyMozarty lo que tienes es una memoria buenísima, el muy cabroncete, es experto de contraportada y me acaba de recitar, casi textualmente, lo que dice la caráctula del CD, la contraportada del libro y el pie de lámina de la ilustración. Digo que sí con la cabeza porque yo soy una gran ignorante de Mozart y de la música clásica y realmente no puedo decir que no mientras pienso que es un fraude de experto, pero de repente se me enciende la bombilla...
DD: Ah, hay gente a la que le gusta mucho Mozart.
Señor SmartyMozarty: Bueno, yo de Mozart conozco hasta el modo de andar.
DD: Ah... ¿y te gusta la Danza del Sable?
Señor SmartyMozarty: ¿La danza del sable?
DD: Bueno, yo no sé si es de Mozart
Señor SmartyMozarty: ¿La danza del sable? Bueno... es que yo tengo unos cuantos discos nada más.
DD: ¿Y no aparece la danza del sable?
Señor SmartyMozarty: No me suena, no... tal vez es de otros discos que yo no tengo.
DD: Tal vez.
Touché. A veces es útil ser ignorante... como yo sé tan poco de música clásica y para más inri me gusta la del siglo pasado y Khachaturian es de los pocos que conozco un poquitín, sabía que un verdadero experto en Mozart NUNCA caería en la trampa, incluso alguien que sepa un mínimo como yo habría detectado el error, sobre todo con algo tan conocido como la danza del sable.
Señor SmartyMozarty no vuelve a hablarme del tema nunca más. Ahora hablamos del Imperio Astrohúngaro, que en 1914 tenía una extensión de 675 mil km2 y que...
Suspiro.
Señor SmartyMozarty es invencible.
*todos los detalles reales han sido cambiados para evitar la posible furia del Señor SmartyMozarty.
El profesor del curso que estoy dando es así. El tío es agradable, pero tiene complejo de profesor de historia y en cuanto te despistas lleva la conversación a su terreno para darte una lección y claro, te quedas sin poder meter baza porque careces de datos... él debe pensar que me quedo impresionada con sus conocimientos (que un poco sí), pero lo que realmente pienso es "¿Cómo hemos acabado hablando de esto?".
ResponderEliminarjo jo jo, brutal estocada
ResponderEliminarDRA: ya, esa es otra... capacidad de desviar cualquier tema a su campo :P
ResponderEliminarFANMA: me quedé taaaaan a gustito, la verdad :D
jajaja, siempre me entretengo leyéndote! abrazo desde Sevilla!
ResponderEliminarMujer, ¡qué manera de socavar la confianza del señor pantalones elegantes!
ResponderEliminarLuego los ves a ese tipo de pedantes con la mirada perdida, tal vez preguntándose que falló.
A la doctora ya me la conozco, pero ya veo que tu también tienes tela. Sigue, sigue esta serie, que el señor whiney whiney promete.
PD. Pues aunque te parezca raro, morenitos blogueros por aquí pocos ja,ja, yo ya llevo unos años blogueando y eres la primera persona de color con la que me cruzo (que ya sé que serás una chica de lo más normal, pero a mí que soy muy curioso, me hace gracia ese puntito exótico).
NATY: ¿Sevilla? ¡Olé!
ResponderEliminarVIGO: jajajajajaj... :) espera, espera...