Buenos días, doctor. ¿Qué tal durmió? Me alegro... yo quería comentarle algo ¿ve que tengo aquí como rojo? No, no es alergia, es que me pasé toda la noche con la mano en el pecho, según yo por si me daba un infarto. Como un peso. Bueno no, no me duele. Es más adentro, doctor. Revise bien… ¿está seguro? Meta la mano, sin vergüenza, doctor, somos de confianza. Usted tantee. Use ese aparatejo, el etestocopsio… ay, mi madre, ya se me enredó la lengua; o como dicen en mi pueblo “es que se me lengua la traba”, ja ja ja.
¡Hoy sí que está serio! Ya, disculpe, sí, entiendo…
¿Sabe cómo qué es? Como cuando me duermo boca abajo y al principio me cuesta respirar… Ya sé que usted me dijo que no durmiera así, pero es que si no me siento taaan sola. Por lo menos así abrazo a la almohada, doctor.
No, no, no, no, nada de eso, no señor, no me mande ninguna receta, la última vez me destrozó el estómago con la cosa aquella, esa que es para las inflamaciones y ¿sabe qué? prefiero no seguir experimentando. No, doctor, no, es que usted como que se aprovecha de que no sé mucho y me usa de… ¿cómo es que dicen, como rata de…? ¡Sí, de eso, de conejita de indias! Bueno, será la única conejita que puedo ser, porque de pleiboi ya ni sueño, ja ja ja. ¡Se imagina, doctor, yo en pelotas! ¡A la quiebra se va la revista esa! Aunque se lo merecerían, por cochinones. ¿Usted ha visto las cosas que sacan, doctor? Jueemialma, es que las chiquillas que salen ahí son cosa seria… ¿YO? ¡Me ofende, doctor! ¡Uno de mis nietos que dejó una perdida en mi casa! ¿Cómo se le ocurre que yo voy a comprar esa basura? ¡Dios me libre! Y la vi por puro error, tampoco crea que me gustan esas cosas. Viejas chingas, ay no.
Sí, sí, perdone. Me distraje. ¿Así o más profundo? Ah, el aire para afuera despacito, entonces.
No, no haga loco, como dicen los chiquillos. No, doctor, gracias: le tengo manía a los sicólogos. No, no, no, a nivel personal no. Tengo tres o cuatro amigas que se dedican a eso, hasta la esposa de mi hijo se puso a estudiar eso y sí, es interesante, sí, pero ¿qué quiere que le diga, doctor? No es nada personal… es que no creo que me entiendan. Para mi gusto simplifican algunas cosas y le juro por la virgencita del Carey que yo no quiero tener un pene.
¡Ay, perdón! Qué vergüenza con usted, pero es que aquel, el Froid decía eso, que las mujeres queríamos una piringolilla y yo no… ay, Jesús, que nooo. Si hasta miedo me daría, esa bicha se manda sola. Imaginese, ja ja, yo por ahí con ese colgajo entre las piernas... ¡ya no estoy yo para esos trotes!
Ya ya.
¿Que estoy cómo una flor? ¡Ay, doctor, usted si que es bueno! ¿sabía que usted es el único que me suelta piropos? Ay, doctor, si le he dicho mil veces que mi marido ya ni habla, duerme en otra cama y todo, es que ya no somos ná de ná. No, ni conmigo ni con nadie. Pero no hablemos de él, qué aburrido...
Ya no lo distraigo. ¿Reposo? Pero si es lo único que hago, reposar... ya, está bien, yo le hago caso en todo lo que usted diga. Bueno, ya me voy. Me saluda a su esposa… tan guapa ella, así, jovencita…
Doctor, sólo una preguntita… ¿a usted le gusta Marco Antonio Solís, el Buki? ¿no ha oído esa canción que dice "veo del mundo lo bello y lo cruel hay palabras que rompen mi hiel, pero donde existe el dolor, siempre hay una semilla de am..."? No, no, por nada.
Gracias, doctor, usted también, que tenga un buen día. Hasta mañana. Que Dios me lo bendiga.
¡Hoy sí que está serio! Ya, disculpe, sí, entiendo…
¿Sabe cómo qué es? Como cuando me duermo boca abajo y al principio me cuesta respirar… Ya sé que usted me dijo que no durmiera así, pero es que si no me siento taaan sola. Por lo menos así abrazo a la almohada, doctor.
No, no, no, no, nada de eso, no señor, no me mande ninguna receta, la última vez me destrozó el estómago con la cosa aquella, esa que es para las inflamaciones y ¿sabe qué? prefiero no seguir experimentando. No, doctor, no, es que usted como que se aprovecha de que no sé mucho y me usa de… ¿cómo es que dicen, como rata de…? ¡Sí, de eso, de conejita de indias! Bueno, será la única conejita que puedo ser, porque de pleiboi ya ni sueño, ja ja ja. ¡Se imagina, doctor, yo en pelotas! ¡A la quiebra se va la revista esa! Aunque se lo merecerían, por cochinones. ¿Usted ha visto las cosas que sacan, doctor? Jueemialma, es que las chiquillas que salen ahí son cosa seria… ¿YO? ¡Me ofende, doctor! ¡Uno de mis nietos que dejó una perdida en mi casa! ¿Cómo se le ocurre que yo voy a comprar esa basura? ¡Dios me libre! Y la vi por puro error, tampoco crea que me gustan esas cosas. Viejas chingas, ay no.
Sí, sí, perdone. Me distraje. ¿Así o más profundo? Ah, el aire para afuera despacito, entonces.
No, no haga loco, como dicen los chiquillos. No, doctor, gracias: le tengo manía a los sicólogos. No, no, no, a nivel personal no. Tengo tres o cuatro amigas que se dedican a eso, hasta la esposa de mi hijo se puso a estudiar eso y sí, es interesante, sí, pero ¿qué quiere que le diga, doctor? No es nada personal… es que no creo que me entiendan. Para mi gusto simplifican algunas cosas y le juro por la virgencita del Carey que yo no quiero tener un pene.
¡Ay, perdón! Qué vergüenza con usted, pero es que aquel, el Froid decía eso, que las mujeres queríamos una piringolilla y yo no… ay, Jesús, que nooo. Si hasta miedo me daría, esa bicha se manda sola. Imaginese, ja ja, yo por ahí con ese colgajo entre las piernas... ¡ya no estoy yo para esos trotes!
Ya ya.
¿Que estoy cómo una flor? ¡Ay, doctor, usted si que es bueno! ¿sabía que usted es el único que me suelta piropos? Ay, doctor, si le he dicho mil veces que mi marido ya ni habla, duerme en otra cama y todo, es que ya no somos ná de ná. No, ni conmigo ni con nadie. Pero no hablemos de él, qué aburrido...
Ya no lo distraigo. ¿Reposo? Pero si es lo único que hago, reposar... ya, está bien, yo le hago caso en todo lo que usted diga. Bueno, ya me voy. Me saluda a su esposa… tan guapa ella, así, jovencita…
Doctor, sólo una preguntita… ¿a usted le gusta Marco Antonio Solís, el Buki? ¿no ha oído esa canción que dice "veo del mundo lo bello y lo cruel hay palabras que rompen mi hiel, pero donde existe el dolor, siempre hay una semilla de am..."? No, no, por nada.
Gracias, doctor, usted también, que tenga un buen día. Hasta mañana. Que Dios me lo bendiga.
Ilustración: variante de la original de Madboxcom
Q BONITO RELATO :) JEJEJEJE
ResponderEliminarja, ja, ja.. simplemente genial.
ResponderEliminarMe encantó el post, me hiciste sonreír.
Un beso
muy bonito...
ResponderEliminarcomo va la mano??
saludos
awwww...que bella... hasta me dieron ganas de traermela para mi casa y senterme a hablar paja...
ResponderEliminarCaunto retraso llevo. Dios, que de post.
ResponderEliminarLa viejita me hizo acordar a mi papá, el anciano mostro, y su verborragia.
ResponderEliminarSaludos desde Mosterio.
Jiji :-) Pobre doña sole, es que pasa muy solilla en su casa.
ResponderEliminar(mármol, la mano está muy bien, gracias por preguntar)
Besos y abrazooootes!
Me recordaste la de:
ResponderEliminar"caracoles, clavos, huevos y canela... no se le comprenden los males a Micaela... el doctor le puso la mano en el ombligo y ella le dijo: ¡por ahí mi amigo!" ¿la escuchaste alguna vez? Es canción de los tiempos de los abuelos...
SIRENA: jajaja, una vez la canté a grito pelado en La Marsella, nótese que estaba un poco ebria!!!! jijiji
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